La Vagnola está situada en lo alto de la pequeña localidad de Cetona, en la provincia de Siena, en plena Toscana. La villa tiene nada más y nada menos que 1.600 metros cuadrados, está rodeada de frondosos jardines y es el máximo exponente del lujo y la ostentación. Fue el refugio donde el modisto y su compañero, Giancarlo Giammetti, pasaban los veranos y donde también organizaban espléndidas fiestas para sus amigos.

Por ella han pasado personajes de la talla de Sofía Loren, Gyneth Paltrow, Gina Lollobrigida, el rey Constantino de Grecia, Rosario Nadal y Kyril de Bulgaria y el resto de celebridades amigas del modisto, que organizaba fiestas, comidas e incluso desfiles en ella.

La mansión, una de las más lujosas de las muchas que tiene Valentino, posee un jardín de 10 hectáreas delimitado por grandes olivos que garantizan la privacidad del recinto. La casa tiene su historia, pues data del 1750 y fue construida por un noble toscano, Salustio Terrosi. Los jardines, en los que hay un antiguo anfiteatro de piedra con gradas, una tumba etrusca una sauna y un gimnasio, fueron diseñados por el célebre paisajista Paolo Pejrone.



Interior recargado y lujoso
Pero si la casa destaca en el exterior, el interior es ya el máximo exponente del lujo y la ostentación con un estilo híper ornamentado. Tiene 15 habitaciones (una de ella lleva incluso el nombre de Sophia Loren), sala de billar, sala de música... El interiorismo no puede ser más fastuoso: techos abovedados, frescos en las paredes, lujosas vidrieras, telas y pinturas de estilo rococó....El diseñador encargó la decoración de La Vagnola al prestigioso decorador de interiores Renzo Mangiardino, quien también trabajó para el cine en las producciones de Zefirelli.




Sus otras carísimas residencias
Pero La Vagnola, que se vende a través de Christie´s Real State, no es la única de las mansiones que Valentino posee en Europa, sólo una de las más lujosas. El diseñador tiene dos imponentes edificios en Roma, un edificio entero en Plaza de España, donde se encuentra una de las tiendas de su firma y el Palacio Mignaneli, donde tuvo su atelier durante años. En París el modisto tiene también un palacio del siglo XVII, Chateau de Wideville, circundado por un inmenso jardín de 120 hectáreas y decorado con el estilo asiático más fastuoso.