Los enigmas de Colón, por Mariano López

Una novela de historia, aventuras y misterio, "La Tumba de Colón" está llamada a convertirse en el libro más vendido en España e Hispanoamérica, de aquí a las Navidades.

Los enigmas de Colón, por Mariano López
Los enigmas de Colón, por Mariano López

Los restos de Cristóbal Colón han desaparecido. Los saqueadores -al parecer, un grupo organizado- han dejado como pista un extraño jeroglífico, que guarda relación con la misteriosa firma del Almirante. Y no han entrado en distinciones: primero han robado los restos de Santo Domingo y, luego, casi al mismo tiempo, los de la Catedral de Sevilla. ¿Quiénes y por qué han robado en dos ciudades, con la misma firma, los disputados huesos del Colón? Así comienza, con esta prometedora trama, La tumba de Colón , una novela de historia, aventuras y misterio que está llamada a convertirse en el libro más vendido, en España e Hispanoamérica, de aquí a las navidades. Su autor, Miguel Ruiz, conoce bien la historia del Almirante. Admirador de Paul Auster y de Vargas Llosa, ingeniero y profesor de Económicas, ha construido La tumba de Colón, su primera novela, sobre tres enigmas -¿dónde nació Colón?, ¿dónde está enterrado?, ¿qué significa su firma?- y con un respeto profundo y preciso por las fuentes históricas del marino que descubrió el Nuevo Mundo.

La tumba de Colón desgrana los enigmas del gran marinero, del hombre que soñó con encontrar una nueva ruta al Cipango y conquistar algunas de las maravillas descritas por Marco Polo. Miguel Ruiz siente verdadera fascinación por la figura del Primer Almirante y sus personajes se preguntan cómo es posible que España no trate a Colón como una gloria nacional, como una de las primeras figuras de su historia; cómo es posible que, en ocasiones, se hable de él casi como de un marinero afortunado o un iluminado -por si aún vienen responsabilidades- italiano.

La memoria de Colón es casi sagrada en la República Dominicana mientras que en España sólo parece interesar con motivo de sus centenarios. Cualquier escolar de grado medio dominicano sabe el itinerario de los cuatro viajes de Colón, los datos sobre su origen, las capitulaciones, los libros donde dicen que obtuvo la ruta que le llevó hasta América, su encierro, su muerte y, por supuesto, qué ocurrió con sus traídos y llevados restos. En España no es seguro que ocurra lo mismo. Claro que también habría que decir que los huesos del Almirante están mejor cuidados que los restos de su primer hogar en América: La Isabela, a pocos kilómetros de Puerto Plata, al norte de la República Dominicana. A finales de los años 40, el dictador Trujillo se interesó por el estado de La Isabela. Esperaba la visita del embajador de Franco y tenía previsto que inauguraran juntos una placa conmemorativa. Así que preguntó al gobernador de la provincia de Puerto Plata, Luis Augusto Ginebra, cómo estaban las ruinas. "Mal, mi general -contestó Ginebra-, todo muy sucio, muy abandonado". "Pues límpielo, Ginebra, límpielo", le ordenó Trujillo. Y el gobernador Luis Augusto Ginebra tomó los bulldozers y empujó las ruinas al mar. Lo limpió todo. Ahora apenas queda el dibujo, la planta, de la primera casa del Almirante.

La tumba de Colón también transmite el cariño de su autor por la ciudad de Santo Domingo. Desde hace diez años, Miguel Ruiz es profesor asociado en la Universidad de Santo Domingo. Conoce bien, muy bien, los barrios, la historia, las gentes y la vida de la primera capital de La Española. También la música, como no podía ser menos en una ciudad que suena por cada esquina, desde el Faro hasta el Caribe. En una isla en la que abundan los hoteles españoles, no son muchos los turistas que tienen la oportunidad de pasear por el centro de Santo Domingo. La tumba de Colón procura ese paseo. Invita a paladear el cangrejo a la criolla y los tostones con plátano, a deambular por la calles del Conde y de las Damas y a mirar al río por el que entraban aquellas naves que cruzaban los océanos como si tal cosa y en las que hoy no nos atreveríamos a subir ni para salir a pescar.

A mí me gusta esta novela. Creo que es un precioso y largo viaje. Una excelente recomendación para los amantes de los libros de intriga y los aficionados a la novela histórica. Y un placer para todos los que crecimos soñando aventuras de bucaneros, corsarios y otros prodigios del Caribe: los misterios que animan La tumba de Colón.

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