Egipto abre por primera vez una tumba de 4.000 años
Esta milenaria tumba egipcia, descubierta en la histórica región de Saqqara, inaugura su apertura al público.

Allá por el año 1940, unos niños egipcios que correteaban, juguetones, por las tierras de Saqqara, de pronto, se toparon accidentalmente con una construcción bajo sus pies. Sin sospechar la magnificencia de su hazaña, esta estructura subterránea, que había pasado desapercibida a ojos de aventureros y arqueólogos hasta el momento, resultó ser una preciosa tumba ornamental originaria de un oficial de alto rango del Antiguo Egipto. Desde entonces, la tumba fue objeto de investigaciones y labores de restauración a manos de profesionales egiptólogos. La tumba egipcia por fin abre sus puertas al público tras permanecer cerrada durante unos 4.500 años.
La tumba se encuentra muy cerca de Giza, en un extenso camposanto llamado Saqqara, a las afueras de las ruinas de Memphis, la que fuera la bulliciosa capital del Antiguo Egipto. Se estima que fue construida en torno al año 2.300 a.C. como mausoleo para un visir -un alto rango situado justo por debajo del faraón- llamado Mehu, quien jugó un rol determinante en la corte real de la sexta dinastía, ostentando hasta 48 títulos reales. Todos estos datos se han obtenido de las propias paredes de la tumba, las cuales están cuidadosamente decoradas con jeroglíficos e inscripciones. La tumba de Mehu ha resultado ser una de las mejor preservadas de la Era de las Pirámides (2686-2121 a.C.). El espacio se divide en cuatro habitaciones ornamentales y un amplio patio. En su interior, además, se ha descubierto que la decoración de los muros se realizó con varios pigmentos únicos de ese periodo histórico, cuyos colores se aún mantienen vivos.
Las paredes del mausoleo son una puerta directa a la época de los faraones. Sus relieves muestran escenas diarias de la vida en el Antiguo Egipto, como el trabajo del metal, la recolección de la cosecha, la pesca con redes o la preparación de alimentos. En la tumba de Mehu también aparecen escenas de caza, símbolo de poder e inteligencia. Además de estas escenas típicas de las necrópolis egipcias, sorprende la aparición de un relieve en el que aparece el mismo Mehu bailando entre acrobacias. Se cree que en este mausoleo, Mehu fue enterrado junto a su hijo, Meren Ra, y a su nieto, Heteb Kha. Los arqueólogos también han encontrado una cámara más pequeña dedicada a Meryre-ankh, “Inspector de Sacerdotes de la Pirámide de Pepy I”. Este curioso hecho levanta la sospecha de que Mehu utilizó la tumba para sus propios propósitos, usurpándosela a su legítimo dueño.
El mausoleo, que abrió sus puertas el pasado 8 de septiembre, se suma a la lista de atractivos históricos únicos de la región, junto a la Pirámide Escalonada de Zoser - el monumento de piedra más antiguo del mundo- o la Pirámide de Teti - que alberga los conjuros y súplicas de resurrección en los Textos de las Pirámides-. Por si fuera poco, la región se encuentra a tan sólo una hora en coche de Giza y El Cairo, cuyas legendarias pirámides no necesitan presentación.
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