A nadie se le escapa que los rodajes son un potente recurso para las economías locales. No solo por los millones que dejan en las regiones donde se instalan. También por el turismo que atraen, como Robin Hood en Inglaterra oEl señor de los anillos en Nueva Zelanda. A punto de comenzar el rodaje de Juego de Tronos en Sevilla y Osuna, desde Andalucía Film Commission (AFC) recuerdan que el año pasado la saga más popular del momento dejó 98 millones de euros en Irlanda del Norte, generando 5.000 empleos y un incremento del 32% de turistas. En Islandia se crearon 6.000 puestos de trabajo. Y el gobierno croata declaró de interés cultural la ruta de la serie en Dubrovnik, con 700.000 visitantes y un aumento del turismo del 28%. "Este es nuestro proyecto más grande, por encima de cualquier otra producción que hayamos atendido", afirma Piluca Querol, directora de esta entidad sin ánimo de lucro creada en 1998 como enlace entre las productoras y la industria local.
"Con Exodus'', la última película de Ridley Scott, se quedaron en España 43 millones de euros. Durante la preproducción descendió el paro en Almería. Había días con mil personas en el set. Todo cuenta: alquiler de vehículos, vestuario, carpinteros... Lo mismo ocurre en Canarias, con un régimen impositivo especial: cuando termina la temporada turística, los equipos de cine ocupan hoteles y restaurantes", insiste Querol. Eso, sin contar con la impagable promoción de los actores más activos en las redes sociales, como Aaron Paul (Breaking Bad), que salió casi cada noche durante el rodaje de Exodus, pinchó en garitos y anunció desde su Twitter: "Querida Almería, gracias por ser tan perfecta. La gente aquí es mágica".
Además de la nueva app que mostrará anécdotas y fotos al reconocer la posición del usuario mediante geolocalización, el trabajo de estas instituciones será un poco más fácil a partir de 2015, cuando entrará en vigor la deducción fiscal del 15% para las grandes producciones internacionales que se rueden aquí. España era, hasta ahora, el único país europeo sin incentivo fiscal para rodajes extranjeros, y eso que Hollywood se ha empeñado en estos paisajes desde que en 1922 el mismísimo Rodolfo Valentino se vistiera de luces para rodar en Sevilla Sangre y arena.
La capital andaluza será también el escenario del reino de Dorne, el más cálido en la fábula de George R.R. Martin. Cuando se estrene la temporada, en la primavera de 2015, veremos a mujeres cubiertas con velos y reyes que comen "aceitunas, pan, queso y pasta de garbanzo" en los patios y salones del Alcázar, un monumento lleno de intrigas y asesinatos desde el siglo XI, que representará Los Jardines del Agua de esta corte sureña del príncipe Doran Martell. En Osuna han escogido la Colegiata, las Canteras, la universidad y la plaza de toros como escenarios. Y la mayoría del equipo se alojará en el Hotel Al-Andalus ( www.hoteles-silken.com). Welles, Spielberg, Lucas o Soderbergh, los spaghetti western y la míticaLawrence de Arabia, una película con siete Oscar, han tenido a España como escenario. Desde Valladolid o Lanzarote, hasta Mallorca, Buñol o las Bárdenas Reales.
Escenarios clásicos en España: de Leone a Kubrick
Si por algo son conocidos algunos paisajes de España en el mundo del cine, es por los spaghetti western. Este subgénero cinematográfico tuvo su época dorada, con títulos como El bueno, el feo y el malo (1966) de Sergio Leone, que también rodó aquí Por un puñado de dólares (1964) y La muerte tenía un precio (1965), la llamada trilogía del dólar que lanzó a la fama al actor Clint Eastwood y a la banda sonora de Ennio Morricone. El desierto de Tabernas fue el plató para estas producciones, donde se levantaron los poblados del Oeste americano. Hasta ocho se construyeron en los años 60. El más antiguo, Oasys, todavía sigue en pie, con la oficina del sheriff, el banco, la funeraria, el saloon, la barbería... Otros clásicos, ya fuera del género western, rodados en España son Cleopatra (1963), 55 días en Pekín (1963), realizada en Las Rozas (Madrid), o Espartaco (1960), dirigida por Stanley Kubrick en Madrid, Guadalajara y Alcalá de Henares, con casi 9.000 extras, muchos de ellos soldados del Ejército español.
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