Descubre cómo fue la primera expedición australiana a la Antártida

En 1911 un grupo de científicos y exploradores liderados por el doctor Douglas Mawson emprendieron el primer viaje australiano a la Antártida.

F. Bickerton en Commonwealth Bay
F. Bickerton en Commonwealth Bay / State Library of New South Wales

La expedición Terra Nova fue la tercera de las expediciones británicas a la Antártida durante el siglo XX. Tuvo lugar en 1910 y estuvo liderada por Robert Falcon Scott, un consagrado y curtido explorador de la Marina Real Británica. Durante los preparativos para iniciar el viaje Scott quiso incorporar a su equipo al geólogo inglés Douglas Mawson. Sin embargo Mawson rechazó la oferta porque ya tenía otros planes: dirigir la primera expedición australiana a la Antártida.

Mawson comenzó a preparar el proyecto en 1910 y un año más tarde, el 2 de diciembre de 2011, el barco ballenero Aurora partía del puerto de Hobart, en la Isla de Tasmania, con dirección al Polo Sur. Ahora, más de cien años después, han salido a la luz las fotografías de aquella aventura que ayudó a comprender mejor una tierra que durante aquellos años aún estaba por descubrir.

Un viaje más complicado de lo previsto

Mawson se encargó de recorrer personalmente las universidades australianas y neozelandesas en busca de miembros para su tripulación. Entre los hombres escogidos se encontraban geólogos, meteorólogos, un fotógrafo y el capitán del barco, John King Davis.

Un mes después de su partida del puerto de Hobart, el 7 de enero de 1912, el Aurora alcanzó por fin una zona de costa inexplorada de la Antártida. Mawson la bautizaría como la Bahía de la Commonwealth. En un punto cercano a la zona, un lugar que fue llamado Cabo Denison, la expedición levantó el campo base. Allí quedaron 18 hombres. Más tarde el equipo de Mawson se arrepentiría de aquella decisión: las constantes rachas de viento que golpeaban el Cabo Denison superaban los 320 kilómetros por hora, lo que dificultaba de sobremanera la vida en aquel lugar.

Pasado el invierno, en noviembre, el tiempo mejoró y Mawson resolvió dividir a su equipo en cinco grupos distintos con el fin de realizar tareas exploratorias. Se estableció que, como muy tarde, todos los grupos de exploración debían de estar de vuelta el 15 de enero, fecha en la que embarcarían de nuevo en el Aurora para regresar a Australia.

Huskies tirando de un trineo
Huskies tirando de un trineo / State Library of New South Wales

Mawson lideró uno de los equipos. Le acompañaron el geólogo suizo Mertz y el teniente británico Ninnis. Entre los tres conducían tres trineos tirados por 48 perros. Partieron el 15 de noviembre de 1912 y el 14 de diciembre, mientras pasaban junto a una grieta, Ninnis se precipitó al vacío con el trineo que portaba la mayoría de las provisiones. No volvieron a verlo.

Mertz y Mawson se encontraban a 500 kilómetros de la base principal, sin su compañero, sin provisiones y sin tienda de campaña. Para sobrevivir improvisaron un refugio con una lona y utilizando esquís y patines a modo de estructura. Y para alimentarse comenzaron a sacrificar a los perros que tiraban de los trineos. El día 25 de diciembre, once días después de la tragedia, aún se encontraban a 250 kilómetros de la base.

Sin embargo todavía quedaban más dificultades que atravesar. La ingesta de hígados de perro envenenó a ambos exploradores causándoles exceso de vitamina A. El 7 de enero Mertz falleció debido a esta enfermedad. Mawson se hallaba ahora solo y enfermo, sin apenas fuerzas y todavía a una distancia considerable del Cabo Denison.

La hazaña de Mawson se prolongó durante 30 días más tras la muerte de Mertz. El 8 de febrero Mawson consiguió, por fin, alcanzar la base del Cabo Denison. A pesar de todas las complicaciones con él portaba restos geológicos de interés para su investigación. Cuando llegó sólo había 6 hombres en la base y el Aurora ya había partido hacia Australia. No fue hasta diciembre de 1913, un invierno más tarde, cuando Mawson pudo retornar de nuevo a la civilización.

Síguele la pista

  • Lo último