Así es el crucero de los estafadores en la película ‘Yucatán’
Enredos, seres delirantes y números musicales. Así es el último film de Daniel Monzón con Luis Tosar como protagonista. Y todo sucede en el Sovereign de Pullmantur.

Pocos lugares como un crucero se prestan tanto al desarrollo de las más alocadas historias. En estos micromundos itinerantes, epítome de la felicidad viajera, es tal la sucesión de personas (y personajes), de actividades, destinos, planes 24 horas, cócteles de colores, espectáculos, amistades nacientes, camisas hawaianas y hasta congas alrededor de la piscina, que la aventura, al menos, queda garantizada.
Con todos estos ingredientes más una buena dosis de enredo, una trama de timo y engaño y cierto barniz de comedia, Daniel Monzón ha dibujado su última película, Yucatán, que llega tras el éxito fulminante de sus anteriores cintas: Celda 211 y El Niño. Un trabajo con el que deja a un lado la acción para sumergirse esta vez en el campo de la risa.

Luis Tosar, Rodrigo de la Serna, Joan Pera, Stephanie Cayo y Toni Acosta protagonizan esta comedia coral estrenada el 31 de agosto, en la que una panda de estafadores desplegará las tretas más sucias para mostrar hasta dónde puede llegar el ser humano movido por la codicia. Así, en esta intrépida travesía de Barcelona a Cancún, pasando por Casablanca, Tenerife, Brasil y la famosa selva de Yucatán que da título a la cinta, tendrá lugar un descarnado duelo de tramposos sin escrúpulos. Una carrera por vaciar a los incautos turistas para hacerse con un botín.
De fondo siempre, escenario de todas las aventuras y desventuras del film, un barco gigantesco. Nada menos que el Sovereign, uno de los más grandes de la naviera Pullmantur, que durante 22 días se convirtió en un set de rodaje en el que participaron más de cien personas del elenco artístico y del equipo técnico de Yucatán.
Quienes hayan viajado alguna vez a bordo de este inmenso buque, reconocerán en la película cada uno de sus rincones. Incluso a los miembros de la tripulación, puesto que unos 40 de ellos tuvieron la oportunidad de involucrarse activamente en el rodaje para convertirse en actores por un día y meterse en el papel de personajes de ficción. A ellos se unieron algunos de los propios pasajeros que se encontraban a bordo, de vacaciones, y quienes quisieron también aparecer como extras en muchas de las escenas.

Todo en el barco queda retratado. Desde la cubierta, con la presencia frecuente en la popa de Lucas (Luis Tosar) contemplando lánguido la estela de espuma, hasta el auditorio donde se desarrollan los muy trabajados números musicales, pasando por el casino, el lobby, la zona de la piscina y el jacuzzi, el restaurante o la Atalaya con vistas 360º. Todas estas estancias sirven para enmarcar las secuencias del largometraje en el famoso buque Sovereign, que regularmente opera desde Barcelona.
También en los camarotes, en el bufé libre y hasta en la propia cocina se mete la cámara de Yucatán para ver si ese plan perfecto, ese golpe soñado en el crucero, acabará con fortuna o estará abocado, nunca mejor dicho, a hacer aguas.
Síguele la pista
Lo último