Así son las construcciones más extremas del mundo: desde un tren en pleno desierto hasta un túnel subacuático en Noruega

El ser humano es capaz de hacer cosas extraordinarias en favor de su evolución. Desde un tren que cruza el desierto a pleno día con temperaturas de 50 grados, hasta una estación de investigación en la Antártida para el estudio biológico a 50 grados bajo cero. A continuación te mostramos todas estas construcciones y algunas otras que han sido edificadas en condiciones o sitios casi imposibles.

Existe en la Antártida una estación de investigación en la que trabajan 130 personas a 50 grados bajo cero. Hablamos de Rothera, un centro de investigación británico construido en una roca del suroeste de la Isla Adelaida. Aunque parezca casi imposible, Reino Unido tuvo que transportar hasta la Antártida toda la infraestructura para hacer posible la apertura de esta estación. Una distancia de 11.000 kilómetros que suponen el proyecto más caro financiado por la corona británica en el continente antártico. Esta estación cuenta con laboratorios de última generación, instalaciones de buceo y navegación, meteorológicas, de comunicación...  

Únicamente operan entre marzo y octubre, aprovechando así el verano astral, y entre los proyectos que tienen en curso actualmente podemos mencionar: el efecto del cambio climático sobre la Antártida o la conservación de la biodiversidad polar. Si quieres saber más sobre la vida en la estación, en su página web oficial tienes disponible una visita virtual en 3D que te lleva por las instalaciones en las que viven los investigadores.  

Y del frío polar ártico pasamos al calor abrasante del desierto: el Etihad Rail. En Emiratos Árabes llevan trabajando desde 2009 en este gran proyecto que conectará Emiratos Árabes Unidos con Arabia Saudí. Con un presupuesto de 10 mil millones de euros se ha conseguido construir una red ferroviaria de 1.200 kilómetros de longitud que conecta las ciudades clave del país. Es sin duda una de las infraestructuras más ambiciosas de los Emiratos Árabes Unidos que actualmente se encuentra en funcionamiento para trenes de carga, pero pronto abrirá un servicio de pasajeros que promete transformar la movilidad en la región, con viajes entre Abu Dhabi y Dubái en solo 50 minutos. 

La construcción del Etihad Rail ha enfrentado numerosos desafíos. Las condiciones geográficas extremas del desierto y montañas ha requerido que los trabajadores cambien su jornada a la noche para evitar las altas temperaturas que se pueden llegar a sufrir durante el día. Además, la arena del desierto planteaba la difícil gestión de la conservación de las vías, por lo que se propuso la forestación de árboles a su alrededor para evitar la sepultación de los raíles.  

Otro de los puntos más importantes por los que se ha llevado a cabo este proyecto es por la sostenibilidad. Emiratos tiene la meta de reducir las emisiones de CO₂ en un 21% para 2050. Por lo que esta red ferroviaria busca aliviar el tráfico y disminuir el uso de camiones y coches, ya que se espera transportar a 36,5 millones de pasajeros al año. 

Noruega es bien conocida por su impresionante geografía de montañas, fiordos y costas escarpadas. Con más de 25.000 kilómetros de costa y sus profundas bahías, los viajes por carretera en el país pueden llegar a ser bastante desafiantes. Por ello el proyecto de reconstrucción de la autopista costera E39 en Noruega es uno de los desarrollos de infraestructura más ambiciosos del mundo. Sobre todo por la construcción del túnel Rogfast, que una vez acabado se convertirá en el túnel submarino de carretera más largo y profundo del planeta, con una longitud de 27 kilómetros y alcanzando una profundidad de 392 metros bajo el nivel del mar. Y es que gracias a este túnel los tiempos de viaje a lo largo de la costa occidental de Noruega se reducirán la mitad, pasando de 21 a 11 horas. 

Cuando esté completado, no solo será el túnel submarino de carretera más largo del mundo, sino también el más profundo bajo el nivel del mar. Este nivel de profundidad es comparable a la altura de algunos de los rascacielos más altos del mundo, como el Empire State Building en Nueva York, lo que destaca la magnitud del reto de ingeniería.  

Aunque solo hayamos podido ver las primeras fases, el proyecto que ha iniciado Arabia Saudita con NEOM es uno de los proyectos más ambiciosos e impresionantes que vamos a poder ver en el futuro. Diseñado como parte del plan Visión 2030, Arabia Saudita concibe la idea en 2017 de crear una gran ciudad futurista y sostenible ubicada en el noroeste del país, cerca del Mar Rojo que abarcará un total de 26,500 km² y que tendrá capacidad de autoabastecimiento. Además, esta gran metrópoli está pensada para que la única energía que se utilice sea la renovable.

Ya se han iniciado varias fases clave del proyecto y en 2021 y 2022 se dieron a conocer avances importantes, como las primeras obras de infraestructura para The Line, la ciudad lineal. Esta ciudad comenzó a construirse en 2022 y es la parte del proyecto NEOM que más interés ha generado. Y es que como su mismo nombre indica, The Line será una ciudad lineal de 170 km de largo, 200 metros de ancho y 500 metros de altura, sin calles ni coches. La ciudad estará compuesta por dos enormes paredes de vidrio espejo que rodearán la infraestructura, creando un entorno urbano contenido y compacto. A lo largo de su extensión, The Line estará conectada por un sistema de transporte de alta velocidad subterráneo, lo que permitirá desplazarse de un extremo a otro en solo 20 minutos.  

El proyecto está programado para desarrollarse en fases hasta 2030, cuando veremos toda la idea de NEOM terminada.  

Después de explorar el abrasador desierto de Emiratos Árabes con el Etihad Rail, la gélida Antártida con la estación de Investigación Rothera, y las profundidades submarinas de Noruega con el túnel Rogfast, nos dirigimos ahora a las alturas extremas de la meseta tibetana con el Ferrocarril de Alta Velocidad del Tíbet. Este asombroso proyecto de ingeniería se alza como el ferrocarril más alto del mundo, cruzando terrenos desafiantes y elevándose a más de 5,000 metros sobre el nivel del mar. Recordemos que El Tíbet se encuentra aislado en la meseta más alta del mundo, dentro de la China continental.

Su geografía hace bastante difícil el acceso de las principales redes de transporte del país. Debido a esto, en la década de los 50 China empezó a considerar la idea de crear una red ferroviaria que llegase hasta allí, pero debido a los desafíos técnicos extremos —que incluían la falta de oxígeno en los trabajadores, el suelo congelado (permafrost) y las condiciones climáticas impredecibles—, el proyecto se consideró inviable para la seguridad durante muchos años. No fue hasta que las tecnologías avanzadas de ingeniería y construcción estuvieron disponibles que la idea pudo materializarse. Y en 2001, China decidió finalmente llevar a cabo esta gran hazaña constructiva para impulsar el desarrollo económico del Tíbet y facilitar el transporte de personas y mercancías. La línea se inauguró oficialmente en 2006, conectando la ciudad de Xining en la provincia de Qinghai con Lhasa, la capital del Tíbet, uniendo dos extremos geográficos y culturales del país. 

Algunas de estas construcciones llevan décadas en funcionamiento, mientras que otras están en sus primeras fases o son solo conceptos visionarios. Solo el tiempo dirá qué nuevas maravillas seguirá creando el ser humano, impulsada su el deseo de innovar y superar los límites de lo posible.