Quiénes fueron las Cariátides, las mujeres obligadas a sujetar el Erecteion para toda la eternidad
Esta es una historia que de amor que terminó en un castigo eterno, y a diferencia de los protagonistas de otros mitos griegos, las Cariátides se pueden visitar.

La Acrópolis de Atenas no es una simple colina llena de restos arqueológicos: es un lugar donde cada piedra cuenta una historia sobre la vida, la muerte, el amor y los miedos que llegan hasta la actualidad 2.500 años más tarde. El Partenón es el elemento principal de la Acrópolis, aunque a su sombra se esconde el Erecteion: un pequeño templo lleno de mitos que forman la identidad de Atenas. Uno de los elementos que más llaman la atención son las Cariátides, unas columnas de mármol en forma de mujer. Detrás de la belleza de las esculturas, se esconde una oscura leyenda.

Un castigo eterno
La mitología griega está llena de historias de castigos eternos: Sísifo debe empujar una bola de piedra hasta la cima de una colina en el inframundo, y cuando está a punto de llegar a su objetivo, la bola rueda hasta abajo y debe volver a comenzar, y así hasta el fin de los tiempos. Otro ejemplo es Atlas, que fue obligado a sostener el cielo indefinidamente. Las Cariátides fueron condenadas a sujetar el Erecteion permanentemente, sin embargo, la diferencia entre ellas y los mitos anteriores es que las Cariátides se pueden visitar.

a palabra “Cariátide” tiene su origen en la ciudad griega Carie, donde llegaron las consecuencias de las Guerras Médicas en el 492 a.C. Este conflicto que duró casi 50 años enfrentó al Imperio Persa Aqueménida y a las Ciudades-Estado de la Antigua Grecia. Algunos de los episodios más famosos de las Guerras Médicas fueron la batalla de Maratón, en la que el mensajero Fidípides recorrió 42 km para llegar hasta Atenas y anunciar su victoria antes de morir de agotamiento, y la Batalla de las Termopilas, en la que el rey de Esparta, Leónidas, y 300 de sus hombres resistieron hasta morir.
Durante la guerra, los persas demostraron ser guerreros feroces sin escrúpulos, que gozaban arrebatando vidas. Cuando las mujeres de la ciudad griega Carie se enteraron de que sus enemigos se acercaban a la ciudad, el miedo se apoderó de ellas porque sabían que si los persas accedían al estado, matarían a todos los hombres y perderían a sus maridos.
Con el objetivo de evitar muertes, las mujeres de Carie se aliaron para facilitar la entrada de los persas en la polis griega, puesto que pensaban que si no mostraban resistencia, habría más posibilidades de salvar a sus maridos. Este acto de amor enfureció a las demás polis griegas de la alianza, ya que les habían traicionado permitiendo la entrada al enemigo.
La venganza de los griegos

Como respuesta, los aliados griegos de Carie asesinaron a todos los hombres de la ciudad y convirtieron a las mujeres en esclavas. El mito cuenta que los dioses convirtieron a seis mujeres en columnas de mármol y fueron obligadas a soportar el peso del Erecteion, un templo en la Acrópolis de la ciudad a la que habían traicionado, por toda la eternidad.
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