La calle más corta del mundo: en el norte de Escocia y se recorre en dos zancadas

Dos metros de largo es lo que mide la calle más pequeña del mundo, según el Libro Guinness de los Récords. ¿Nos acompañas a descubrirla?

Así es la calle más pequeña del mundo: mide 2 metros y está en el norte de Escocia
Así es la calle más pequeña del mundo: mide 2 metros y está en el norte de Escocia / Istock / Judd Brotman

Cuando un viajero pone un pie en un destino desconocido, lo que más le suele llamar la atención (más allá de los monumentos y edificios que conforman el skyline del paisaje) son las curiosidades y anécdotas de ese lugar. Así, por ejemplo, si viajas a la India, es interesante que descubras algunos trucos antes de poner un pie en el Taj Mahal y así no pecarás de turista primerizo. Y lo mismo vale, en este caso, para Escocia, ya que antes de visitar el municipio de Wick seguramente estés deseando recorrer la calle más corta del mundo.

Para descubrir la calle más corta del mundo debemos viajar a Wick, municipio situado en el norte de Escocia y perteneciente al distrito de Caithness. Atravesado por el río homónimo, este pintoresco lugar cuenta con una población de menos de 8.000 habitantes y, atención, ya que tiene su propio aeropuerto: un aeródromo que tiene tres pistas, aunque hoy en día solo dos están en funcionamiento, puesto que la tercera pista se encuentra en estado de abandono.

La calle más corta del mundo se encuentra en el pueblo escocés de Wick.

La calle más corta del mundo se encuentra en el pueblo escocés de Wick.

/ Istock / Judd Brotman

La calle más corta del mundo: se recorre en 3 segundos

Debemos remontarnos a 2006, que es el año en el que el Libro Guinness de los Récords certificó que Ebenezer Place era la calle más corta del mundo con 2,05 metros de largo. Ahora bien, la calle lleva en pie desde 1883, año el que se construyó un hotel que convergía en el cruce de las calles Union Street con River Street. Con el paso de los años, ya en 1887, se obligó al propietario del establecimiento a colocar un nombre en el lado más corto y así nació Ebezner.

La realidad es que Ebezner Street más que una calle es un pequeño cruce, pero al tener la consideración de calle ha conseguido entrar directamente en el Libro de los Récords; de hecho, solo tiene una dirección: el número 1, que corresponde al restaurante Bistro, que forma parte del Hotel Mackays. Vamos, igualito este cruce que el de Shibuya, por el que pasan cada día más de dos millones de personas.

Ebenezer Place es una calle, pero tiene las dimensiones de una intersección.

Ebenezer Place es una calle, pero tiene las dimensiones de una intersección.

/ Istock / Judd Brotman

No hay viajero que llegue a Wick y se resista a pasear por Ebezner Street sin sacarse unas cuantas fotos. Y es que la calle más corta del mundo es, sin duda, uno de los sitios más fotografiados de la localidad, pero no el único. También hay que visitar el castillo de Wick, hoy en ruinas y conocido por los locales como ‘Old Man of Wick’.

Para aprender más sobre costumbres locales, otro enclave único es el Wick Heritage Museum, que ofrece una mirada al pasado de Wick, con muestras sobre la industria pesquera, la vida local y la historia de la ciudad. Y tampoco podemos olvidarnos de una visita a la destilería de Pulteney, que ofrece visitas guiadas donde aprender sobre el proceso de destilación y degustar algunos de sus productos.

Otras calles diminutas alrededor del mundo

Ebezner Street entró en el Guinness de los Récords en 2006, pero, hasta entonces, otra calle ostentaba el honor de ser la más corta del mundo. Y no debemos irnos muy lejos, ya que hablamos de Elgin Street, una calle de 5,18 metros situada en Bacup, localidad del condado de Lancashire, en Inglaterra.

También son de tamaño reducido otras calles, como Mackinac Island State Park en Michigan, Estados Unidos con poco más de 5 metros y situada en un conocido sendero dentro de uno de los parques más conocidos de la ciudad americana.

Y, si viajamos hasta España y ponemos un pie en Madrid, en pleno centro y a un paso de una de las calles más cool del país, descubrimos la calle Rompelanzas, la calle más pequeña de la capital y llamada así porque, debido a su tamaño, muchos carruajes de madera sufrieron la rotura de sus varas cuando pasaban por la estrecha calle allá por el siglo XVI. 

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