Audi Q7 3.0 TDI Tiptronic

El nuevo modelo de la firma alemana es uno de esos todoterrenos que exhibe un poderío especial. Pero lo mejor viene cuando se conduce, porque este 4x4 mantiene un aplomo excelente en curvas, resulta muy amplio y se conduce con una facilidad asombrosa.

Audi Q7 3.0 TDI Tiptronic
Audi Q7 3.0 TDI Tiptronic

Ha sido una de las sorpresas más agradadables de los últimos tiempos en materia de automoción. Sobre todo porque Audi ya tenía y tiene varios modelos familiares con tracción total y parecía que no le hacía falta nada más. Sin embargo, la fi rma ha querido llegar aún más lejos para competir cara a cara con sus rivales de los cinco continentes.

La verdad es que los expertos de la marca han acertado de pleno porque han diseñado un enorme vehículo con un comportamiento en carretera que para sí lo quisieran muchas berlinas. Con un morro tan impresionante, lo que menos se espera al ponerse al volante es que tome las curvas con tanto aplomo por su tamaño y sus más de 2.200 kilos de peso. Apenas se aprecian balanceos, aunque para ser justo también hay que decir que la suspensión es más bien seca, algo que se aprecia en asfaltos en mal estado de conservación.

Como viene siendo habitual en los todoterrenos que se acercan o sobrepasan por poco los cinco metros de largo, el Audi se puede adquirir con cinco o siete plazas, aunque estas últimas no tienen mucho espacio y son más adecuadas para niños que para adultos. En el caso de apostar por las cinco plazas, el maletero que queda es enorme, con más de 700 litros de capacidad.

De las dos versiones que hemos probado -el turbodiésel, de 233 CV de potencia, y el de gasolina, de 350 CV-, nos ha parecido más apropiada la versión diésel, porque mueve con sufi ciente soltura el Q7 y el consumo es mucho menor. Además, está bastante bien insonorizado. Incluso con la versión diésel se pueden realizar adelantamientos con bastante agilidad.

Como es habitual en la marca, el acabado es estupendo, aunque no llega a estar a la altura del Audi A8. Por otra parte, la palanca del cambio automático resulta demasiado grande y poco refi nada para un vehículo de tanto lujo.

Evitar obstáculos

Entre los muchos ingenios de lujo y de seguridad que llevaba nuestra unidad de pruebas, nos ha parecido muy bien el sistema de detección de obstáculos en ángulo muerto. Cuando uno va en carretera y viene otro vehículo adelantando, te avisa de la maniobra. Esto viene muy bien sobre todo para esos conductores despistados que muchas veces hacen un adelantamiento sin mirar o sin apreciar bien lo que viene detrás.

En fin, un excelente 4x4, aunque si lo queremos llevar con los últimos avances en materia de lujo y de seguridad habrá que pagar bastantes extras.

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