Ojo si vas a alquilar coche en Albania: no llevar esto en la mochila podría costarte cientos de euros

Hay un objeto que jamás se te ocurriría que necesitabas a la hora de viajar a Albania, pero puede ahorrarte bastante dinero: una tarjeta repujada.

Lo que necesitas llevar sí o sí en tu maleta si alquilas un coche en Albania
Lo que necesitas llevar sí o sí en tu maleta si alquilas un coche en Albania / Istock

Hace ya unos 12 años, más o menos, que organizo mis propios viajes. Mi época universitaria transcurrió entre los bares más cutres de la noche madrileña, los vuelos de oferta que cazaba para descubrir algún rincón cercano y los mil trabajillos que me buscaba para financiarlos. Cuando llegó la hora de integrarse en el mercado laboral, me aseguré de elegir un trabajo que me permitiera seguir buceando en el ancho mundo. Me he convertido en mi mejor agente de viajes: sé exactamente qué tipo de cosas me apetece hacer y cuáles descartar, el punto exacto de equilibrio entre descubrir y disfrutar sin prisas; y elaboro mis itinerarios y listas de imprescindibles con bastante eficiencia. Pero, y esto es algo que siempre que uno viaje le va a seguir pasando, siempre habrá algo que descubriré al llegar al destino y que no podría haber previsto.

En nuestras últimas vacaciones optamos por Albania. Habíamos oído hablar tanto del país europeo, está tan cerca y, francamente, es tan barato, que había que darle una oportunidad. Fuimos para allá, como siempre, con todo perfectamente organizado: un itinerario completo, que alternaba entre la metrópolis, las ruinas romanas, los pueblos medievales y la Riviera Albanesa; pequeños hoteles reservados, actividades planificadas y coche alquilado. El detalle en el que no reparamos fue, precisamente, relativo a este último ingrediente.

Adriana Fernández

Alquilar coche en Albania: lo que necesitas saber antes de llegar al país

Como nuestro plan era movernos por buena parte del país, vimos evidente la conveniencia de alquilar un coche. En Albania hay dos opciones principales: alquilar de una empresa consolidada o de algún ciudadano local. Nos volvimos locos tratando de decidir cuál de las dos era la idónea, y lo cierto es que al final nos pareció que ambas opciones tenían pros y contras de magnitud similar. Las agencias tenían opiniones realmente malas en Trustpilot, pero ofrecían más garantías y coches en mejor estado. Finalmente, acabamos tomando la decisión en base a quién ofrecía un precio razonable por un modelo que nos resultara útil para el plan que queríamos hacer. En nuestro caso, fue una agencia llamada FlexWays.

Para evitarnos cualquier tipo de jugarreta –y algo asustados por las reseñas–, llevamos desde casa contratado un seguro a todo riesgo que ofrecía la plataforma comparadora de coches en la que habíamos reservado. Es cierto que estos seguros son más pesados de utilizar que los que ofrecen directamente las agencias, ya que te obliga a adelantar a ti el dinero en caso de que te reclamen algún desperfecto y, posteriormente, a pedir el reintegro; pero suelen funcionar bien y son mucho más económicos.

También tomamos la precaución de sacar el carné internacional de conducir (recordad que Albania no forma parte de la Unión Europea). Lo cierto es que no lo necesitamos en ningún momento: tanto en la agencia a la hora de recoger el coche como en un control policial en que nos tuvimos que identificar les valió con el carné español. Pero para lo que cuesta (unos 10 €) creo que sí merece la pena tener la tranquilidad de llevarlo encima.

La bahía de Ksamil, en Albania

La bahía de Ksamil, en Albania

/ Istock / AscentXmedia

Sin embargo, hubo una precaución que jamás se nos ocurrió que fuera a llegar a ser necesaria, y es la de llevar una tarjeta de crédito con cifras repujadas. Al llegar a la empresa de alquiler de coche, como no íbamos a contratar el seguro a todo riesgo con ellos (recordad que ya lo traíamos puesto por medio de un tercero), teníamos que dejar una cantidad en depósito que cubriera posibles daños del coche. Aquí vino el problema: la única forma de hacer el depósito era con una tarjeta que estuviera a nombre del tomador del seguro y que tuviera las cifras repujadas, es decir, en relieve.

Este tipo de tarjetas se utilizaba ampliamente durante el siglo XX, cuando los bancos aún utilizaban la técnica del grabado para registrar los datos del cliente. Con la popularización de los medios de registro electrónicos, fueron desapareciendo desde principios del milenio, instaurándose de forma global las tarjetas con numeración impresa o incluso sin numeración. Hoy en día, en España es raro ver tarjetas bancarias de débito con números en relieve, siendo su uso más común en otro tipo de servicios, como tarjetas de seguros sanitarios.

No obstante, en varios países de las Balcanes el uso de las tarjetas repujadas sigue siendo la norma. Debido a las particularidades del sistema bancario albanés, los pagos regulares pueden hacerse con tarjetas planas, pero las operaciones de congelación de fondos, como es el caso de un depósito para alquilar un coche, se deben hacer con tarjetas en relieve. Todo esto, claro, lo aprendimos después de llegar a la central de FlexWays, de quedarnos con cara de bobos tras haber sacado todas nuestras tarjetas y comprobar que ninguna de ellas era repujada; y de investigar que, efectivamente, este es un problema habitual en el territorio.

Saranda, en la Riviera Albanesa

Saranda, en la Riviera Albanesa

/ Istock / master2

Qué puedes hacer si no tienes una tarjeta repujada

En caso de que te llegue esta información antes de emprender el viaje, mi recomendación es que solicites una tarjeta con números repujados al banco. Si es demasiado tarde, la mala noticia es que lo único que puedes hacer es pagar el seguro a todo riesgo que ofrece la propia compañía. Como esta es una operación de pago, y no de congelación de fondos, debería ser posible hacerla con una tarjeta convencional.

A nosotros el pago inesperado de este seguro nos costó unos pocos cientos de euros. La buena noticia es que, al contactar con el comparador a través del cual ya habíamos contratado el otro seguro, no pusieron ningún problema y nos devolvieron el importe; ya que, como os decía, es un problema habitual. La mala noticia es que sí, el seguro a todo riesgo de la compañía era significativamente más caro que el que habíamos contratado por nuestra cuenta. Pero nuestras opciones eran pagarlo o quedarnos sin el coche.

En conclusión: viajar a Albania en coche puede ser maravilloso, si vas preparado. Y meter en la cartera una tarjeta repujada puede ser más útil, incluso, que el carné internacional obligatorio.

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