Alexandra Masangkay: "¿Lo mejor de Barcelona? Cervecita en el MACBA y acabar en la playa"
Charlamos con el director y las actrices de 'Código Emperador', el thriller que acaba de inaugurar la 25 edición del Festival de Málaga

Una película de suspense e intriga, una historia de espionaje y de poder. Así es Código Emperador, el nuevo thriller dirigido por Jorge Coira y protagonizado por Luis Tosar, que llegará a los cines este 18 de marzo y con el que se inaugurará la 25 edición del Festival de Málaga.
En el film, un agente de los servicios secretos trabaja salvaguardando la seguridad nacional, al mismo tiempo que se ve implicado en otras misiones extraoficiales en las que deberá proteger o encubrir a las élites de poder del país. Todo ello le hará replantarse sus propios principios.

Así, charlamos con su director, y con dos de sus protagonistas, Alexandra Masangkay y María Botto, que nos hablan sobre las localizaciones de la películas y sus propios viajes personales.
¿Qué le ha supuesto grabar en unas localizaciones tan diferentes?, ¿por qué las ha elegido?
Jorge Coira – Grabar en diferentes localizaciones es un disfrute añadido. Yo en general disfruto mucho rodando, es algo divertido y apasionante, como un viaje a otras historias y formas de mirar el mundo. Y es un regalo si a ese viaje a los personajes se suma un viaje físico, es decir, poder estar un día en Bilbao viendo cómo intentamos contar que estamos allí sin que sea nada paisajístico, a continuación estar en Madrid y acabar todo este viaje yendo a Budapest, una de las ciudades más hermosas del mundo, y a Panamá.

Concretamente elegí esas localizaciones por los contrastes que genera. He intentado buscar cómo darle complejidad y, con pocos elementos, representar elementos como la elegancia, por ejemplo, que la aportaba Budapest. Poder tener una secuencia en el medio del Danubio, delante del Parlamento, es un sueño.
Por otro lado, fue increíble cruzar el charco e ir a Centroamérica. Panamá resultaba muy interesante, menos cliché y menos transitado que otros países que nos planteamos. Es un lugar que me llama mucho porque tiene esa mezcla de mucho dinero por un lado, y al mismo tiempo mucha pobreza. Es un país muy complejo, y visualmente muy interesante.
Al pensar en su infancia, ¿cuáles son sus vacaciones más recordadas?
María Botto – Recuerdo unas vacaciones con mi madre y mi hermana a Venecia. Además de recorrer todas las iglesias, fuimos dos días a la playa del Lido que tiene unas casetas que me recordaron a la película de Muerte en Venecia. Ese viaje fue uno de los más hermosos, de hecho, después he vuelto a Venecia porque creo que es una de las ciudades donde uno disfruta más de los cuadros de Caravaggio o de Tiziano, de toda la cultura del Renacimiento. Es una de mis ciudades favoritas.

Alexandra Masangkay – Mis viajes más recordados son a Filipinas. Yo nací en Barcelona y mi familia es filipina, pero pocas veces he viajado allí, a partir de los 13 años tan solo una o dos veces. Siempre que voy lo redescubro porque cada vez soy una persona diferente. La próxima vez que vaya quiero descubrir el resto de islas, que son más de 7.000.
Jorge Coira – Uno de los lugares que más me abrieron la mente, porque estuve muy de niño, fue Ceuta y Marruecos. Fui con 6 años y aún no me había movido mucho de Galicia. Recuerdo tener una sensación de estar en otro planeta. A partir de ese momento he pensado mucho sobre cuántos planetas hay dentro de nuestro planeta, en este mundo tan rico y fascinante.
¿Cuál fue el primer viaje que hizo sin sus padres?
M – Fui a Londres con el Interrail con cuatro amigos a los 16 años, y nos terminamos peleando entre todos. Nos gastamos todo el dinero al principio del viaje y tuvimos que recurrir a una pizzería que daba gratis las sobras de pizza a la hora de cerrar. Ahora, recuerdo ese viaje con mucho cariño.
J – Fui a Inglaterra con uno de mis hermanos a ver el último concierto de los Rolling Stones. La gente estaba llorando, allí en el Estadio de Wembley, hasta que anunciaron que seguirían dando conciertos.
A – Yo viajé a los 14 años con un grupo de filipinos de toda Europa a Viena. Pero no pude llegar a conocer bien la ciudad.

Si no viviera donde lo hace, ¿en qué ciudad le gustaría hacerlo?
M – Cuando estoy en Madrid pienso lo maravilloso que sería vivir en Londres, pero cuando viajo afuera hecho de menos Madrid y España. Tenemos una manera de vivir tan abierta que se hecha mucho en falta.
J – Yo antes vivía en el centro de Santiago, pero ahora vivo en una aldea donde abres las ventanas y lo único que ves son árboles. Así que no me gustaría vivir en otro lado. Pero sí que intento cada cierto tiempo irme con mi mujer un mes a un lugar donde tener esa sensación de que estamos viviendo en otro sitio. Me fascinaría hacerlo en Nueva York, aunque no podría vivir toda la vida allí. También me gustaría hacerlo en algún lugar de Chile o Argentina, o incluso Asia.

A - Soy un alma libre, creo que podría vivir en cualquier lado porque me adapto bastante al lugar. No sé dónde puedo acabar mañana ni el mes que viene ni de aquí a tres años. Pero sí que es cierto que echo mucho de menos Barcelona. Llevo viviendo en Madrid ocho años, pero añoro mi ciudad, sus calles, esas rutinas de tomarte una cervecita en el MACBA, pasear por el Borne y acabar en la playa.
¿Qué destino turístico le parece más sobrevalorado?
J – Hay algunos que son muy cliché, como por ejemplo Venecia o París. Pero es que realmente son espectaculares. En realidad creo que hay más lugares infravalorados, no conozco ninguno sobrevalorado.

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