5 enclaves para adentrarse en del Parque Natural de las Hoces del Duratón

Caminos con encanto, una abundante vegetación, mucha historia y una gran riqueza de especies animales, son parte de este Parque Natural de Sepúlveda (Segovia).

Senda del río Duratón
Senda del río Duratón / Irene González

Entre historia y magia existe un balcón natural, que se abre una a una inmensa reserva de flora y fauna. Es el Parque Natural de las Hoces del Duratón, que bien merece disfrutar con calma. En este paraje hay que deleitarse de su impresionante vegetación, su rico mundo animal, y por supuesto, dejarse seducir por las majestuosas aguas de sus ríos Duratón y Castilla, que discurren a lo largo de sus más de 5 000 hectáreas de extensión.

Empezando en Sepúlveda, donde en cada rincón se entremezclan la historia y la magia, se vuelve al medievo entre el ecosistema más rico del Parque Natural de las Hoces del Duratón. Esta sorprendente Villa, a no más de 130 kilómetros de Madrid, está situada sobre una gigantesca peña, que a modo de observatorio natural, asoma al rio Duratón y su inmensa reserva. Este oasis, que se abre en plenas tierras castellanas, fue declarado por Ley de las Cortes de Castilla y León, Parque Natural en el año 1989. Antes de recorrer el Parque hay que perderse por Sepúlveda, una magnífica Villa de tierras castellanas cuajada de historia, y de gente cercana y acogedora. Merecidamente, Sepúlveda fue declarada conjunto Histórico Artístico a mediados del siglo pasado.

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