Tentudía, la comarca secreta de la Ruta de la Plata

En Extremadura, al sur de Badajoz, se enclava la Comarca de Tentudía, una espléndida región salpicada de pueblos cuajados de historia y de arte. A esta comarca casi desconocida llegaron los caballeros de Santiago para conquistar el territorio, por ella transitan los peregrinos que siguen la Ruta de la Plata y aquí nació Francisco de Zurbarán.

Tentudía
Tentudía / Irene González

La Comarca de Tentudía ha sido una zona de frontera, una región de tránsito atravesada de norte a sur por la legendaria Vía de la Plata, donde la hospitalidad es la máxima de sus habitantes, y donde el viajero se siente mimado. Los pueblos de Fuente de Cantos, Monesterio, Calera de León, Cabeza la Vaca y Fuentes de León son auténticos tesoros ocultos por descubrir. Esta opulenta tierra extremeña goza de campiña y sierra, es rica en dehesas donde está profundamente arraigada la cultura del cerdo ibérico y donde se cría uno de los mejores productos de nuestro país. Así, su gastronomía es otra de las muchas sorpresas de este lugar. De excelencia y calidad, en los fogones de Tentudía se fusionan tradición, materia prima y primor para idear platos del más alto nivel.

Fuente de Cantos es tierra de artistas, y uno de sus más insignes fue el universal Francisco de Zurbarán. De esta localidad salieron muchas de las obras que cuelgan de las más famosas pinacotecas del mundo, y los fuentecanteños propagan a los cuatro vientos el orgullo de ser vecinos del brillante pintor. Nicolás Megía también nació en esta noble villa de Badajoz, y también es admirado como tal. Fuente de Cantos es blanca, limpia, luminosa, hospitalaria, no en vano se asienta en la Vía de la Plata, la principal ruta de comunicación del oeste. En su centro histórico, frente al Ayuntamiento, está la iglesia de Nuestra Señora de la Granada, con un monumental retablo y una extraordinaria pila bautismal de mármol blanco del XVI. El magnífico edificio es del siglo XV, aunque en siglos posteriores el templo se fue enriqueciendo con la sacristía, portadas laterales y balaustradas. Merece la pena un paseo hasta el convento de Los Frailes de Zuloaga, antiguo monasterio de franciscanos, hoy reconvertido en alojamiento para los cientos de caminantes que recorren la Vía de la Plata en su peregrinar hacia Santiago de Compostela. La iglesia del Carmen, la ermita de Nuestra Señora de La Hermosa, el convento de las Carmelitas y la ermita de San Juan de Letrán completan la atractiva muestra del arte sacro de Fuente de Cantos.

La casa museo de Zurbarán

La figura de Zurbarán está presente en cada rincón de esta villa, ya que los fuentecanteños se sienten muy orgullosos de ser vecinos de uno de los extremeños más brillantes y universales. Imprescindible la visita de su casa museo, donde la tradición popular asegura que nació, y donde se recrea a la perfección la atmósfera de la época. A través de las estancias del Museo de Zurbarán se descubre la figura del pintor y, sobre todo, su magnífica obra, donde destacan sus maravillosas Inmaculadas. Uno de los grandes legados de Zurbarán es la pasión por la pintura que se respira en Fuente de Cantos. Y en la villa se celebran dos sólidos concursos nacionales de pintura, el Francisco de Zurbarán y el Nicolás Megía. Esta insólita Iniciativa ha hecho que la villa haya acumulado una potente y valiosa pinacoteca.

La hospitalidad se respira en las tradiciones de Fuente de Cantos, y una de las que no hay que perderse es la Fiesta de la Chanfaina, que se celebra el último domingo de abril, declarada de Interés Turístico Regional.

Los pastores fuentecanteños supieron hacer de la necesidad virtud, y lograron un exquisito plato a base de las vísceras que los señoritos de antaño desechaban cuando mataban un cordero. Las partes nobles iban a la mesa de los pudientes, y las entrañas se cocinaban al amor del fuego lento. Con más de cuarenta años de historia, la Fiesta de la Chanfaina congrega a los mejores cocineros, que pugnan por alzarse con la victoria de esta prestigiosa cita culinaria. No se puede dejar Fuente de Cantos sin pasear por el yacimiento arqueológico Los Castillejos, la ermita de San Isidro, las magníficas vistas del cereal y las praderas donde pace la potente ganadería ovina.

Monesterio o la maestría del Ibérico

A 20 kilómetros de Fuente de Cantos, hacia el sur por la Vía de la Plata, se llega a Monesterio, una villa de origen templario que en la época romana fue la entrada natural a Extremadura desde el Sur. Monesterio bien podría ser la capital mundial del jamón, donde la cultura del ibérico, el aprovechamiento de sus magníficas dehesas y la preparación de los mejores jamones están muy arraigados. En la carretera que cruza Monesterio se ubican muchos comercios que venden este exquisito producto extremeño con Denominación de Origen Dehesa de Extremadura, muy presente en la gastronomía de la Comarca de Tentudía. Con cerca de un millón de hectáreas de dehesa, Badajoz es el paraíso ecológico para el excelente desarrollo del cerdo.

El Museo del Jamón de Monesterio es el mejor punto de partida para conocer sus dehesas, las costumbres asociadas a la matanza, las propiedades del ibérico extremeño y todo lo relacionado con este mimado animal. Es tal la calidad del ibérico, que desde hace más de 25 años se celebra el Día del Jamón de Monesterio, donde la textura, el olor, las propiedades para la salud, el arte de cortar esta delicia, la conservación de las dehesas y la montanera son algunos de los ejes centrales de este festival para los sentidos.

Calera de León, cuna de monjes y guerreros

Al noroeste de Monesterio está Calera de León, llamada por los árabes Al Kaxera, "la blanca". Esta tranquila villa es uno de los centros más significativos de la Orden de Santiago y epicentro de grandes batallas de la Reconquista. Calera de León es clara, radiante, huele a historia y a pradera. Desde cualquier punto de la localidad y en la misma plaza de Calera se alza el Conventual Santiaguista de San Marcos, una mezcla de gótico tardío y renacimiento, declarado Bien Histórico Artístico Nacional. El edificio ha vivido grandes avatares, ya que en tiempos fue residencia de los caballeros que vivían en Tentudía y más tarde, y durante cuarenta años, albergó el Colegio de San Marcos de León. En 1811 fue acuartelamiento de las tropas de Napoleón y sufrió terribles destrozos porque los soldados utilizaron las antiguas puertas y el mobiliario para hacer hogueras con las que calentarse. También se vio afectado por las desamortizaciones hasta que el Estado lo expropió y lo transfirió a particulares. En 1930 se vendió al extravagante magnate de la prensa Randolph Hearst, que comenzó a desmontar el tejado, el claustro y las bóvedas, piedra a piedra, para embarcarlas hacia Estados Unidos.

Una revuelta popular lo impidió y, tras varios años de litigios, el Estado volvió a ser dueño del Conventual Santiaguista. El magnífico claustro central es de piedra granítica, con una columnata de dos plantas y una balaustrada ricamente tallada. Tiene cinco arcos de medio punto en cada lado de la planta baja, y diez en la superior sustentados por columnas jónicas. Unida al claustro está la iglesia de Santiago Apóstol, curiosa por su fachada irregular, contrafuertes adosados y una espadaña barroca del XVIII. Su retablo mayor está constituido por ocho lienzos de Eduardo Acosta. Son muy interesantes la arquitectura popular de Calera de León y sus numerosos pozos y fuentes.

"Santa María, ¡detén tu día!", la leyenda

En la sierra de Tentudía, un magnífico observatorio natural que domina todas las vías de comunicación, y a menos de cinco kilómetros de Calera se alza el Monasterio de Tentudía, un auténtico remanso de paz. Cuenta la leyenda que en el siglo XIII, Fernando III encomendó a Pelayo Pérez Correa, uno de los más famosos dignatarios de la Orden de Santiago, que expulsara a los sarracenos de la zona. En la cruenta y larga batalla entre moros y cristianos, cuando la noche se les echaba encima, y la batalla se alargaba, don Pelayo reclamó a la Reina de los Cielos: "¡Santa María, detén tu Día!", y la Virgen, atendiendo a la plegaria, detuvo por unas horas el Sol, y así los cristianos lograron ganar la batalla. En honor a este favor divino se construyó una ermita, que más tarde se transformó en iglesia, a la que después se le adosó un monasterio de estilo mudéjar que hoy es Bien de Interés Cultural Nacional. La iglesia está presidida por Nuestra Señora de Tentudía, a la que se tiene una gran devoción, y su original retablo mayor es del famoso azulejero sevillano Pisano. Un recorrido por el monasterio ubicado en lo que es el paraje más alto de la provincia de Badajoz invita disfrutar de la Capilla Mayor, la de Los Maestres, la de Santiago y de su claustro mudéjar, envueltos de un halo casi mágico, donde cada septiembre se celebra su famosa romería.

Cabeza La Vaca, paraíso de encinas

Cabeza la Vaca es sobria, de calles estrechas y empinadas, de casas encaladas y tejados árabes, de pequeñas plazas, pintorescas fuentes, tiene aroma a tierra y sabor a toreo y fiesta grande, pero, sobre todo, es cuna de personas acogedoras y generosas. Esta retirada zona es la más densa de encinas y alcornoques de toda nuestra geografía, lo que la hace productora de los mejores cerdos, muy codiciados por su excelente calidad. También es rica en productos de la tierra cultivados con esmero y artes tradicionales. En los alrededores de Cabeza la Vaca están la sierra de la Pedrera, los Cortinales, Cerro de la Fontanilla, el Alto de la Buitrera, los Palancares y las Contiendas, que hacen de barrera natural contra los frentes atlánticos, por lo que robles, castaños, encinas, olivos, alcornoques y pinares conforman un vergel.

Fuentes de León, al abrigo del cerro "La patada de Dios"

El entorno de Fuentes de León es único para perderse por sus múltiplesecosistemas y paisajes, estratégicamente asentado junto a un cerro antiguamente conocido como La patada de Dios. A casi 800 metros de altitud sobre el nivel del mar, es uno de los pueblos más altos de la provincia, sobre un terreno accidentado y húmedo, pleno de dehesas y vegetación donde se extiende la hermosaRosa de Alejandría y la singular Orquídea del Espejo o Espejo de Venus. Tiene un rico patrimonio arqueológico que abarca desde grabados rupestres hasta asentamientos romanos, pasando por ruinas árabes y castros celtas. A algo más de cinco kilómetros se encuentra un prodigio natural, las Cuevas de Fuentes de León.

Sin lugar a duda, son un regalo de la naturaleza que sorprenden tanto por su contenido como por su mágico entorno. Formadas por cinco cavidades y dos simas, darán mucho que hablar porque aún están en los inicios de sus excavaciones. De momento, se han hallado cien cuerpos humanos, ajuares funerarios, herramientas de caza y pesca, conchas marinas, y recientemente un cráneo fosilizado y trepanado que dará valiosísima información sobre nuestros ancestros y su forma de vida. La Cueva de Masero, a la que se accede por una sima de seis metros de profundidad, resulta espectacular desde el punto de vista geológico, y la Cueva de los Postes es impresionante por los restos encontrados desde el Neolítico hasta la Edad de Hierro. Interesantes también la del Caballo y la Lamparilla, y sorprendente la Cueva del Agua, con un lago de 250 metros cuadrados y una grandiosa colonia de murciélagos que cada noche salen en desbandada para buscar alimento.

En lo más alto de la sierra se erige el último reducto de la resistencia musulmana, el Castillo del Cuerno, del siglo X, aunque su esplendor lo vivió en los siglos XII y XIII con la dominación árabe. En el XIV, con la Reconquista, fue donado a la Orden del Temple. Lo cierto es que sus muros y su torre hacen sentir la época andalusí y de la Baja Edad Media, pero, sobre todo, es la mejor atalaya para disfrutar de vistas impresionantes. En el recorrido de La Comarca de Tentudía hay que detenerse también en Segura de León para visitar el castillo reconstruido en el siglo XIII por la Orden de Santiago; en Bodonal de la Sierra y sentir su pasión por la cultura y la tauromaquia; en Bienvenida, cuna de dinastías toreras, y en Montemolín, donde contemplar desde su castillo fantásticas puestas de sol.

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