Lunas de miel: La Ciudad soñada

¿Gente de ciudad incluso de Luna de Miel? No hay por qué disimular si lo que apasiona a ambos es empaparse de monumentalidad y cultura, y de rincones muy románticos.

Terraza del hotel Danieli de Venecia
Terraza del hotel Danieli de Venecia

Salir de compras o de marcha y perderse entre la marabunta. Hay clásicos del amor como las inevitables Venecia y París, pero también capitales tremendamente románticas menos obvias como Praga, Budapest, Roma, Ámsterdam e incluso Londres y la sultana Estambul, que con un pie apoyado en Asia, otro en Europa y no menos de 15 millones de almas da para saborear lo mejor de ambos mundos: desde mezquitas centenarias y hedonistas sesiones de hammam hasta clubs de jazz y copas a la última en sus barrios más vanguardistas. Igualmente otro mundo, a dos pasos de casa, aguarda en Marrakech, con mil y un riads exquisitos y cada vez más hoteles de lujo en los que refugiarse tras las duras sesiones de regateo por el laberinto de los zocos. Si se prefiere cruzar el charco, Nueva York tiene tantas capas que, aunque ya se haya ido, siempre apetecerá volver a exprimirle todo el jugo a la capital del mundo, mientras que del otro lado del mapa asoman megalópolis tan locas como Tokio, Bangkok, Hong Kong, Shanghai e incluso Dubai. Esta última, para quienes quieran ver en persona cómo se construye una ciudad de la nada a golpe de petrodólar.

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Escapadas cerca de la gran ciudad

No solo de compras, vida nocturna o cultura a raudales viven los apasionados de las megalópolis. Puede que en una Luna de Miel apetezca combinar la gran ciudad con otro destino puntero de las cercanías. En Nueva York, ¿por qué no una escapada a las playas de los Hamptons o la península de Cape Cod? De Estambul se puede dar un salto a la Capadocia o alquilar una goleta para surcar alguna porción de la costa turca. Muy cerca de Río de Janeiro tientan las playas salvajes del pueblito colonial de Paraty o, a un vuelo de Buenos Aires, los hielos eternos de la Patagonia, las playas uruguayas de Punta del Este, la despampanante región de Jujuy o las cataratas de Iguazú.

Hoteles para una vez en la vida

One by the Five

París atesora hoteles infinitamente más lujosos, pero ninguno tan íntimo como este nido de amor en pleno Barrio Latino con una única suite. Todo está pensado para disfrutar con los cinco sentidos. Desde los sensuales elixires a disposición de la pareja hasta la cama, suspendida en el aire como un espejismo, entre un universo que recrea las estrellas y las nubes.

Ç?ra?an Palace

En Estambul, con su blanca fachada alzada directamente sobre las aguas del Bósforo, este antiguo palacio otomano fue el elegido por John John Kennedy y Carolyn Bessette para su Luna de Miel. Solo con verlo se entiende por qué.

Danieli

En este palazzo junto a la veneciana Piazza San Marco se cruzaron por primera vez Onassis y María Callas, y aseguran que hasta el mismísimo Casanova se acercaba hasta este hoy gran hotel henchido de mármoles para admirar los tejados de la prisión en la que estuvo confinado por su mala cabeza.

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La Mamounia

Más de 1.500 artesanos han trabajado a las órdenes del decorador estrella Jacques García para devolverle su regusto original árabe andaluz a este mito que, desde su inauguración en los años 20 del siglo pasado, combina el lujo con la modernidad y aguanta como la gran dama hotelera de Marrakech.

The Standard High Line

¿Qué pareja de recién casados podría resistirse a hacer travesuras ante las paredes de cristal, con vistas al río Hudson, de este hotel tan hip alzado sobre el singular parque de la High Line neoyorquina?

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