El mapa con la comida típica de cada provincia de España

Recorremos España con hambre y ganas para descubrir la comida típica de cada provincia.

Recorremos España de punta a punta en busca de los platos típicos de cada provincia.
Recorremos España de punta a punta en busca de los platos típicos de cada provincia. / Revista VIAJAR

España es un paraíso para los amantes de la gastronomía. En cualquier provincia encontrarás platos típicos que los bares y restaurantes sirven con orgullo y tradición. Y, lo mejor de todo, es que hay una inmensa variedad de ingredientes y materias primas para que todos los paladares queden satisfechos. Carnes, pescados, verduras y hortalizas han conseguido elevar nuestra gastronomía hasta las estrellas (Michelín, por supuesto) y hoy vamos a recorrer el país en busca de la comida típica de cada provincia de España.

El mapa de España con la comida típica de cada provincia.

El mapa de España con la comida típica de cada provincia.

/ Revista VIAJAR

Hace un tiempo ya propusimos a los viajeros más foodies un recorrido por los mejores restaurante de cada provincia de España y ahora seguimos en la misma línea, pero descubriendo los platos imprescindibles en cada una de ellas. Y es que ya se sabe que la morcilla de Burgos, las alcachofas de Benicarló y el jamón de Jabugo, pero hay otros ingredientes y platos igual de exquisitos y no tan conocidos que merecen ser reconocidos como lo que son: joyas que han conseguido que la dieta mediterránea sea reconocida (desde 2013) como patrimonio cultural inmaterial por la UNESCO.

A Coruña

Hay preguntas que nunca deberían hacerse. Y no nos referimos a la tan manida ‘¿quieres más a mamá o papá?’ sino a otras más culinarias como ¿cuál es tu plato favorito si visitas A Coruña? Los pimientos de Padrón, el caldo gallego, la merluza, mariscos, churrasco, lacón con grelos, pulpo… se nos hace la boca agua pensando en las ganas que tenemos ahora mismo de viajar hasta A Coruña para disfrutar de algunos de sus platos típicos. Mientas, nos conformaremos recordando la que para nosotros es su especialidad estrella: la empanada.

Álava

Carne de potro de la montaña alavesa, pencas rellenas, patatas con chorizo, caracoles o el revuelto de perretxikos son platos que harán que el comensal quede enamorado de la cocina alavesa. Ahora bien, como solo podemos escoger un plato, nos decantamos por las pochas de Álava, un plato típico que se prepara con judías blancas y chorizo.

Albacete

El atascaburras (también conocido como ajo arriero o ajo mortero) es una de las comidas más típicas de Albacete; un plato perfecto para entrar en calor en los meses de más frío. El ingrediente básico es el bacalao en salazón, que se tiene que desalar el día antes. Al bacalao se le añaden patatas cocidas, ajo y aceite de oliva. Con todo ello se hace una masa a la que se le añaden nueces y rodajas de huevo duro. Los miguelitos de La Roda también gozan de mucha fama; de hecho, son muchos los viajeros que cruzan la provincia cuando van de viaje y paran para comprarlos a modo de souvenir.

Si viajas a Albacete, no te olvides de probar el atascaburras.

Si viajas a Albacete, no te olvides de probar el atascaburras.

/ Istock / ALLEKO

Alicante

No puede irse el viajero de Alicante sin probar uno de sus arroces; de hecho, alicantinos y valencianos siempre tienen la misma disputa sobre dónde se come un arroz más rico. Nosotros, en cambio, vamos a decantarnos por la olla viuda, que suele ser típica en la Vega Baja del Segura. Se trata de un plato vegetal, de otoño e invierno, que se prepara desde hace muchísimos años. Este potaje lleva, entre otros ingredientes, boniato, chirivía, judías verdes, panceta de cerdo, garbanzos, hueso de jamón y pimentón. Y si uno se queda con hambre, una coca de verduras tampoco puede faltar en la mesa.

Almería

Los gurullos son trocitos de una masa de harina, agua y sal que se usan habitualmente en platos de cuchara en Almería. En la comarca de Tabernas, por ejemplo, se elabora una receta de gurullos con liebre que se remonta a la Edad Media. Y no te puedes olvidar del chérigan, ya que es el aperitivo más famoso de la provincia. Está compuesto por una rebanada de pan untada generalmente con alioli, a la que se añaden múltiples ingredientes: atún o caballa, jamón serrano o cocido y diferentes quesos. 

Asturias

Si existe un plato tradicional en Asturias, es sin duda la fabada asturiana. Este guiso aúna los tres ingredientes más comunes de la región: fabes, chorizo y morcilla asturiana. Podemos seguir con un cachopo, escalopines al cabrales o pastel de cabracho sin olvidarnos del pote o un rico chorizo a la sidra.

Ávila

En Ávila, se come chuletón. Un plato con el que el comensal ya puede quedar más que satisfecho. También son deliciosas sus patatas revolconas. Y los que no coman carne, pueden decantarse por unos ricos judiones de El Barco o deleitarse con un dulce como las yemas de Santa Teresa.

Badajoz

Migas extremeñas, cojondongo (su propia versión del gazpacho) o la bolla de chacharrón son algunos de los platos más reconocidos, pero el viajero que visite Badajoz no debería irse de allí sin probar la chanfaina, un guiso de carne, morcilla o asadura de cerdo, en una salsa espesa hecha con aceite, vinagre, miga de pan, almendras, ajo, pimentón, orégano y tomillo.

La chanfaina no es apta para cualquier comensal.

La chanfaina no es apta para cualquier comensal.

/ Istock / starets

Baleares

La gastronomía de Baleares tiene algunas similitudes con la cocina catalana y la valenciana.  Predominan platos de arroz como el de liebre, el arròs brut, con erizos, o de langosta... pero nosotros nos quedamos con sus ricas ensaimadas. También merece un puesto de honor su sobrasada.

Barcelona

Barcelona es uno de los principales destinos turísticos de Europa y su gastronomía uno de sus atractivos fundamentales. El pa amb tomàquet es un imprescindible en cuanto pongas un pie en la Ciudad Condal, pero hay también otras muchas exquisiteces como la esqueixada de bacalao, el suquet de peix y, cómo no, la crema catalana.

Burgos

Visitar Burgos y no probar su famosa morcilla seguro que acarrea algún tipo de penalización. Y más allá de su producto estrella, no podemos olvidarnos de la olla podrida (cuyo ingrediente principal son las alubias rojas de Ibeas), la sopa de calducho (con la morcilla como ingrediente estrella) o el lechazo, elaborado en una cazuela de barro en horno de leña.

Cáceres

El viajero que llegue a Cáceres va a descubrir exquisiteces como la manteca colorá (manteca de cerdo con pimentón ahumado) que se unta en pan, la Torta del Casar o las migas extremeñas. Eso sí, como solo podemos escoger un plato nos decantamos por el zorongollo, una ensalada que acompaña a las carnes asadas y está compuesta por pimientos rojos asados, cebolleta, tomate, vinagre y aceite. 

El zorongollo es una ensalada que suele acompañar a carnes asadas.

El zorongollo es una ensalada que suele acompañar a carnes asadas.

/ Istock / AlexPro9500

Cádiz

El plato más popular de Cádiz es el pescado frito o pescaíto frito. Otros platos típicos son los guisos elaborados con pescado o marisco de la zona. Encontramos también cazón en adobo, ortiguillas fritas, papas con choco o las tortillitas de camarones, una delicia elaborada con quisquillas, harina de garbanzo, aceite de oliva y perejil.

Cantabria

En Cantabria el viajero debe tomarse un cocido montañés o lebaniego. También son imprescindibles las anchoas de Santoña, las rabas, o el sorropotún, un plato típico a base de bonito. Eso sí, como en la redacción de la Revista VIAJAR somos amantes del dulce, nos quedamos con la quesada pasiega, un postre típico de la zona de los Valles Pasiegos junto con los sobaos. 

La quesada es un postre típico de los valles pasiegos.

La quesada es un postre típico de los valles pasiegos.

/ Istock / Miguel Angel Flores

Castellón

El arroz en sus múltiples variedades es uno de los platos estrella de Castellón, pero hay muchos otros que merecen ser saboreados y disfrutados. El Ximo es una especie de panecillo relleno de atún, huevo y tomate; los fideos rossejat (con productos del mar y los fideos bien tostados); las alcachofas de Benicarló o los langostinos de Vinaroz están exquisitos, pero como solo podemos escoger un plato nos decantamos por la Olla de la Plana, un guiso tradicional con infinidad de vegetales y carne.

Ciudad Real

Si visitas Ciudad Real no puedes irte sin probar su tiznao, un plato sencillo de preparar, ya que tan solo hace falta un buen bacalao desalado y las verduras que se tengan a mano para prepararlo. Recomendables son también otras especialidades como el pisto manchego, el asadillo, el mojete o los duelos y quebrantos. 

Córdoba

La cocina de Córdoba tiene una base mediterránea, caracterizada por la ausencia de especias y la abundancia de verdura en sus platos más tradicionales. Destaca el salmorejo, seguido por otros platos como flamenquines, boquerones en vinagre o la japuta en adobo (palometa cortada en tacos y acompañada con ajo y vinagre).

Cuenca

El morteruelo es el plato típico principal de Cuenca. Se trata de un plato caliente compuesto por diferentes tipos de caza menor como son la perdiz, la codorniz o el conejo que se suele servir en una pequeña cazuela de barro. Además, los comensales más atrevidos no pueden olvidarse de probar los zarajos, tripas de cordero que forman una madeja.

Si viajas a Cuenca no puedes irte sin probar el morteruelo.

Si viajas a Cuenca no puedes irte sin probar el morteruelo.

/ Istock / JackF

Girona

La gastronomía y comida típica de Girona se basa en carnes procedentes de las ganaderías que encontramos en sus zonas interiores, pescados de sus costas y verduras y hortalizas que se cultivan en sus huertas. Y, precisamente la combinación de todos estos ingredientes da lugar a su plato más típico, el mar y montaña. Tampoco podemos olvidar su repostería, que tiene su máximo exponente en un riquísimo dulce, el Xuixo.

Granada

¡Qué rico se come en Granada! Los golosos tienen en esta provincia su edén particular gracias a los piononos, pero hay otras especialidades como la tortilla de Sacromonte, el remojón granadino (una ensalada con una base de naranja aliñada con aceite de oliva) o las berenjenas con miel, exquisitas para degustar como tapas en cualquier bar de la ciudad.

Guadalajara

A lo largo y ancho de toda la provincia son recomendables platos como las sopas de ajo, migas, gachas, judías, morteruelo, caracoles, trucha, corzo, jabalí, perdiz, conejo… pero si tenemos que degustar solo un plato, lo tenemos claro: el cabrito asado de Jadraque.

Gipuzkoa

Al ser una provincia costera, las recetas con pescado son abundantes. Una de las preparaciones estrella es el bacalao al pil pil, pero no debemos olvidarnos de las kokotxas de bacalao, la zurrukutuna de bacalao o la merluza rellena de marisco.

Huelva

Huelva es tierra de chocos, gambas e ibéricos. Destaca, por encima de todo, ese jamón de Jabugo que nos hace perder el sentido con sus vetitas de grasa y su sabor inconfundible. Y, lo mejor tras una buena comilona, es acabar con unas ricas fresas. Se calcula que el 95 por ciento de las que se consumen en España se cultivan en Lepe, siendo la provincia de Huelva la máxima productora europea de esta fruta.

Huesca

El plato estrella es el ternasco de Aragón. Su carne es tierna y jugosa con un sabor inconfundible. Se prepara al horno de leña con patatas, vino y el propio jugo del ternasco, pero también se puede disfrutar en guisos como la caldereta, frito o sobre brasas.

Jaén

Jaén es la capital mundial del aceite de oliva, por lo que este es uno de los ingredientes estrella que forman parte de sus platos junto con los mejores productos de la huerta. La pipirrana es su creación más destacada: una ensalada que se consume principalmente en verano y se elabora con tomate, cebolla, ajo, aceite de oliva, pimiento y pepino. Además, hay quienes le añaden atún y huevo cocido.

La pipirrana es una ensalada perfecta para aplacar los calores veraniegos en Jaén.

La pipirrana es una ensalada perfecta para aplacar los calores veraniegos en Jaén.

/ Istock / Antonio Ortega

La Rioja

Si visitas La Rioja no puedes no probar su plato más famoso, las patatas a la riojana. Tan solo patatas cocidas con chorizo y pimentón son sus ingredientes, aunque hay quien les añade pimiento y cebolla para lograr una mayor consistencia.

Las Palmas: Sancocho canario

Podríamos poner las papas arrugadas con mojo, pero nos hemos decantado por un plato típico no tan conocido: el sancocho.  Este plato consiste en pescado salado, normalmente cherne, hervido y acompañado de papas arrugadas, batata y mojo (por supuesto, no podían faltar). Es típico de celebraciones familiares en las Islas Canarias, especialmente en Semana Santa.

León: Cecina de León

La cecina se come en toda España, pero no tenemos dudas sobre cuál es la mejor: la de León. Se trata de carne de vaca curada al aire, similar al jamón, pero con un sabor más profundo y ahumado. Este embutido tiene denominación de origen protegida, y se suele servir en finas lonchas como entrante o tapa.

Lérida: Caracoles 'a la llauna'

Este plato tradicional catalán es especialmente popular en Lleida, e incluso se celebran festividades como 'L'Aplec del Cargol' para disfrutar de esta comida en buena compañía. Los caracoles se cocinan en una bandeja de lata (llauna) al horno, aderezados con una mezcla de hierbas, especias y ajo, así que el sabor de la salsa importa tanto o más que el de los caracoles.

La salsa de los caracoles depende de cada chef.

La salsa de los caracoles depende de cada chef.

/ Istock / nito100

Lugo: Tarta de Mondoñedo

Este postre es originario de la ciudad de Mondoñedo, en la provincia de Lugo. Se elabora con hojaldre, bizcocho, almendra, fruta confitada y cabello de ángel. Es un dulce artesanal de gran tradición en la región, ya que tiene sus orígenes en la Edad Media: era un postre especial para bodas y celebraciones.

Madrid: Callos a la Madrileña

Somos conscientes de que puedes comer callos es toda España, pero como en Madrid, en ningún lugar del mundo. Se elabora con tripas de ternera, chorizo, morcilla y jamón, todo cocinado en una salsa espesa y ligeramente picante. Es un plato contundente, que apetece especialmente en invierno.

Málaga: Ajoblanco

Esta sopa fría que se come en algunas zonas de Cádiz también, se elabora con almendras, ajo, pan, aceite de oliva y vinagre. Es similar al gazpacho pero con un sabor más suave y cremoso, a menudo acompañado de uvas o melón: un plato perfecto para acompañar los calurosos meses de verano en Andalucía.

La forma de servir esta sopa es un arte en si.

La forma de servir esta sopa es un arte en si.

/ Istock / siims

Murcia: Pastel de carne murciano

Este pastel (que no es un postre) tiene una masa crujiente rellena de carne picada de ternera o cerdo, jamón, huevo duro y, a veces, especias. Es un clásico de la cocina murciana y se encuentra en casi todas las panaderías y bares de la región.

Navarra: Cordero al chilindrón

 Este plato que destaca por la calidad del producto con el que se elabora es un guiso de cordero cocinado con salsa de tomate, pimientos, cebolla y ajo. El cordero se dora y se cocina a fuego lento en esta sabrosa salsa, resultando en una carne tierna y jugosa.

El secreto está en la salsa.

El secreto está en la salsa.

/ Istock / Максим Крысанов

Ourense: Caldo gallego

Este caldo es una variación del tradicional caldo gallego, pero con un toque especial de la provincia de Ourense. Esta versión incluye ingredientes como grelos, chorizo y patatas. Se trata de un plato muy reconfortante, especialmente en los meses fríos.

Palencia: Menestra palentina

Este plato consiste en un guiso de verduras de temporada, como alcachofas, guisantes, espárragos y judías verdes, que se combinan con jamón y cordero. Este manjar representa la riqueza de la huerta castellana y la tradición de aprovechar los productos locales.

Pontevedra: Lacón con grelos

Este plato gallego es específicamente típico de Pontevedra. Se elabora con lacón, es decir, pierna de cerdo salada, acompañado de grelos y patatas cocidas. Se sirve todo hervido con un toque del mejor aceite de oliva para un resultado delicioso.

Salamanca: Bollo Maimón

El bollo maimón es un dulce tradicional de Salamanca, especialmente popular durante las festividades y celebraciones (aunque si tienes un antojo, siempre los puedes encontrar en las pastelerías). Se trata de un bizcocho esponjoso y ligeramente dulce, hecho con ingredientes simples como harina, huevos, azúcar y mantequilla. Su nombre proviene del término árabe "maimón", que significa "bueno" o "agradable", reflejando la dulzura y la textura ligera del pastel.

Segovia:

Una de tantas provincias españolas que ha elevado su gastronomía por encima de otros símbolos identitarios. La denominación de origen “segoviano” es un adjetivo que no deja espacio para la duda. Estamos refiriéndonos a las perdices - segovianas-, el conejo -también segoviano- y las setas a la “segoviana". Uno va entreviendo que hay un patrón. Pero sí Segovia hizo famosa a esos platos, hay uno que, por encima del resto de símbolos patrios, hizo famoso a esta provincia y alcanzó tal renombre que no hizo falta añadirle la DOP: el cochinillo asado.

Preparación sobre bandeja de barro y en horno de leña

Preparación sobre bandeja de barro y en horno de leña

/ Istock / Jeffrey Ross

Sevilla:

No se puede culpar al turista que es preguntado por la comida típica de España y contesta “las tapas”, porque quizá se haya enamorado de esta omnipresente tradición del sur -y del norte, no queremos empezar otra guerra civil-. Pero se está hablando de platos y las tapas se enfocan más en el formato que en el contenido. Dicho esto, hablar de Sevilla sin mencionar el gazpacho sería un crimen, aunque también se debe mencionar el cazón aliñado, los huevos a la flamenca y el bacalao con tomate.

Soria:

Tradicionalmente, la gastronomía soriana se remonta a las preparaciones típicas pastoriles y ganaderas. Por su cercanía, también tienen una fuerte influencia de Castilla-La Mancha en algunas de sus preparaciones, aunque son solo una parte de su amplio repertorio. Las preparaciones con setas, entre las que destaca la trufa negra de Soria, son célebres entre los amantes de la micología, pero no tan populares como las migas al pastor, la caldereta o el cordero asado. Se lleva la palma el torrezno de Soria, que se sirve también en otras comunidades consiguiendo pocas veces el nivel de crocante y el interior cremoso del cocinado en esta tierra.

Tarragona:

La decisión no es fácil en una zona donde compiten mano a mano preparaciones como el arroz caldós de galeras, los esmarris, el arrosejat, o la coca de recapte. Con un despliegue de sabores tan vasto, nos tenemos que quedar con los archiconocidos calçots, siempre acompañados de la salsa romesco.

A la parrilla y a fuego directo, ya que se pelan antes de comerlos

A la parrilla y a fuego directo, ya que se pelan antes de comerlos

/ Istock / Bet Rusinyol

Santa Cruz de Tenerife:

Con una estrecha relación con el mar, la gastronomía canaria mira, sobre todo, a pescados y mariscos autóctonos de esa zona del Atlántico. Aun así, muchos de los ingredientes de su comida tradicional son importados de ultramar, tanto de la Península Ibérica como de América, con guiños a la cocina venezolana y caribeña. El gofio o el sancocho son buenos ejemplos de comida canaria, aunque es difícil superar unas buenas papas arrugadas.

Teruel:

El paisaje montañoso característico de esta provincia se refleja en sus platos tradicionales, en los que se utiliza mucho producto procedente del suelo. También son apreciadas las carnes, que toman protagonismo en preparaciones como el ternasco de Aragón y las madejas, elaboradas con intestino de cerdo. De todo su menú, nos quedamos con las magras turolenses.

Toledo:

Como uno de los exponentes más reconocidos de comida castellana, Toledo destaca por sus preparaciones con carnes de caza y hortalizas de secano. Como ejemplos, cabe mencionar las carcamusas, un guiso elaborado con ternera, o el cocido de tres vuelcos. En esta ocasión, el elegido es un plato muy demandado en la capital: la perdiz estofada. Una receta típica en las celebraciones familiares y en fiestas importantes, como la Navidad.

Valencia:

Nunca hables a un valenciano de paella. Es a la vez una broma, un consejo y una advertencia que puede salvar a más de uno de un seminario de dos horas de por qué ingredientes como el chorizo o los guisantes son un sacrilegio que debería ser catalogado como crimen de lesa humanidad. Podrás encontrarte con preparaciones como la fideuá y el esgarraet en la mayoría de bares, restaurantes y casas de comidas de la provincia, pero es una obviedad que la paella valenciana es el plato estrella.

En Valencia se come diréctamente de la paella

En Valencia se come diréctamente de la paella

/ Istock / THEPALMER

Valladolid:

Pocas cosas son tan típicas de Valladolid como su invierno, ese frío glacial que hay que empezar a combatir desde dentro al menor signo de hipotermia. Es por eso que muchas preparaciones vallisoletanas son contundentes y sabrosas, capaces de redirigir toda la sangre del cuerpo al estómago. Para ello, no hay nada mejor que una buena sopa de ajo, coronada con un huevo estrellado, para devolverte a la vida.

Vizcaya:

Estamos ante uno de los favoritos de la liga, Estados Unidos en los Juegos Olímpicos o Brasil en el Mundial de Fútbol. La cocina vizcaína ha ganado renombre mundial como una de las mejores del planeta, tanto por su cocina tradicional como por la cantidad de cocineros de renombre provenientes de la zona. Pero al hablar de tradición, la cabeza vuelve a lo típico: kokotxas, pintxos y bacalao a la vizcaína, así como al quizá polémico ganador, el marmitako.

Zamora:

Ya en el primer viaje a las Américas, Colón decide llenar a la Santa María del vino de Toro, zamorano de denominación de origen. Su cocina se identifica desde el primer bocado y sus platos populares, como el bacalao a la tranca y dos y pingada, son ejemplos del enorme rango entre lo simple y lo laborioso en su gastronomía. En esta ocasión queremos destacar el arroz a la zamorana.

Zaragoza:

Destacan preparaciones tradicionales como la pepitoria, donde los jugos de la carne se enriquecen con yema de huevo duro y almendra molida, muy utilizado en preparaciones de aves de corral. Un plato que destaca por encima de todos es el ternasco de Aragón, que, así como en otras provincias de la comunidad, es el más reconocible. Pero queremos destacar otra comida, igualmente deliciosa, que demuestra que se puede crear algo especial con muy pocos ingredientes: el lomo a la zaragozana.

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