La calle en la que mejor se come del mundo está en España: tiene 80 bares en 150 metros
Esta calle es tan famosa por su comida que es meta de peregrinaje gastronómico. Literalmente.

En España nos pueden faltar bancos, fuentes, parques de bomberos o colegios, pero lo que nunca nos falta, estemos en el rincón del país en el que estemos, es un bar. Hay pueblos sin iglesia, pero no hay pueblos sin tascas.
El país con mayor densidad de bares del mundo puede presumir de un establecimiento culinario por cada 175 personas. Toda una muestra de que la cultura de barra, caña y tapa está tan inscrita en nuestro ADN como el hablar alto o el aserejé. Pero, en la nación donde en el que más rico se come del mundo, hay una calle específica con tal afluencia y variedad que tenemos, por fuerza, que darle la medalla de oro.
La calle con más bares de España
La avenida en cuestión se ubica en la capital de Galicia, Santiago de Compostela. Se trata de la rua do Franco, una calle de solo 150 metros en la que se acumulan 80 restaurantes, tabernas y bares.
Puede que, al oir esto, se alcen vocecillas a lo largo y ancho de la piel de toro que configura este país reclamando para su propia ciudad el trono. Pero hay algo que hace que la rua do Franco silencie a todas las demás: su tradición.

Nos costaría mucho encontrar una ruta gastronómica con más historia que esta. Ya en la Edad Media, los peregrinos que viajaban a Santiago para obtener sus bulas recalaban en la rua do Franco tras pasar por la catedral en busca de comida y cama. Ese es el origen de su nombre, de hecho: "Franco" era el nombre que se daba a los peregrinos que venían desde el país vecino, cruzando los Pirineos.
Hoy, la rua do Franco mantiene intacto su encanto. Enclavada en mitad del casco histórico, las casitas de piedra medievales se acumulan a ambos lados de un suelo adoquinado, los balcones están adornados con estructuras de hierro forjado. Y lo más importante: su cultura gastronómica sigue atrayendo a miles de personas, peregrinos y locales.
Dónde comer en la Rúa do Franco
La calle es, en sí misma, una cata de la gastronomía gallega en miniatura. En Gato Negro podemos disfrutar del hígado encebollado. En el Abellá, nos espera su "cocodrilo", una tapa a base de lomo de cerdo. El Trafalgar sirve "tigres rabiosos", unos mejillones de la zona servidos con salsa picante. María Castaña es la meca de los chipirones; el Barrola es el mejor para comer marisco del mar a la mesa; y el Sixto para probar un buen pulpo a la gallega. Salpicando la calle, hay numerosos locales donde degustar también empanada gallega, almejas, percebes... todo es cuestión de organizarse y de guardar hueco para el siguiente.
Una de las formas más populares de recorrer la calle es haciendo la ruta París-Dakar, que empieza en el bar O París y recorre la calle sumando vino y tapa en cada parada hasta el bar Dakar. Para evitar excesos, las rutas suelen limitarse a un máximo de 15 bares.
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