Nanako, el japonés secreto con menú omakase con extra de 'value for money'

Un restaurante de Chamberí alejado de las modas ofrece la oferta más honesta y con mejor calidad-precio de Madrid.

Nigiri de atún con tuétano flambeado en el restaurante japonés brasileño Nanako de Madrid
Nigiri de atún con tuétano flambeado en el restaurante japonés brasileño Nanako de Madrid / D.R.

En tiempos de Instagram, cuando ya no cabe ni un 'más es más' en los restaurantes, convertidos en 'show businesses' (decoración espectáculo, comida espectáculo, espectáculos espectáculo), parece que todo funciona en base a eso.. Y al dinero. Pocos lugares respiran ese 'value for money' (o ese sentir que lo que has gastado ha merecido la pena): no salen en vídeos expertos en generar gastrovirales, no los frecuentan las influencias tras sus eventos, pero si te lo cuentan con tanta pasión como saboreas en cada plato, vas. Y te enamoras. 

Es el caso de Nanako, un restaurante japonés de Chamberí regentado por un chef brasileño, Ariel D'Ávila, quien, sin complejos, trata el pescado con la naturalidad que merece (ni mayonesas, ni tobikos, ni siquiera soja por litros) e incluye además referencia a su país natal. 

Aunque tiene carta propia y se puede ir a disfrutar eligiendo platos, su estrella es el omakase, el menú en el que el comensal se deja en manos del chef. Aunque la experiencia previa en otros negocios susurre al oído la necesidad de no ceder el control así como así, créenos cuando te decimos que estás en familia y debes dejarte llevar. Es más, no depositas tu confianza en cualquier cosa: su carta de presentación es este menú que, además, tiene la mejor calidad-precio de Madrid: unos nueve o diez pases, más dos propuestas dulces por 53 euros. Del maridaje merece la pena hablar aparte. 

Restaurante Nanako en Madrid


/ D.R.

Porque si sobre la mesa (alta o baja, cómodas ambas: deben de tener los únicos taburetes altos en los que te quedarías a vivir) van pasando platos variadísimos, los vinos te van a sorprender. El acompañamiento del menú es de 25 euros, nunca desorbitado, y aunque también es aconsejable dejarse guiar, te sorprenderá saber que la estrella es un oloroso de Jerez, cada vez más recomendado por sumilleres como la unión perfecta a la sabrosa cocina nipona.

Pero volvamos a la cocina: Ariel prepara casi todo a la vista, en la barra del local, como si fuese sencillísimo preparar la lubina o el atún para servirlo y que sea todo un placer… 

Gyozas de gambas y salsa moqueca en Nanako Madrid


/ D.R.

En qué consiste el menú omakase de Nanako

El comienzo suele ser fuerte: por ejemplo, y según decida el chef, caldo de marisco, edamames salteados (que son, sin duda y con sorpresa, otra de las bazas fuertes del local) y otro gran hit, unas gyozas rellenas de un guiso de gambas bañadas por caldo de moqueca, una especialidad brasileña original, sabrosa y un plato que se queda en tu recuerdo para siempre.

Entonces llega el momento del mar: un plato de sashimi variado, con unas cinco piezas por comensal, acompañado de wasabi casero, esa joya tuberculosa tan difícil de encontrar en Occidente.

Pasando a la fase nigiri, sorpresa mayúscula, nada de excentricidades: buenos cortes, ligeros marinados y un uso de la robata excelente. Por ejemplo, esta última da vida a un nigiri de berenjenas a la brasa impecable. Después llegan, por ejemplo, el de pez limón con sisho o el de ventresca toro con tuétano flambeado.

La misma robata se usa también en el penúltimo plato, una pluma ibérica con cebolla encurtida. Para rematar, y antes de los dulces, un curry japonés de langostinos que culmina la experiencia y la eleva a lo más alto.

El chef Ariel D'Avila preparando sushi en el restaurante Nanako


/ D.R.

Al final, mientras degustas los postres de la casa (increíble la mouse de maracuyá, pruébala aunque tengas por costumbre evitar las frutas cuando comes fuera), te queda ese ligero sabor de boca, de cuantía incalculable, el de haber descubierto un lugar auténtico, donde el dinero pasa a un segundo lugar y la experiencia se queda para siempre. Para enamorarse y volver, desde luego.


Nanako abre de martes a sábado en la Calle de Raimundo Lulio, 24 (Madrid).

Síguele la pista

  • Lo último