Ni Disneyland París, ni PortAventura: el parque de atracciones más espectacular de Europa está en Alemania y tiene escenarios de todo el mundo

¿Eres más de Disneyland París o de Port Aventura? ¿Prefieres la magia del ratón más conocido de la televisión o la fuerza del dragón? Mi respuesta, quizás, te puede sorprender. Yo no soy de ninguno de ellos, sino que soy de Phantasialand; un espectacular parque alemán perfecto para quien busca emociones reales y mundos que parecen sacados de un sueño. Sí, el nombre ya te da una pista; aquí no necesitas tener demasiada imaginación porque te ponen en bandeja la posibilidad de sumergirte en un universo de fantasía, pero con montañas rusas que te hacen gritar como si no hubiera un mañana. 

Phantasialand se encuentra en el estado federado de Brühl, Alemania. Y sí, sé lo que estás pensando, quizás lo ves un poco lejos. Pero te aseguro que merece la pena. Allí encontrarás ni más ni menos que 35 atracciones. Todas de ellas ofrecen fantasía, una tematización increíble y diversión para todo tipo de públicos y gustos. Vaya, que si decides pasar un día (o más) en Phantasialand no te vas a aburrir y siempre vas a irte con ganas de más. 

Un billete directo a la fantasía

Phantasialand no es un parque, es un universo. O mejor dicho, seis. Porque cada zona es un mundo en sí misma, tan detallado y envolvente que dan ganas de mudarse ahí.

¿Quieres selva, tambores y un poquito de adrenalina? Entra en Deep in Africa y súbete a Black Mamba, una montaña rusa invertida que se integra en África con una elegancia y una fuerza brutal. ¿Prefieres dragones chinos y farolillos rojos? Bienvenido a China Town, un rincón sereno donde podrías jurar que oyes un gong entre montañas rusas. Pero si lo tuyo son los tacos, el mariachi y los descensos acuáticos más bestias del planeta, México te espera con Chiapas, la mejor atracción acuática del mundo (no lo decimos nosotros, lo dicen los Golden Ticket Awards). Todavía no sabes mucho, pero, ¿a qué se te ha quitado la idea de las colas interminables en Disneyland o el calor sofocante del verano en Salou?

¿Y si te dijera que puedes volar?

Como he dicho, en Phantasialand no necesitas hacer un gran esfuerzo imaginativo. ¿Tu sueño es volar? Pues, créeme, aquí lo puedes cumplir. Imagina una montaña rusa voladora que no solo te lanza al vacío, sino que lo hace como si fueras un superhéroe en pleno vuelo, con el viento en la cara y el corazón a mil. Eso es F.LY., la joya de Rookburgh, un mundo steampunk donde hasta el aire huele a aventura. 

Estoy segura de que después de estar en sobredosis de adrenalina vas a querer más. Por lo que es tu momento para dar una oportunidad a Taron, considerada la montaña rusa de lanzamiento de múltiple más rápida y larga del mundo. Dentro del entorno temático de Klugheim, Taron corre entre ruinas, rocas y fuego con un diseño tan loco que no sabrás ya si estás subiendo o bajando. Eso sí, estoy segura de que estarás gritando. 

Dormir dentro del parque (y no querer salir jamás)

¿Quieres seguir el cuento hasta el amanecer? En Phantasialand puedes dormir como un emperador en el Hotel Ling Bao, inspirado en un templo asiático con spa incluido. O soñar entre baobabs en el Hotel Matamba, perfecto para familias con ganas de aventura. Pero si eres de los que no sueltan el volante ni dormido, alójate en el Hotel Charles Lindbergh, donde cada habitación parece la cabina de un zepelín y tú eres el capitán.

Navidad mágica

¿Adoras la Navidad? Pues, si vas en invierno, no te pierdas Wintertraum. El parque se transforma en un sueño navideño con luces, fuego, espectáculos y una atmósfera que hace que el frío te dé igual. Es como si te abrazara la infancia… mientras caes en picado en una montaña rusa. Para mí, un sueño hecho realidad. ¿A qué esperas para ir directo a Alemania?

Un par de tips de oro

• Compra las entradas con antelación, que esto se llena.
• Descárgate la app del parque, y sabrás dónde ir sin perder tiempo.
• Quédate en un hotel del parque, y disfruta de acceso anticipado (y desayuno con vistas de infarto).

¿Cómo llegar desde España sin teletransporte?

Fácil y sencillo. Vuela directo a Colonia, después coge un tren a Brühl y en menos de lo que canta un gallo estás entrando al parque. Alemania tiene su fama de puntual, y aquí lo aplican también a la diversión.

El veredicto

Phantasialand no tiene princesas firmando autógrafos ni castillos de cartón piedra. Tiene mundos que vibran, que respiran, que te atrapan. Tiene atracciones que hacen que el alma se te suba a la garganta (y vuelva feliz). Tiene magia, sí, pero sin fórmulas prefabricadas. Así que la próxima vez que alguien te diga: “¿Y tú de quién eres, de Disney o de PortAventura?”, tú mírale a los ojos y responde con seguridad: “Yo soy de Phantasialand”. Y que empiece el viaje.