Caminar la naturaleza y la historia de Guadarrama

El Camino Schmid es una de las sendas más frecuentadas de la Sierra de Guadarrama. Recorrerlo y explorar sus variantes nos descubrirá los tesoros naturales, paisajísticos e históricos del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama.

Caminar la naturaleza y la historia del Guadarrama
Caminar la naturaleza y la historia del Guadarrama / Darío Rodríguez y Antonio Guerrero

Corría el año 1926 cuando Eduardo Schmid, austriaco afincado en Madrid, experto montañero y esquiador, y socio número 13 de la Real Sociedad Española de Alpinismo Peñalara, vio la necesidad de comunicar los albergues que tenía su club en el valle de la Fuenfría y en el puerto de Navacerrada, y decidió trazar una senda que los uniese. Así nació el camino que lleva su apellido y que, con el paso del tiempo, se convirtió enla senda más conocida y transitada de toda la Sierra de Guadarrama. Actualmente, con 87 años de antigüedad, es el quinto camino histórico del valle de la Fuenfría, junto a las calzadas romana y borbónica, la Carretera de la República y el Camino Viejo de Segovia.

Cercedilla
Cercedilla / Alex Fairweather / Alamy Stock Photo

El Camino Schmid es, sin duda, una de las arterias principales del nuevo Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama. Esta cordillera, a caballo entre las Comunidades Autónomas de Madrid y Castilla y León, guarda en su interior un importante tesoro natural (con una gran variedad de flora y fauna, entre la que destaca la mariposa Graellsia isabelae, que solo existe en esta sierra) y un patrimonio monumental único, en el que destacan el castillo de Manzanares el Real, los monasterios de El Escorial y El Paular, y los palacios de La Granja de San Ildefonso y Riofrío.

Castillo de Manzanares El Real
Castillo de Manzanares El Real / ISTOCK

Además, entre los pioneros del guadarramismo hay personajes de gran erudición y altura intelectual, como Francisco Giner de los Ríos, creador de la Institución Libre de Enseñanza, o su alumno Constancio Bernaldo de Quirós, fundador de la citada R.S.E.A. Peñalara. Y también es de justicia reseñar que en estas cumbres se formaron grandes esquiadores y montañeros que han proporcionado momentos de gloria a nuestro país, ganando medallas olímpicas (los Fernández Ochoa, ahora de triste actualidad) o alcanzando las cumbres más altas del planeta. Por todo ello, recorrer el camino y sus interesantes variantes contribuirá a comprender mejor el alma de estas montañas.

El punto de partida

La mayoría de la gente comienza el Camino Schmid en el puerto de Navacerrada, dejando el coche en Cercedilla, localidad a la que también se puede llegar en ferrocarril. Si se opta por el automóvil, hay que tomar la A-6 hasta Guadarrama y, posteriormente, seguir por la carretera M-622 hasta llegar a Cercedilla. Allí se puede dejar el coche aparcado y subir al puerto de Navacerrada en el típico Tren Eléctrico del Guadarrama.

Navacerrada
Navacerrada / Mario Eduardo KOUFIOS FRAIZ

Una vez en el puerto, y para llegar al punto de partida de la excursión, hay que caminar hacia la parte trasera de la estación, donde se encuentra la Residencia Militar de Montaña. A la izquierda de este edificio parte la Senda Arias, que durante 15 minutos sube zigzagueando por el bosque hasta alcanzar el alto del puerto, donde se encuentra la cafetería Dos Castillas. Junto a la cafetería sale una carretera que lleva hasta la pista de esquí de El Escaparate (10 minutos desde el puerto). Y bajo la estación inferior del telesilla comienza el Camino Schmid. Andarlo es fácil: solo hay que caminar siguiendo los puntos amarillos pintados en los árboles y rocas.

Cuatro minutos después se pasa por la pista del Bosque (cuidado en la temporada de invierno con los que descienden esquiando y, además, la nieve puede estar dura) y, unos 50 metros más adelante, pasamos bajo el telesilla -15 minutos desde el puerto-. Unos 25 minutos después, el camino cruza el Arroyo del Telégrafo y gira hacia la derecha, discurriendo entre altos pinos silvestres. Más adelante se pasa junto a un árbol seco, en cuyo tronco una mano anónima ha puesto un cartel con un poema dedicado a él; a la derecha se extiende la parte superior de la pradera de Navalusilla -situada a unos 40 ó 45 minutos-

Collado ventoso

Collado Ventoso

/ Israel Hervas Bengochea / Alamy Stock Photo / ALAMY

La ruta seguirá por la Carretera de la República -también llamada Puricelli, cuyas obras comenzaron en 1934 y que, aunque jamás se concluyó, hay lugares en los que incluso hay quitamiedos-, que está marcada con las señales de los senderos de gran recorrido: dos líneas paralelas, blanca la de arriba, roja la de abajo. Es parte del GR-10, que discurre entre Valencia y Lisboa.

Tras pasar por el Mirador de la Reina -también llamado mirador de la Calva o de El Lanchazo, a 15 minutos de la Fuenfría y con unas espléndidas vistas sobre todo el valle-, la carretera deja a su izquierda la ya citada fuente de Antón Ruiz de Velasco -cinco minutos desde el mirador- y sigue hasta la pradera de Navarrulaque, donde termina cada año la marcha montañero-cultural del Aurrulaque. Allí se encuentra la fuente de Díaz Duque -escritor y montañero-, que ahora ha sido protegida por una especie de refugio y se ha dedicado a los Primeros Caminantes de la Sierra.

En el entorno de esta pradera hay un monumento dedicado a Francisco Giner de los Ríos, realizado con vigas de madera apoyadas sobre una roca; otro, hecho con siete traviesas de ferrocarril que apuntan hacia los Siete Picos, en honor a los pioneros del Guadarrama, y un reloj de sol en homenaje a nuestro Premio Nobel Camilo José Cela.

Miradores de los poetas

Algo más adelante, a 4,6 kilómetros del puerto de la Fuenfría -una hora y 15 minutos- se encuentran los llamados Miradores de los poetas. Primero, el de Vicente Aleixandre (un peñasco que recuerda a la proa de un barco, desde el que hay una magnífica panorámica de las cumbres de Siete Picos); luego, el de Luis Rosales, un balcón natural de roca sobre Cercedilla. Desde allí se sigue bajando por la Carretera de la República, que ahora ha cambiado su señalización por unos puntos rojos. Media hora después llegaremos a un punto, señalizado con un cartel, desde donde parte un estrecho camino que, 400 metros más adelante, nos lleva a la Ducha de los Alemanes: una cascada natural, en el cauce del arroyo de la Navazuela, que antiguamente se conocía como el Chorro del Árbol Viejo (por el tejo que hay al lado). Si hay tiempo, es una visita que merece la pena.

El Rancho de Javi

Restaurante El Rancho de Javi

/ El Rancho de Javi

Dónde dormir: Hotel El Corzo (www.hotelelcorzo.com) y Hotel Pasadoiro (www.pasadoiro.com).

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