Todo lo que necesitas para viajar a Michoacán: cuándo viajar, qué ver y dónde comer
Celebramos el Día de Muertos en Michoacán y te contamos todo sobre esta celebración que es Patrimonio de la Humanidad y sobre cómo llegar a ella.

Más allá de ser una experiencia cultural única, el Día de Muertos es una celebración en comunidad donde la vida y la muerte se fusionan en un mismo mundo. Una celebración que se vive con especial fervor en el estado de Michoacán, conocido como “el alma de México” por su ubicación, pero también por su misticismo. Aquí, esta celebración declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco, fusiona rituales prehispánicos purépechas y tradiciones católicas. Y es que, en la cosmovisión indígena, las almas regresan al mundo de los vivos temporalmente para convivir con sus familiares.

Desde Morelia, capital de Michoacán, hasta los pueblos que salpican el lago de Pátzcuaro, los mercados de dulces y artesanías, los desfiles de catrinas y los altares cubiertos de flores de cempasúchil y velas, lo llenan todo cada 28 de octubre, y hasta el 2 de noviembre, para honrar a quienes ya no están. Uno de los lugares que más se ha popularizado durante estas fechas es la isla de Janitzio, donde la travesía en lancha para alcanzarla es ya el preludio a todo lo que aguarda en su cementerio, el cual hace equilibrios sobre la ladera.
Durante el Día de Muertos hay otro sinfín de maravillosos escenarios donde ser partícipe de esta ocasión, como el exconvento de Tzintzuntzán, los talleres de cobre de Santa Clara del Cobre o las calles de Cuanajo decoradas con cientos de caballitos de madera. Todo listo para un viaje cultural y espiritual donde la memoria se convierte en fiesta mientras que las almas, en forma de mariposas monarca, hacen su visita a estas tierras.

CÓMO LLEGAR
Para llegar a Michoacán desde España es posible hacerlo mediante los vuelos que conectan Madrid con la capital mexicana. Iberia ofrece tres frecuencias diarias. Esto supone alrededor de 770.000 asientos semanales. Los trayectos se realizan a bordo de un moderno Airbus A350, el avión más grande y eficiente de la flota de la aerolínea, que reduce en un 35 % las emisiones respecto a modelos anteriores. Este cuenta con tres cabinas: Business, Turista Premium y Turista, siempre contando con un estupendo servicio gastronómico a bordo. Desde Ciudad de México hay dos opciones para llegar a Morelia, mediante una conexión aérea o por carretera, en un trayecto de unas cuatro horas. Una vez en la capital del estado, existe una red de autobuses para comunicar Páztcuaro y otras ciudades importantes, aunque para visitar las comunidades artesanales o recorrer la ribera del lago de Pátzcuaro lo más cómodo es alquilar un coche.

CUÁNDO VIAJAR
Sin duda, la mejor época para viajar a Michoacán es noviembre o los últimos días de octubre, cuando dan comienzo las celebraciones del Día de Muertos. Además, esto coincide con la llegada de las mariposas monarca a los bosques del estado, un espectáculo de la naturaleza que alcanza su mayor apogeo a finales de mes. Será en febrero cuando alcen de nuevo su vuelo.

QUÉ VER
Michoacán reúne historia, naturaleza y cultura en cada uno de sus rincones. Morelia, la capital, es el mejor punto de partida para empezar a empaparse con los atractivos de este estado. Su centro histórico, declarado Patrimonio de la Humanidad en 1991, está tallado en cantera rosa y alberga edificios coloniales como la Catedral, el Santuario de Guadalupe –elegido por los michoacanos para casarse o celebrar las fiestas de 15 años- o el Palacio del Gobierno. Abrazando el casco antiguo se alza un imponente acueducto de 253 arcos. Caminar por la Calzada Fray Antonio de San Miguel o por el Callejón del Romance es descubrir la cara más romántica y poética de la ciudad y sus establecimientos más coquetos.

A menos de una hora en coche se encuentra la región lacustre de Pátzcuaro, con pueblos imprescindibles entre los que destaca Santa Fé de la Laguna, popularizado por haber servido de inspiración para la película animada de Disney-Pixar Coco. Tzintzuntzán conserva el convento de San Francisco, con los olivos plantados por Vasco de Quiroga hace medio siglo, y las imponentes Yácatas, cinco templos circulares prehispánicos que se alzan ante el lago. El obispo también dejó su huella en los oficios artesanales que asignó a cada uno, como la alfarería de Capula, la ebanistería en Cuanajo, con muebles ornamentados con motivos geométricos y naturales, o el trabajo en cobre de Santa Clara del Cobre. Muy cerca de este último se encuentra el lago de Zirahuén, reflejando en sus aguas los bosques de pinos que lo rodean. Un espejo esmeralda del que aún brotan leyendas de princesas convertidas en sirenas.

En la isla de Janitzio, se puede visitar el templo de San Jerónimo, presenciar danzas tradicionales, como la de los viejitos, y degustar el sabor de los charales, los pescados típicos del lago. Durante el Día de Muertos, su cementerio, ubicado en una ladera de la isla, se convierte en uno de los lugares más especiales en los que ser partícipe de esta tradición en un lugar que alcanzó fama tras aparecer en la película de animación Los tres caballeros.
DÓNDE COMER
La gastronomía michoacana está considerada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco, ¡y no es para menos! La cocina mezcla ingredientes prehispánicos con tradiciones coloniales, siempre ligada al ciclo agrícola y a las celebraciones comunitarias.

En Morelia los mercados rebosan de corundas, tamalitos envueltos en hojas y servidos con salsas. En Quiroga, considerada la capital gastronómica de la región, sobresalen las carnitas de cerdo. En las comunidades indígenas es común el caldo rojo de carne y verduras. Los charales, peces del lago que se comen gritos o con limón, son habituales en la zona de Pátzcuaro. Para acompañar todos estos platos, nada mejor que hacerlo con mezcal o con un buen atole, bebida elaborada a partir de maíz.

Durante el Día de Muertos tampoco faltan los tamales, en todas sus variantes. Los platos favoritos de los difuntos también figuran en las ofrendas, dejando constancia de la importancia que aquí tiene la gastronomía.
Algunos de los restaurantes imprescindibles del estado de Michoacán son Las Yácatas, situado a los pies de la zona arqueológica de Tzintzuntzan, Casa de Blanca 2, ubicado a las afueras de este pueblo, y La Marina, especializado en pescados y mariscos y con las impresionantes panorámicas del lago de Zirahuén.

En Morelia, San Miguelito se ha posicionado como uno de los iconos gastronómicos. Bajo la dirección de la reconocida chef Cynthia Martínez, ofrece un menú que combina tradición y técnicas modernas en un espacio cargado de arte y de sorpresas.
Síguele la pista
Lo último