Valladolid, la provincia para disfrutar del vino

El dios griego Dionisio, a quien los romanos mudaron el nombre y convirtieron en el célebre Baco, dios del vino, seguramente habite entre las abundantes uvas y viñedos de una provincia española en la que una arraigada cultura vinícola ha tomado tintes internacionales y la ha convertido en una de las zonas productoras más importantes del mundo.

Hablamos de la provincia de Valladolid, que alberga en su superficie cinco Denominaciones de Origen Protegidas (D.O.P.) del vino con caldos muy diversos, así como algunas de las bodegas con mayor reputación a escala internacional, como las que se encuentran en la denominada «Milla de Oro del Vino». Fruto de todo ello, la ciudad de Valladolid consiguió acoger en 2 018 el Concurso Mundial de Bruselas, el evento anual más importante del universo del vino.

Te mostramos cuáles son estas D.O.P. y te recomendamos algunos de los lugares más sorprendentes ligados a esta cultura del elixir de la uva:

D.O.P. Ribera del Duero, un referente internacional

Siendo uno de los máximos exponentes mundiales del vino, la franja de 115 kilómetros de longitud y 35 de anchura por la que se extiende la Denominación a lo largo de la cuenca del río Duero, atravesando las provincias de Soria, Segovia, Burgos y Valladolid, cuenta en esta última con 19 municipios en los que se levantan casi 100 bodegas, de las que es posible visitar gran parte de ellas. El alma mater de esta parte de la cuenca del río Duero son 15 kilómetros considerados la «Milla de Oro del Vino», pertenecientes íntegramente a la provincia de Valladolid.

Desde la localidad de Peñafiel, donde se ubica el Museo Provincial del Vino en el interior del imponente castillo que domina toda la comarca, hasta la población de Sardón de Duero, encontramos gran parte de las bodegas más prestigiosas del país, como Matarromera, Emilio Moro, Dominio de Pingus, Bodegas Arzuaga o Vega Sicilia, entre otras.

D.O.P. Rueda, la meca del verdejo

Fue la primera D.O.P. de Castilla y León, especializada en vinos blancos, aunque en los últimos años también ha incorporado tintos, rosados y espumosos de gran calidad. Del medio centenar de municipios de Valladolid que forman parte de la Denominación, en tres de ellos, Rueda, La Seca y Serrada, se da la mayor concentración de viñedos.

La variedad utilizada, la uva Verdejo, cuyo origen parece anclar sus raíces en el siglo XI, hace de esta circunscripción otro de los referentes mundiales, con bodegas tan famosas como Yllera, Copaboca, Cuatro Rayas o Emina; bodegas que son un atractivo en sí mismas tanto por sus espectaculares construcciones como por las actividades que ofrecen.

Quizás menos conocido sea un peculiar pero excelente caldo que se produce especialmente en el municipio de Serrada, el conocido como «vino rancio» que, lejos de ser sinónimo de estar en mal estado, se refiere a un tipo de envejecimiento a partir de la exposición de la luz directa del sol. Unos vinos dorados, licorosos y de alto grado alcohólico que son muy valorados para utilizar en la elaboración de platos de comida.

D.O.P. Cigales, la tradición del rosado

Aunque actualmente los tipos de vino que se elaboran en las distintas bodegas de la D.O.P. Cigales también abarcan los tintos y los blancos, los rosados han venido siendo desde antaño la cabecera de este ámbito vinícola.

Junto a más de una decena de municipios en la provincia de Valladolid, enclavados a ambos lados del río Pisuerga, el municipio que da nombre a la Denominación Cigales, ofrece la visita a algunas de las más importantes bodegas de esta demarcación, así como un auténtico tesoro que esconde en su subsuelo, la Bodega Tradicional Cigareña, una cava bicentenaria excavada a nueve metros bajo tierra con pasillos laberínticos, un genuino lagar ancestral y su espectacular viga romana de quince metros. Junto a estos atractivos, no hay que perderse tampoco su Fiesta de la Vendimia, de Interés Turístico Regional, una fecha para anotar en el calendario de todo amante de los vinos.

Otros de los puntos más interesantes ligados a esta Denominación se encuentra en el vecino municipio de Mucientes, donde podremos visitar uno de los conjuntos de bodegas mejor conservados de Castilla y León, con cuevas subterráneas cuyo origen se remonta al siglo XVI, en lo que se conoce como la Bodega Museo Aula de Interpretación de Mucientes, otro ejemplo único que nos permitirá sumergirnos en los tiempos más remotos de la producción del vino.

D.O.P. Toro, la fuerte personalidad de la herencia romana

Bajo el marcado carácter de la Tinta de Toro, una variedad autóctona de probable origen romano, mezclada con la uva Garnacha, estos caldos de gran cuerpo proceden de la elaboración en bodegas ubicadas en las provincias de Zamora – en su mayoría - y Valladolid, con la zamorana localidad de Toro como epicentro.

En lo que respecta a la provincia de Valladolid, el protagonismo lo toma Villafranca del Duero, que tiene la particularidad de ser el único municipio de España que aglutina dos D.O.P., la de Toro y la de Rueda, y desde donde podremos aprovechar para conocer la Reserva Natural de las Riberas de Castroñuno-Vega del Duero.

D.O.P. Tierra de León, el bastión de Pietro Picudo

La fuerte tradición de producción de vino que se da en esta zona, que procede de la confluencia en ella de la Ruta de la Plata y el Camino de Santiago, abasteciendo en el pasado a gran parte del norte peninsular, ha dejado como legado una variedad de uva autóctona, la Prieto Picudo, que junto con la Mencía, confiere a este Consejo regulador una marcada personalidad.

Si bien la mayor parte de la Denominación pertenece a la provincia de León, casi veinte municipios de la provincia de Valladolid se enmarcan también en ella aportando sus producciones, contando entre ellas con la localidad de Mayorga como cabeza visible, pues es aquí donde se sitúa la única cava vallisoletana que elabora caldos bajo esta D.O.P., Meórica Bodegas y Viñedos.

Un espacio de indispensable visita en Mayorga es el singular Museo del Pan, un edificio que aprovecha las dependencias de la colindante Iglesia de San Juan para crear uno de los museos más importantes que existen en su categoría, especialmente interesante por ser interactivo. Todo un atractivo que pone la guinda a cualquier ruta enológica.