Dulces para chuparse los dedos el día de todos los santos

Buñuelos de viento, Panellets, Husos de Santo, rosquillas fritas... estos dulces típicos del día de todos los santos están escalofriantemente ricos. La mayoría de estos deliciosos postres llevan como ingrediente protagonista la almendra. No siempre es así, pero de cualquier modo, te aseguramos que después de probar uno, querrás repetir.

Dulces típicos día de todos los santos
Dulces típicos día de todos los santos / vasantytf

Buñuelos de viento

Homemade fritters with sugar
Homemade fritters with sugar / fotoedu / ISTOCK

Este dulce es de los más típicos y conocidos en esta festividad. Se trata de una pasta hecha a base de harina mezclada con leche, huevo y levadura que se fríe en abundante aceite. Se cree que el origen de la receta es árabe y que aparecieron por primera vez en Almogía, un pueblo de Málaga alrededor del año 1090. Por aquel entonces escaseaba la comida y la leña que usaban para encender el fuego y poder cocinar. Un panadero de la zona decidió preparar unas tortitas de masa de agua y harina y las metió en los calderos de aceite hirviendo. Así surgieron los buñuelos de viento. Ahora, los podemos comer tal cual con un poco de azúcar por encima, rellenos de nata, crema o chocolate. Este dulce admite multitud de posibilidades en cuanto a su forma de preparación. De cualquier forma... seguro que siempre serán un éxito, y si no os decantáis por una sola posibilidad... ¡podéis hacer unos poquitos de cada sabor!

Huesos de santo

Huesos de santo
Huesos de santo / STUDIO TORDEN

Este dulce casi podría hacerle la competencia al mazapán, muy propio en fechas navideñas. Y es que los Huesos de Santo no son otra cosa que mazapán moldeado para darle esta forma tan peculiar. Sus ingredientes principales son almendra molida, azúcar, agua y dulce de yemas para rellenarlos. Los orígenes de este dulce no son muy esclarecedores, se cree que podría haber surgido en épocas griegas y romanas. Lo que sí se sabe es que el mazapán surgió durante los siglos XIV y XV con fines medicinales, ya que su sabor dulce podía camuflar el sabor amargo de las píldoras. Sea como sea, los huesitos de santo no pueden faltar en nuestra mesa el día de todos los santos.

Rosquillas Fritas

rosquillas fritas
rosquillas fritas / Kaleidoscope_ / ISTOCK

Este dulce es perfecto para comer en cualquier época del año. Que se lo digan a los más golosos... pero generalmente es más propia del día de todos los santos. El origen de las rosquillas tiene varias versiones. El primero de ellos se remonta al Siglo XVI. Se dice que fueron los holandeses los que llevaron al nuevo continente el olykoek, su particular versión de las rosquillas fritas en grasa animal y recubiertas de azúcar. La segunda versión del origen de este dulce nos hace retroceder dos siglos atrás. Se le atribuye a un capitán de barco de Nueva Inglaterra que, según parece, casualmente no tenía donde colocar los olykoek que le dio su madre y se le ocurrió clavarlos en los salientes del timón del barco. Sea como sea, para hacer estas rosquillas solo necesitaremos harina, huevos, aceite, levadura, piel de limón, amasarlos, darles forma de rosco y freírlos en aceite bien caliente. Luego se los espolvorea con un poco de azúcar y listos para servir en la mesa.

Gachas dulces

Gachas dulces
Gachas dulces / canalcocina.es

Este es otro de los platos asociados a las épocas donde la hambruna era evidente. La comida era escasa y las masas de harina saciaban y aportaban algo de energía, pero en realidad nutrían poco. De cualquier manera, esta anécdota no resta interés a uno de los postres típicos del día de todos los santos. Para hacerlas necesitamos agua, harina de trigo, azúcar, matalauva (anís en grano) y pan frito. Por cierto, hay una leyenda Ubetense que dice que quién come gachas en los santos, está guapo para todo un año. Así que ya sabéis...

Panellets

panellets
panellets / STUDIO TORDEN

Antes hablábamos del mazapán, y es que una vez más los panellets también son familia de este dulce de azúcar y almendra. Es un dulce Característico de Cataluña, Baleares y algunos rincones de Aragón. Se pueden comer empiñonado y como panecillo. En sus orígenes se asoció al ritual cristiano de llevar pan a los altares y a la tradición arraigada en las Baleares de repartir pan, entre los más desfavorecidos y necesitados sobre las tumbas, el día de los Difuntos o de Todos los Santos.

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