Así es Heart Ibiza, el impresionante restaurante de los Adrià y Cirque du Soleil

Cinco años han pasado desde que Heart llegó a Ibiza y muchas cosas han cambiado. Lo que permanece inalterable, son las ganas de hacerlo pasar bien al comensal/espectador, porque en Heart no solo se va a cenar, se va a vivir una experiencia inolvidable y única en el mundo. Heart se disfruta con los cinco sentidos, todo son estímulos y todo sorprende.

Los artífices tras tan magno proyecto, no son otros que el binomio formado por los hermanos Adrià y el espectáculo Cirque du Soleil. ¿Qué han conseguido? Traspasar las fronteras de lo que entendemos por restaurante o espectáculo y crear un concepto mágico, en el que todo tiene cabida y en el que es imposible aburrirse ni un minuto en la isla de Ibiza. Lo hemos vivido de primera mano y esto es lo que hemos experimentado.

Cada noche y hasta finales de la primera semana de octubre, todos los visitantes, dispuestos a pasar un rato inolvidable, se reúnen a las puertas de Heart. Religiosamente y de forma ordenada, todos entran a las 9 de la noche. Luces, cámaras, acción. Nos metemos de lleno en un universo paralelo, donde la luz se torna más suave. ¿Lo necesario para entrar? Nuestro ticket, que pronto se convertirá en algo comestible. Palomitas, cócteles... Entramos casi en un espacio entre bambalinas donde los artistas se preparan en un ambiente propio del burlesque. Plumas, lentejuelas, maquillaje, sombreros de copa y mucho arte.

Tras esta primera experiencia, volvemos a salir al mundo. La primera parte de la experiencia en Heart, se desarrolla en su terraza. Todos los elementos parecen salidos de un mundo onírico donde el circo es el protagonista, pero no son otros que los puestos donde preparan los singulares bocados que probaremos a lo largo de esta primera parte. Estando detrás los hermanos Adrià de la propuesta gastronómica, nada puede salir mal y así es, porque todo está delicioso. La terraza de Heart no es un espacio para quedarse sentado todo el rato, conviene pasearse y descubrir sorpresas en cada esquina.

Cócteles dentro de una flor, un consomé de tomate dentro de una esfera helada o una cereza en gelatina, son algunos de los bocados que iremos degustando. Aquí también hay lugar para el producto y platos míticos, como las famosas aceitunas esféricas, uno de los que fue plato estrella de El Bulli, el jamón ibérico de bellota Cinco Jotas, las ostras amelie o el caviar. Mientras apuramos una copa de champagne, nos traen un ruleta para jugar. ¿Qué será lo que nos toque? En este caso fue la música y pudimos disfrutar de una actuación en directo, solo para nosotros, de tres de los cantantes del espectáculo. La velada discurre entre bocados viajeros como una causa frita de pollo y ají amarillo, una quesadilla de huitlacoche, arroz salvaje con curry o un adictivio mollete de mozzarella y trufa negra. Y seguimos queriendo más, mucho más, porque lo mejor, aún está por llegar.

Llega el momento de bajar a la sala, dispuesta alrededor del escenario principal como protagonista. Pero no pienses que la función va a acontecer allí arriba, porque el show se despliega por todo el restaurante. La puesta en escena es apabullante, gracias al espectáculo creado por Cirque du Soleil. Trapecistas, funambulistas, acróbatas, cantantes, bailarinas... todos se ponen de acuerdo para que el show no termine nunca. Emocionante, sin duda. En la mesa puedes elegir entre una serie de entrantes y un plato principal.

No fallarás si eliges los cubos de steak tartar y los nigiris de calamar. ¿De principal? Lomo alto de wagyu al Josper o un delicioso bogavante all i pebre. Olvídate de una cena tranquila sin estímulos. Ni siquiera el postre es al uso, porque va llegando en forma de bocados que reparten por la sala. Eclair, bombón líquido de chocolate, sandía impregnada en cava, piruleta de mango... Si todavía tienes ganas de más, en apenas 15 minutos habrán desaparecido las mesas y la sala se convertirá en uno de los clubs más demandados de la isla, dirigido musicalmente por Guy Laliberté, fundador de Cirque du Soleil.

No podrás dejar de cantar, bailar, moverte de la silla, hacer fotos y vídeos para poder guardar en tu móvil tan magna experiencia. ¿Nuestro consejo? Gózalo con todas tus fuerzas, experiencias así no se viven todos los días.