Nos comemos Ronda en seis restaurantes de leyenda

Ronda es un ciudad para disfrutarla con los cinco sentidos, tiene historia, cultura, leyendas, naturaleza, entretenimiento… y una sabrosa gastronomía. Vamos a saborearla en esta localidad levantada en una meseta cortada por un profundo tajo excavado por el río Guadalevín que la divide en dos.

Panorámica de Ronda

Panorámica de Ronda

/ JackF

La despensa natural de los rondeños está en su entorno, en la serranía de Ronda: setas en temporada, espárragos silvestres, caza, cerdo ibérico y sus chacinas, las castañas del valle del Genal, la huerta, una dulce repostería y excelentes y poco conocidos vinos.

Benito inauguró Bardal con la idea de abrir una “casa de comidas” con “manteles planchados” y con una cocina reconocible. Un chef que huye de modas, estereotipos, localismos a ultranza y adornos innecesarios, lo suyo es una cocina potente, sabrosa y muy elaborada, rica en sofritos, fondos, concentrados y reducciones, los mejores potenciadores del sabor. Realmente Bardal es la fiel imagen de su propietario. Prefiere los productos de proximidad pero no cierra las ventanas a nada, lo que le gusta lo persigue y lo consigue; en sus recetas todos los ingredientes y elaboraciones están en función de potenciar al ingrediente principal. Solo tiene menú degustación con dos versiones (largo y corto).

Gastronomía Ronda

Fricandó de berenjena: Troquelar en pequeños cilindros las berenjenas peladas y sellar en aceite de girasol. Preparar un caldo vegetal con verduras asadas y boletus secos, reducir. Napar con la salsa reducida y decorar con setas mini salteadas (chantarelas, níscalos, trompetas de la muerte), una zanahoria mini encurtida y brotes. 

/ Tayo Acuña

El largo, con 20 pases y una estructura fija que comienza con un consomé (frío o caliente según la estación), sigue con dos grupos de aperitivos (ventresca de atún curada con sal de lechuga de mar, mojo de chile y pan de algas...), entradas, platos principales y antes de llegar a los postres, termina con un chivo al estilo de los corderos pré-salé de Bretaña que pastan en la zona costera y se alimentan de hierbas halófilas que dan a la carne toques yodados y salinos, notas salinas que él consigue manteniendo el chivo cubierto con algas cinco días, confitado a baja temperatura y acompañado con una salsa beurre blanc hecha con mantequilla de chivo, nata y algas. Sus dos estrellas Michelin son bien merecidas.

Restaurante Bardal, Ronda

Benito Gómez, chef del Restaurante Bardal

/ Tayo Acuña

Martín encontró en una nave del polígono industrial el espacio que necesitaba para montar Kütral (fuego en mapuche), un asador argentino con parrilla de hierro en cruz y una inclinación en uve. Un restaurante con dos alturas y con el asador abierto a la sala. El producto estrella de la carta son las carnes de vaca con una maduración de 40/50 días que llegan directamente de Galicia, Asturias, el norte de Portugal, Alemania… Chuletón, solomillo, lomo bajo y alto, presa, cordero por encargo, mollejas… con diferentes guarniciones. Los cortes de la carnes europeas son diferentes a los cortes argentinos y también son distintos los puntos del asado, los de aquí son más crujientes por fuera y cruditos por dentro. Los no carnívoros pueden elegir entre la lubina asada y dos risottos de trigo tierno, uno vegetariano y otro de mariscos. En los postres le puede su vena argentina y todos llevan dulce de leche. Tiene vinos argentinos y de Ronda, la pequeña Toscana como la llaman aquí, además de riojas y riberas.

Restaurante Kútral

Cuando Martín Abrazmón llegó a España traía una mochila cargada de recetas y buenas intenciones. Primero trabajó como chef particular y en restaurantes hasta que decidió montar algo que en Ronda no había: un asador argentino; lo hace muy bien y es un éxito. 

/ Tayo Acuña

Cuenta la leyenda que en la casa de Carmen la de Ronda vivió Tragabuches, que fue torero antes que bandolero y que un día, cuando regresó a casa, encontró a su mujer con el sacristán, enfurecido mató al sacristán, tiró a la mujer por la ventana y se hizo bandolero, así lo cuenta la película que aquí rodó Sara Montiel. Tiene dos acogedoras salas en el segundo piso y en la primera planta una barra con mesas altas y la terraza en una de las plazas más bonitas de la ciudad. Lo suyo es una cocina tradicional y de temporada a la que David ha sabido dar nuevos aires; siempre hay rabo de toro, migas rondeñas, entrecot de vaca madura, lomo a la sal, huevos camperos fritos con trufa y setas, espárragos verdes y tagarninas en temporada que inundan la cocina con los aromas del bosque. Para una comida más informal se puede hacer un picoteo en la barra o en la terraza y siempre con un vino de Ronda.

RESTAURANTE MESÓN CARMEN LA DE RONDA

Migas rondeñas: Desmigar el pan duro y dejarlo toda la noche con un poco de caldo de puchero, pimentón, sal y pimienta. Refreír con chorizo y panceta y servir con los huevos camperos, uvas, pimientos de Padrón y decorado con una arena de jamón ibérico frito.

/ Tayo Acuña

Tragatá es el hermano pequeño de Bardal, un bar desenfadado donde se come muy bien, la gente se divierte, hay ruido, hay música y algunas tapas son para comer con las manos y chuparse los dedos. Pero detrás de cada bocado hay mucha cocina con largas elaboraciones a base de fondos de ternera, pollo, huesos tostados... Hay preparaciones sencillas, pero solo en apariencia, como el canelón relleno de pollo que lleva mucho trabajo, el cochinillo con cocciones de 14 horas en horno de vapor, la paletilla de chivo con 12 horas a 75 ºC y regenerado en el horno… Las tapas estrella y que más salen son el bollito de calamares con un pan brioche con alioli y salsa brava, las croquetas de jamón ibérico (finalistas en Madrid Fusión), la ensaladilla campeona en San Sebastián Gastronomika 2021, el tuétano asado con steak de ternera y la lubina frita con aliño tailandés.

Interior del restaurante Tragatá

Interior del restaurante Tragatá

/ Tayo Acuña

Con cuidadas presentaciones y elaboraciones acertadas Carlos ha sabido llevar la cocina tradicional y casera de Puerta Grande al siglo XXI, un restaurante muy solicitado por extranjeros que quieren conocer el recetario tradicional andaluz. Un recetario que va con la temporada de los productos, en los fríos inviernos no faltan los guisos, las setas, la caza… y en verano destacan los platos más ligeros, las sopas frías. Y siempre tiene carnes de ibéricos y sus chacinas, quesos de la serranía, rabo de toro en su guiso tradicional, manitas de cerdo deshuesada… sin olvidar su arroz negro y la paella, conviene dejar un hueco para la sopa de chocolate blanco de postre.

Restaurante Puerta Grande, Ronda

Sopa de chocolate blanco con frutos: En primer lugar, hay que elaborar una sopa con nata y chocolate blanco emulsionado. Después, se decora con trocitos de chocolate blanco, frambuesas con gel de mango y, finalmente, pistachos troceados sobre el postre. 

/ Tayo Acuña

El Lechuguita es un pequeño bar de tapas que siempre está lleno y con cola para entrar. Abrió sus puertas hace 53 años y sigue con la misma apariencia, mismo nombre y misma filosofía de trabajo: elaborar y vender pequeñas tapas para que la gente pruebe de todo, la única diferencia es que hoy día es la segunda generación la que está al frente de la cocina. El nombre del local se lo da su tapa más humilde y la más solicitada: el cogollo de lechuga aliñada con una fórmula secreta de la casa.

Restaurante El Lechuguita

Pinchos: Mejillones con paté de pato, tosta de queso de cabra, champiñones plancha, ensaladilla rusa, garbanzos con chorizo y morcilla, tortilla de patata con mahonesa, porra antequerana, serrano, hamburguesa y cogollo de lechuga con el aliño especial de la casa.

/ Tayo Acuña

Con un padre de Ronda y una madre de Tudela la influencia de las dos cocinas en la carta es evidente. Esta cuenta con 42 tapas numeradas y agrupadas según el precio para marcar las solicitadas; en pocos minutos las tienes en la mesa. Hay de todo: albóndigas, carrillera, masita moruna, pringá, mejillones con paté, tortilla de patata con alioli... y no hay postres. Tienen vinos de Ronda pero es la cerveza la reina del local.

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