Una bodega estudia que aromas nos dan la felicidad

Sí. La felicidad existe. Y está en un aroma. Hay olores que consiguen hacernos un poco más felices. Que nos facilitan ese estado de tranquilidad, relajación y bienestar que todos buscamos. Nos sentimos mejor cuando los sentimos. Con ellos, estamos un poco más cerca de esa felicidad tan deseada. Un lugar donde encontrarlos: los vinos.

Aromas felicidad
Aromas felicidad / D.R

Regaliz. Limón. Frambuesa. Mora. Plátano- Piña. Té. Café. Nueces. Mantequilla. Haz la prueba. Detente por un solo momento a pensar en esos aromas. Si tienes alguno cerca, imprégnate de sensaciones. ¿Qué emociones te trae? Algunos nos provocan alegría. Y hasta nos despiertan una sonrisa. Otros, no tanta.

Vamos en busca del preciado Dorado. Según un estudio liderado por Bodegas Matarromera, los aromas pueden provocarnos emociones tan positivas como la alegría, la satisfacción o la relajación. Los que más sensaciones de este tipo nos despiertan son tres. Los descubrimos.

Aromas felicidad
Aromas felicidad / D.R

Plátano. Esta fruta del sudeste asiático tiene un suave aroma primario. Al abrirlo, nos llega al olfato de una forma muy paulatina. Se trata de un olor inconfundible que además resulta muy familiar. Los expertos aseguran que esta fruta es un remedio natural contra el cansancio. Aporta mucha energía debido a su alto contenido en potasio y magnesio. “Y es precisamente porque lo asociamos a algo saludable por lo que triunfa en este análisis”.

Aroma felicidad
Aroma felicidad / D.R

Frambuesa. Esta fruta tiene un toque más ácido que el plátano. El sabor que nos deja se transmite también en su aroma. Según el estudio, la frambuesa es uno de esos olores que nos llevan a la calma y contribuyen a una mejoría en nuestro estado de ánimo. Estamos ante uno de los mayores antioxidantes naturales. Entre sus grandes virtudes: ayuda a prevenir el envejecimiento prematuro. Además, es una fuente muy rica de vitamina C y ácido fólico.

Aromas felicidad
Aromas felicidad / D.R

Clavo. Esta especia llegada de Indonesia hace siglos, se suma también al podium de los más deseados. Al tercer aroma de la felicidad se le atribuyen incluso propiedades afrodisíacas. Por si fuera poco, contiene beneficios calcio, magnesio o fósforo. (Entre otros muchos). Una forma de acercarnos a su intenso olor es a través de infusiones. Lo encontrarás en el té Chai. Y entre otros ingredientes lo reconocerás siempre por su intenso aroma.

Aromas felicidad
Aromas felicidad / D.R

Vamos con otros olores. ¿Qué te produce el aroma de un café? ¿Qué sensaciones te trae? ¿A qué momentos te lleva? ¿Y la vainilla? Desde Matarromera aseguran que ambos los asociamos normalmente a la diversión o la fortuna. Otros dos aromas que suman en el haber de nuestras emociones. Para llegar a estas conclusiones, en el estudio participaron un centenar de consumidores con edades comprendidas entre los 18 y los 40 años.

Aromas felicidad
Aromas felicidad / D.R

Desde Matarromera aseguran que este fenómeno se produce y repite porque “estamos diseñados para sentirnos atraídos instintivamente por una serie de aromas que resultan beneficiosos para la salud. Resulta habitual encontrar entre los favoritos, olores relacionados con frutas que contienen un alto nivel de antioxidantes. Ejemplos muy claro son las frambuesas y otros frutos del bosque”. Gracias a estas catas emocionales, ya sabemos qué aromas nos conducen hasta ella. Para llevar a cabo este estudio que ha durado más de tres años, se presentaron hasta 20 aromas: violeta, clavo, pimienta, regaliz, limón, mora, frambuesa, fresa, grosella, melocotón, manzana, piña, plátano, té, nuez, vainilla, café, mantequilla y champiñón.

Aromas felicidad
Aromas felicidad / D.R

Sigue evocándolos. Vuelve a sentirlos. ¿Todos te producen las mismas emociones? Es cierto. No hay una respuesta correcta. Pero si te detienes en olores como el champiñón o la mantequilla, tal vez la sensación sea muy diferente al estado que nos conduce el aroma de un plátano o un puñado de clavos. Al final va a ser verdad eso de que la felicidad está en las cosas más pequeñas. ¿Hay placer más sencillo que un aroma?

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