Audrey's: cinco años de culto a la gastronomía valenciana en Calpe

El chef Rafa Soler inauguró Audrey’s en 2014 con una voluntad inequívoca: adaptar el recetario valenciano y abanderar la cultura y la gastronomía de su territorio para presentarla al mundo. Cinco años más tarde, con una estrella Michelin y un Sol Repsol, Audrey’s es una realidad consolidada que otorga coherencia al fenómeno gastronómico, un espacio donde el producto y los platos de Castellón, Valencia y Alicante actualizados cobran todo el protagonismo.

Bodega Audrey´s
Bodega Audrey´s / Audrey´s

Tomates de Benitatxell, gambas de Dénia, pato de la Albufera y aceite de Castellón. Figuras de Jávea, estética de Valencia y vino de Alicante. El alicantino Rafa Soler celebrará en diciembre el quinto aniversario de uno de los buques insignia de la gastronomía valenciana, de un restaurante que respira Levante por los tres costados. El cuarto, el del nombre, respira Hollywood y es un homenaje a la universal Audrey Hepburn.

Carta valenciana y con imprescindibles

El restautante se sitúa en el primer piso del hotel AR Diamante Beach. Hay varios menús degustación y una carta que cambia por temporadas: el solomillo madurado 35 días; las zanahorias escalivadas y coulant de patata-yema; las quisquillas, crema de almendra y uva, o la gamba roja de Dénia a la espalda repiten por aplauso, y por coherencia.

Soler se crió culinariamente junto a genios del producto como Fermí Puig (Drolma, Barcelona) o Martín Berasategui (Martín Berasategui, Lasarte) y sobre todo como Robuchon (L’Atelier, París) –quien sugirió su fichaje al hotel cuando la dirección apostó por la gastronomía

Menú degustación basado en pescados y productos de temporada

Se entiende el concepto del restaurante al dejarte guiar por el menú degustación de temporada y liviano, de huerto y mar y poca carne . Hasta el último de los 22 platos se comen sin cansar -el pato coll-vert de la Albufera y celeri- no hay atisbo de proteína cárnica. En la carta otoñal sí se trabaja más. Ahora no, no toca. Calpe tiene una media de 25 grados. La línea es fresca, de pescado de la lonja de Calpe, de producto local bien tratado, en muchos casos (gamba, cigala, quisquilla) pasado por salazón. Producto tratado y pensado, presentado con su técnica precisa para despertar emoción.

Pasa en la coca de Dacsa de los snacks, un icono de la cocina de Rafa Soler en el que reinterpreta uno de los platos más típicos de La Marina; en la rosa negra que vino del mar, un juego de la médula de la ventresca de atún de costas alicantinas en forma de capullo teñida con tinta de calamar; en el punto perfecto del salmonete escabechado, o en un plato que resume cocina y voluntad. Directamente del huerto que Audrey’s gestiona en Benitatxell, Soler presenta una secuencia de tomates en cocciones y texturas, algunas de ellas en salmuera para mantener calidad y tradición levantina. Plato ligero, local y sabroso.

Tomates de Benitatxell, gambas de Dénia, pato de la Albufera y aceite de Castellón. Figuras de Jávea, estética de Valencia y vino de Alicante. El alicantino Rafa Soler celebrará en diciembre el quinto aniversario de uno de los buques insignia de la gastronomía valenciana, de un restaurante que respira Levante por los tres costados. El cuarto, el del nombre, respira Hollywood y es un homenaje a la universal Audrey Hepburn.

Carta valenciana y con imprescindibles

El restautante se sitúa en el primer piso del hotel AR Diamante Beach. Hay varios menús degustación y una carta que cambia por temporadas: el solomillo madurado 35 días; las zanahorias escalivadas y coulant de patata-yema; las quisquillas, crema de almendra y uva, o la gamba roja de Dénia a la espalda repiten por aplauso, y por coherencia.

Soler se crió culinariamente junto a genios del producto como Fermí Puig (Drolma, Barcelona) o Martín Berasategui (Martín Berasategui, Lasarte) y sobre todo como Robuchon (L’Atelier, París) –quien sugirió su fichaje al hotel cuando la dirección apostó por la gastronomía

Menú degustación basado en pescados y productos de temporada

Se entiende el concepto del restaurante al dejarte guiar por el menú degustación de temporada y liviano, de huerto y mar y poca carne . Hasta el último de los 22 platos se comen sin cansar -el pato coll-vert de la Albufera y celeri- no hay atisbo de proteína cárnica. En la carta otoñal sí se trabaja más. Ahora no, no toca. Calpe tiene una media de 25 grados. La línea es fresca, de pescado de la lonja de Calpe, de producto local bien tratado, en muchos casos (gamba, cigala, quisquilla) pasado por salazón. Producto tratado y pensado, presentado con su técnica precisa para despertar emoción.

Pasa en la coca de Dacsa de los snacks, un icono de la cocina de Rafa Soler en el que reinterpreta uno de los platos más típicos de La Marina; en la rosa negra que vino del mar, un juego de la médula de la ventresca de atún de costas alicantinas en forma de capullo teñida con tinta de calamar; en el punto perfecto del salmonete escabechado, o en un plato que resume cocina y voluntad. Directamente del huerto que Audrey’s gestiona en Benitatxell, Soler presenta una secuencia de tomates en cocciones y texturas, algunas de ellas en salmuera para mantener calidad y tradición levantina. Plato ligero, local y sabroso.

Tomates de Benitatxell, gambas de Dénia, pato de la Albufera y aceite de Castellón. Figuras de Jávea, estética de Valencia y vino de Alicante. El alicantino Rafa Soler celebrará en diciembre el quinto aniversario de uno de los buques insignia de la gastronomía valenciana, de un restaurante que respira Levante por los tres costados. El cuarto, el del nombre, respira Hollywood y es un homenaje a la universal Audrey Hepburn.

Carta valenciana y con imprescindibles

El restautante se sitúa en el primer piso del hotel AR Diamante Beach. Hay varios menús degustación y una carta que cambia por temporadas: el solomillo madurado 35 días; las zanahorias escalivadas y coulant de patata-yema; las quisquillas, crema de almendra y uva, o la gamba roja de Dénia a la espalda repiten por aplauso, y por coherencia.

Soler se crió culinariamente junto a genios del producto como Fermí Puig (Drolma, Barcelona) o Martín Berasategui (Martín Berasategui, Lasarte) y sobre todo como Robuchon (L’Atelier, París) –quien sugirió su fichaje al hotel cuando la dirección apostó por la gastronomía

Menú degustación basado en pescados y productos de temporada

Se entiende el concepto del restaurante al dejarte guiar por el menú degustación de temporada y liviano, de huerto y mar y poca carne . Hasta el último de los 22 platos se comen sin cansar -el pato coll-vert de la Albufera y celeri- no hay atisbo de proteína cárnica. En la carta otoñal sí se trabaja más. Ahora no, no toca. Calpe tiene una media de 25 grados. La línea es fresca, de pescado de la lonja de Calpe, de producto local bien tratado, en muchos casos (gamba, cigala, quisquilla) pasado por salazón. Producto tratado y pensado, presentado con su técnica precisa para despertar emoción.

Pasa en la coca de Dacsa de los snacks, un icono de la cocina de Rafa Soler en el que reinterpreta uno de los platos más típicos de La Marina; en la rosa negra que vino del mar, un juego de la médula de la ventresca de atún de costas alicantinas en forma de capullo teñida con tinta de calamar; en el punto perfecto del salmonete escabechado, o en un plato que resume cocina y voluntad. Directamente del huerto que Audrey’s gestiona en Benitatxell, Soler presenta una secuencia de tomates en cocciones y texturas, algunas de ellas en salmuera para mantener calidad y tradición levantina. Plato ligero, local y sabroso.

Tomates de Benitatxell, gambas de Dénia, pato de la Albufera y aceite de Castellón. Figuras de Jávea, estética de Valencia y vino de Alicante. El alicantino Rafa Soler celebrará en diciembre el quinto aniversario de uno de los buques insignia de la gastronomía valenciana, de un restaurante que respira Levante por los tres costados. El cuarto, el del nombre, respira Hollywood y es un homenaje a la universal Audrey Hepburn.

Carta valenciana y con imprescindibles

El restautante se sitúa en el primer piso del hotel AR Diamante Beach. Hay varios menús degustación y una carta que cambia por temporadas: el solomillo madurado 35 días; las zanahorias escalivadas y coulant de patata-yema; las quisquillas, crema de almendra y uva, o la gamba roja de Dénia a la espalda repiten por aplauso, y por coherencia.

Soler se crió culinariamente junto a genios del producto como Fermí Puig (Drolma, Barcelona) o Martín Berasategui (Martín Berasategui, Lasarte) y sobre todo como Robuchon (L’Atelier, París) –quien sugirió su fichaje al hotel cuando la dirección apostó por la gastronomía

Menú degustación basado en pescados y productos de temporada

Se entiende el concepto del restaurante al dejarte guiar por el menú degustación de temporada y liviano, de huerto y mar y poca carne . Hasta el último de los 22 platos se comen sin cansar -el pato coll-vert de la Albufera y celeri- no hay atisbo de proteína cárnica. En la carta otoñal sí se trabaja más. Ahora no, no toca. Calpe tiene una media de 25 grados. La línea es fresca, de pescado de la lonja de Calpe, de producto local bien tratado, en muchos casos (gamba, cigala, quisquilla) pasado por salazón. Producto tratado y pensado, presentado con su técnica precisa para despertar emoción.

Pasa en la coca de Dacsa de los snacks, un icono de la cocina de Rafa Soler en el que reinterpreta uno de los platos más típicos de La Marina; en la rosa negra que vino del mar, un juego de la médula de la ventresca de atún de costas alicantinas en forma de capullo teñida con tinta de calamar; en el punto perfecto del salmonete escabechado, o en un plato que resume cocina y voluntad. Directamente del huerto que Audrey’s gestiona en Benitatxell, Soler presenta una secuencia de tomates en cocciones y texturas, algunas de ellas en salmuera para mantener calidad y tradición levantina. Plato ligero, local y sabroso.

Tomates de Benitatxell, gambas de Dénia, pato de la Albufera y aceite de Castellón. Figuras de Jávea, estética de Valencia y vino de Alicante. El alicantino Rafa Soler celebrará en diciembre el quinto aniversario de uno de los buques insignia de la gastronomía valenciana, de un restaurante que respira Levante por los tres costados. El cuarto, el del nombre, respira Hollywood y es un homenaje a la universal Audrey Hepburn.

Carta valenciana y con imprescindibles

El restautante se sitúa en el primer piso del hotel AR Diamante Beach. Hay varios menús degustación y una carta que cambia por temporadas: el solomillo madurado 35 días; las zanahorias escalivadas y coulant de patata-yema; las quisquillas, crema de almendra y uva, o la gamba roja de Dénia a la espalda repiten por aplauso, y por coherencia.

Soler se crió culinariamente junto a genios del producto como Fermí Puig (Drolma, Barcelona) o Martín Berasategui (Martín Berasategui, Lasarte) y sobre todo como Robuchon (L’Atelier, París) –quien sugirió su fichaje al hotel cuando la dirección apostó por la gastronomía

Menú degustación basado en pescados y productos de temporada

Se entiende el concepto del restaurante al dejarte guiar por el menú degustación de temporada y liviano, de huerto y mar y poca carne . Hasta el último de los 22 platos se comen sin cansar -el pato coll-vert de la Albufera y celeri- no hay atisbo de proteína cárnica. En la carta otoñal sí se trabaja más. Ahora no, no toca. Calpe tiene una media de 25 grados. La línea es fresca, de pescado de la lonja de Calpe, de producto local bien tratado, en muchos casos (gamba, cigala, quisquilla) pasado por salazón. Producto tratado y pensado, presentado con su técnica precisa para despertar emoción.

Pasa en la coca de Dacsa de los snacks, un icono de la cocina de Rafa Soler en el que reinterpreta uno de los platos más típicos de La Marina; en la rosa negra que vino del mar, un juego de la médula de la ventresca de atún de costas alicantinas en forma de capullo teñida con tinta de calamar; en el punto perfecto del salmonete escabechado, o en un plato que resume cocina y voluntad. Directamente del huerto que Audrey’s gestiona en Benitatxell, Soler presenta una secuencia de tomates en cocciones y texturas, algunas de ellas en salmuera para mantener calidad y tradición levantina. Plato ligero, local y sabroso.

Tomates de Benitatxell, gambas de Dénia, pato de la Albufera y aceite de Castellón. Figuras de Jávea, estética de Valencia y vino de Alicante. El alicantino Rafa Soler celebrará en diciembre el quinto aniversario de uno de los buques insignia de la gastronomía valenciana, de un restaurante que respira Levante por los tres costados. El cuarto, el del nombre, respira Hollywood y es un homenaje a la universal Audrey Hepburn.

Carta valenciana y con imprescindibles

El restautante se sitúa en el primer piso del hotel AR Diamante Beach. Hay varios menús degustación y una carta que cambia por temporadas: el solomillo madurado 35 días; las zanahorias escalivadas y coulant de patata-yema; las quisquillas, crema de almendra y uva, o la gamba roja de Dénia a la espalda repiten por aplauso, y por coherencia.

Soler se crió culinariamente junto a genios del producto como Fermí Puig (Drolma, Barcelona) o Martín Berasategui (Martín Berasategui, Lasarte) y sobre todo como Robuchon (L’Atelier, París) –quien sugirió su fichaje al hotel cuando la dirección apostó por la gastronomía

Menú degustación basado en pescados y productos de temporada

Se entiende el concepto del restaurante al dejarte guiar por el menú degustación de temporada y liviano, de huerto y mar y poca carne . Hasta el último de los 22 platos se comen sin cansar -el pato coll-vert de la Albufera y celeri- no hay atisbo de proteína cárnica. En la carta otoñal sí se trabaja más. Ahora no, no toca. Calpe tiene una media de 25 grados. La línea es fresca, de pescado de la lonja de Calpe, de producto local bien tratado, en muchos casos (gamba, cigala, quisquilla) pasado por salazón. Producto tratado y pensado, presentado con su técnica precisa para despertar emoción.

Pasa en la coca de Dacsa de los snacks, un icono de la cocina de Rafa Soler en el que reinterpreta uno de los platos más típicos de La Marina; en la rosa negra que vino del mar, un juego de la médula de la ventresca de atún de costas alicantinas en forma de capullo teñida con tinta de calamar; en el punto perfecto del salmonete escabechado, o en un plato que resume cocina y voluntad. Directamente del huerto que Audrey’s gestiona en Benitatxell, Soler presenta una secuencia de tomates en cocciones y texturas, algunas de ellas en salmuera para mantener calidad y tradición levantina. Plato ligero, local y sabroso.

Tomates de Benitatxell, gambas de Dénia, pato de la Albufera y aceite de Castellón. Figuras de Jávea, estética de Valencia y vino de Alicante. El alicantino Rafa Soler celebrará en diciembre el quinto aniversario de uno de los buques insignia de la gastronomía valenciana, de un restaurante que respira Levante por los tres costados. El cuarto, el del nombre, respira Hollywood y es un homenaje a la universal Audrey Hepburn.

Carta valenciana y con imprescindibles

El restautante se sitúa en el primer piso del hotel AR Diamante Beach. Hay varios menús degustación y una carta que cambia por temporadas: el solomillo madurado 35 días; las zanahorias escalivadas y coulant de patata-yema; las quisquillas, crema de almendra y uva, o la gamba roja de Dénia a la espalda repiten por aplauso, y por coherencia.

Soler se crió culinariamente junto a genios del producto como Fermí Puig (Drolma, Barcelona) o Martín Berasategui (Martín Berasategui, Lasarte) y sobre todo como Robuchon (L’Atelier, París) –quien sugirió su fichaje al hotel cuando la dirección apostó por la gastronomía

Menú degustación basado en pescados y productos de temporada

Se entiende el concepto del restaurante al dejarte guiar por el menú degustación de temporada y liviano, de huerto y mar y poca carne . Hasta el último de los 22 platos se comen sin cansar -el pato coll-vert de la Albufera y celeri- no hay atisbo de proteína cárnica. En la carta otoñal sí se trabaja más. Ahora no, no toca. Calpe tiene una media de 25 grados. La línea es fresca, de pescado de la lonja de Calpe, de producto local bien tratado, en muchos casos (gamba, cigala, quisquilla) pasado por salazón. Producto tratado y pensado, presentado con su técnica precisa para despertar emoción.

Pasa en la coca de Dacsa de los snacks, un icono de la cocina de Rafa Soler en el que reinterpreta uno de los platos más típicos de La Marina; en la rosa negra que vino del mar, un juego de la médula de la ventresca de atún de costas alicantinas en forma de capullo teñida con tinta de calamar; en el punto perfecto del salmonete escabechado, o en un plato que resume cocina y voluntad. Directamente del huerto que Audrey’s gestiona en Benitatxell, Soler presenta una secuencia de tomates en cocciones y texturas, algunas de ellas en salmuera para mantener calidad y tradición levantina. Plato ligero, local y sabroso.

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