Irene González
A más de 1.600 metros de altitud, en el corazón de los Pirineos, tiene una impresionante piscina exterior desde la que casi se pueden tocar las montañas. Conocido desde época romana, en la Edad Media fue muy visitado, y se puso de moda en los años 30 del siglo pasado. Era frecuentado por los Reyes, por presidentes de la República, por la alta burguesía, literatos famosos y científicos.
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Ubicado en el Valle de Tea, tiene 125 años de antigüedad. Fue uno de los balnearios de moda a principios del siglo XX. Sus aguas de burbujas que brotan de las montañas son conocidas como unas de las mejores aguas minerales del mundo. Por aquí han pasado Emilia Pardo Bazán, Echegaray o Pérez Galdós.
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Cantabria es una región repleta de aguas y manantiales, pero Liérganes es quizás uno de los más famosos. En 1869 sus aguas se declararon de utilidad pública y se hicieron tan famosas que Alfonso XIII y su familia paraban aquí cada vez que iban a Santander. Está rodeado de un bello y enorme parque.
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Durante el siglo XVIII todos los habitantes de la comarca y de las vecinas Valladolid, Palencia y Segovia sabían de la existencia de estas aguas blanquecinas por la sal que curaban enfermedades de la piel. A las Salinas acudían a darse los baños y a aplicarse sus lodos. En los '80 se volvió a abrir la casa de baños con sus jardines.
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El edificio se construyó en 1928, pero mucho antes su manantial era considerado el agua de la vida, de la salud y la pócima de la eterna juventud. Fue descubierta por los mozárabes, pero no se comienzan a explotar hasta el siglo XIX. Ya en el siglo pasado se convierte en cita obligada de Virginia Wolf, Bertrand Rusell, Falla o Lorca.
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Aunque se abrió hace cien años, sus aguas de la Toja se declararon de utilidad pública en 1868 gracias a las bondades minero medicinales de sus manantiales. Muchos afirman que la isla de La Toja tiene microclima, así que la combinación no puede ser más perfecta para unas vacaciones saludables.
Irene González
Es uno de los más antiguos de nuestro país. El balneario y la casa de baños abrieron en 1776 y el siglo XIX se inauguró el hotel que era muy visitado por personajes de la sociedad local y nacional. En sus habitaciones y salas se han rodado muchas películas de época.
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En medio de un parque de árboles centenarios, sus aguas provienen del Manantial de Fuencaliente y se consideran especiales para problemas digestivos y metabólicos. Su hotel mantiene el estilo algo belle époque, que se aprecia, sobre todo, en las habitaciones.
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Ubicado en plena Ribera del Duero, este balneario es un monasterio cisterciense del siglo XII. Sus aguas provienen de la captación de un acuífero a casi 400 metros de profundidad, el Manantial de San Bernardo, que ya utilizaban los monjes cistercienses para regar los viñedos.
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La galería de baños del balneario murciano resulta impresionante. Tiene largos pasillos subterráneos donde calor que produce el agua al salir de la tierra es intenso. Destaca por sus piscinas termales, sus tratamientos con lodos y las propiedades curativas del manantial, que ya descubrieron los romanos en el II a.C.