7 playas del Cabo de Gata inolvidables
Playa de los Genoveses
Más de mil metros de arena fina y aguas cristalinas la convierten en una de las playas más vírgenes, a pocos pasos de la urbanizada San José. Su entorno, con dunas de arena dorada salpicadas de chumberas y pitas, no puede ser más apacible. Y mar adentro, una inmensa pradera de posidonia favorece el buceo con gafas, aletas y tubo, al tiempo que sus aguas mansas son ideales para un baño en familia.
Playa de Playazo
A un lado, unas suaves colinas; a otro, el castillo de San Ramón, un antiguo bastión defensivo construido en el siglo XVIII, que forma parte de una batería de 4 cañones que defendían el litoral del ataque de los piratas. En medio queda este bonito arenal de 400 kilómetros de largo y 30 de ancho, frecuentado tanto por partidarios del naturismo como por quienes prefieren el bañador. Entre esas rocas que conforman el embarcadero natural llamado Los Caletones no es raro encontrar cangrejos y pulpos.
Cala de Enmedio
El propio New York Times reseñó las virtudes de esta cala salvaje a la que se accede después de una caminata de media hora desde el pueblo de Agua Amarga. Por eso suele estar poco frecuentada, lo cual incrementa su atractivo. Su arena y sus rocas blanquísimas le dan al mar todas las gradaciones posibles del azul. Desde la playa se divisa el caserío blanco y, detrás de él, el cerro Mesa Roldán con su faro y su castillo.
Playa de Mónsul
Es, tal vez, la más emblemática del parque con permiso de Los Genoveses. También es la que mejor refleja el origen volcánico de la zona, flanqueada como está de formaciones de lava, grandes lenguas a las que la erosión ha dado unas formas extrañas. Un magnético perfil que hace las delicias del cine, la música y la publicidad puesto que aquí se ha rodado desde películas de Spielberg hasta videoclips de David Bisbal, pasando por múltiples anuncios.
Cala San Pedro
Accesible por mar o a una hora caminando desde el pueblo de Las Negras (también hay un servicio de zodiac desde la playa de esta bonita localidad) se trata de un pequeño rincón de aguas turquesas tocado por una magia especial: la vegetación de los alrededores, las ruinas de antiguas cortijeras, la comunidad hippy que la puebla durante todo el año… y la sensación de hallarse en un único, alejado del mundanal ruido.
Playa de Los Escullos
Consta de varias zonas de baño: por un lado, la playa del Arco, larga y dorada; por otro, las calas que se suceden a partir de una duna fósil de alocada forma pétrea. Se las conoce como Calas del Embarcadero y son un paraíso para los amantes del snorkel, puesto que sus fondos, trazados de roca y posidonia, están plagados de peces de colores. Cualquiera de ellas resultan un remanso de paz al ser ajenas a las masivas afluencias de veraneantes.