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Es el núcleo urbano más importante de las faldas del Montseny. En medio de la cuenca de la Tordera, la villa es el punto de referencia del Baix Montseny, comarca natural poblada desde muy antiguo. En el Carrer Major se pueden ver parte de las casas más antiguas, la Plaza de la Vila, el Ayuntamiento, las casas señoriales del XIX y el templo de Sant Martí con su imponente fachada barroca. La rectoría Vella, la ermita de Sant Ponç y su muralla, quizá del siglo IX, son impresionantes.
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En Sant Esteve, en la entrada del Parque Natural del Montseny, posee dos fortalezas de gran importancia en el medievo. Del castillo de Montclús del XI, solo subsiste la torre. La fortaleza de Fluvià, de principios del XII, está mejor conservada. Y en el casco urbano está San Esteban, un interesante templo románico del XII. Sant Esteve posee gran riqueza hídrica por sus arroyos, fuentes, balsas, lavaderos y su pantano de Vallmanya
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Su extraordinaria biodiversidad y la huella cultural que el hombre ha dejado a lo largo del tiempo, hacen del Montseny inspiración de artistas, intelectuales y científicos. Destaca por la diversidad de sus pisos geológicos. Las zonas más bajas son territorio del bosque mediterráneo y, por encima de los 1.000 metros, está el bosque atlántico y caducifolio de frondosas. Sus cumbres son el reino de las praderías y las especies subalpinas.
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Santa Fe cuenta con un interesante centro de información del parque y, además, es el punto de partida de un atractivo sendero que conduce, a través de esplendidos bosques, hasta el pantano de Santa Fe. Junto a la oficina del parque, está la hermosa ermita del siglo XIII y, cerca de ella, se alzan algunos de los árboles más altos de Cataluña.
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Este pequeño municipio da nombre al gran Parque Natural. Montseny tiene una gran riqueza monumental, entre la que sin duda destaca el románico de las iglesias de Sant Martí de Montseny y Sant Juliá. Además, remontando el cauce del río Tordera, a casi 1.200 metros de altitud, se alza en un bello paraje el conjunto de Sant Marçal de Montseny. Su iglesia del siglo XII y su antiguo monasterio benedictino, hoy un pequeño hotel, componen un encantador conjunto arquitectónico.
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Dentro del término del parque natural, Viladrau se levanta en la cima de una colina de 840 metros de altura en la orilla de la Riera Major. Tiene un casco antiguo pequeño y compacto, un rico patrimonio, y un aire distinguido. Su iglesia románica está dedicada a Sant Martí y su Santuario de Sant Segimon, del siglo XIII y a 1230 metros de altitud, se construyó aprovechando la cueva. Según la leyenda, esta gruta fue habitada por Segismundo, rey de Borgoña.
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A unos 70 kilómetros del entorno del parque, en Cardona, está la Montaña de Sal, un fenómeno natural único en el planeta. De hecho, ciudad está construida sobre una gigantesca montaña de potasa que el hombre ha explotado desde el Neolítico. Durante años, fue una de las minas de sal potásica más importantes del mundo, y su explotación es el origen del espléndido pasado de Cardona. Su Carta de Población, una de las más antiguas de Europa, recogía el derecho de los habitantes a obtener sal por siempre.