5 hoteles a menos de 50 kilómetros de las grandes ciudades
Al lado de las grandes ciudades de este país, a menos de cincuenta kilómetros, abren sus puertas hoteles con encanto donde el descanso y la buena cocina están garantizados.
Vila Arenys
Texto: Carolina OubernellUn sugerente hotel boutique en las cercanías de Barcelona, en el casco antiguo de Arenys de Mar. Nueva construcción, estilo vanguardista, sofisticación y tecnología e innovación. Con esos adjetivos el Vila Arenys, también de Rusticae, abre las puertas a sus dieciséis habitaciones con vistas impagables al centro histórico de la villa. Dos de ellas poseen terraza y piscina privada. El broche de oro del establecimiento lo pone el restaurante El Mot, cocina innovadora, moderna y atrevida bajo las manos geniales del chef Toni Sánchez.
La Gastrocasa
Texto: Carolina OubernellEs un hotel solo para adultos, a menos de medio kilómetro de la orilla del Mediterráneo, próximo a Valencia y rodeado de un impagable entorno natural. Gastrocasa está en Gandía, próximo a sus más importantes lugares de interés. Son cinco deliciosas habitaciones, amplias y luminosas como el mar que queda al lado. En el jardín hay una tentadora piscina de temporada y una suculenta barbacoa que prenden cada fin de semana. La cocina es otro de los argumentos que hacen único este lugar. Cocina creativa, valiente y de mercado, de tonos mediterráneos, abierta a cursos y eventos culinarios y dirigida por reconocidos cocineros.
Aldori Landetxea
Texto: Carolina OubernellBajo la discreta piel del caserío vasco, a una media hora de Bilbao, abre sus puertas el hotel Aldori Landetxea. Vanguardia, imaginación y memoria familiar para un hotel donde el huésped se siente como en casa, rodeado por la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, la ría de los jabalíes, que de Gernika a Mundaka vertebra un espacio protegido cuidado con exquisito mimo por generaciones de vascos. El hotel es un alegato a la memoria familiar de los dueños. Forman parte de esa colección de elementos decorativos un cabecero de alabastro retroiluminado, las letras de canciones insignes plasmadas en las paredes o las copias a tamaño descomunal de las tarjetas de embarque de la tía María Rosa en su viaje de regreso desde Nueva York a Bilbao, en 1947.
Fuente de la Higuera
Texto: Carolina OubernellLos caminos que unen Ronda y Málaga forman parte de los que los viajeros del XVIII y el XIX llamaron la Andalucía romántica. Orillado en uno de esos caminos se halla el hotel rural Fuente de la Higuera, en un antiguo molino de aceite rodeado de jardines y olivares, un lugar ideal para perderse entre la naturaleza o buscar refugio entre los encantos patrimoniales de esta ruta singular. Once habitaciones y suites decoradas desde la elegancia y la sutileza, espacios generosos y ventanas frente a vistas que se nos antojan cuadros recién pintados. En su restaurante gourmet, con terraza junto a la piscina, se elaboran platos sofisticados con productos orgánicos y frutas y verduras recolectadas de la propia finca por los propios huéspedes.