Milán, Londres, Oporto, Dublín o París están más cerca de España de lo que imaginamos. Viajar a ellas es bien barato desde algunos de los aeropuertos principales y en líneas de bajo coste.
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Texto: Carolina Oubernell
El Duomo de Milán está a menos de cincuenta euros desde ciudades como Barcelona, Valencia o Málaga. Con un poco de anticipación, un equipaje para un fin de semana y un billete con una línea de bajo coste la ciudad más populosa del norte de Italia está a un golpe de clic. El Duomo es una de las páginas más vibrantes de la historia del arte. Los canales de Milán no son tan conocidos como los de Venecia, pero tienen su encanto. Por la noche hay que cenar pasta y pizza en alguno de los restaurantes que rodean estas aguas y dedicar el día siguiente a perderse por la Galería Vittorio Emanuele y la bella Santa Maria delle Grazie.
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Texto: Carolina Oubernell
Si hay alguna ciudad europea donde volar sea asequible a cualquier bolsillo esa es Londres. Llegar a la capital inglesa es fácil desde cualquier ciudad española, en especial desde Málaga donde hay numerosas conexiones diarias. Pasear las riberas del Támesis a la sombra del Parlamento y del restaurado Big Ben es la primera impresión que todo viajero ha de tener nada más llegar aquí. Luego con un poco de más tiempo, tras pasear la City, hay que buscar asilo en sus muchos museos gratuitos. He aquí los imprescindibles: National Gallery, el Museo Británico o la moderna Tate. Pasado el sofoco turístico hay que pasar por un londinense más en sus barrios llenos de encanto.
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Texto: Carolina Oubernell
Es más barato volar a Oporto que ir en coche, sobre todo fuera de las fechas vacacionales. Hay conexiones con los principales aeropuertos españoles. Una vez allí hay que comenzar tomando contacto con la ciudad paseando sin prisa por las riberas del río Duero, cruzar a la orilla contraria para visitar las bodegas y degustar un vino vintage o almorzar en la cercana y encantadora localidad de pescadores de Matosinhos. La ciudad del arquitecto Álvaro Siza pasa por ser una de las más bellas de Europa. No es una exageración. Prohibido marcharse sin sentir la saudade en la librería Lello (ahora cobran una entrada y hay cola, pero merece la pena), pasear la Bolsa, tomar café en el Majestic o asistir a las exposiciones temporales en la Fundación Serralves.
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Texto: Carolina Oubernell
Conexiones diarias y regulares con la capital de Irlanda y por menos de cincuenta euros en aerolíneas de bajo coste. Es la ocasión de visitar Dublín y dejarse ganar por la belleza y la amenidad de sus jardines, la generosidad de sus gentes y la animación de sus pubes done la obligación dicta ingerir tentadoras pintas de cerveza. No conviene largarse de Dublín sin antes visitar O’Coneel Street, Grafton Street o el Museo Nacional de Arqueología. Por cierto que el barrio del Temple es el icono de la marcha, los buenos restaurantes, las mejores galerías de arte y el ambiente garantizado a cualquier hora.
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Texto: Carolina Oubernell
Los franceses no dudan en calificar París como la capital del mundo. Un título así no podía pasar desapercibido para las grandes líneas aéreas y volar hasta esa tentación urbana es de lo más fácil desde cualquier gran aeropuerto español. Ya sea a Orly o a Charles de Gaulle, los dos principales aeródromos de la capital, las líneas de bajo coste aterrizan en un París que más allá de su icónica Torre Eiffel atesora alguno de los museos más importantes del mundo, joyas de la arquitectura mundial o barrios donde la vida es una prolongación del placer. Ahora vuelve a estar de moda el Barrio Latino. Hay que felicitarse: Allí abren sus puertas las más modernas galerías de arte y alguno de los restaurantes de cocina de toque español con más proyección culinaria.