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A tan solo 15 kilómetros de Santander, en el Valle del Pisueña, se encuentra el Parque Natural de Cabárceno. Este singular paraje aprovecha los espacios de las antiguas minas de hierro de Cabárceno, donde aún se pueden ver algunas de sus estructuras industriales. En este original zoo, en plena naturaleza y con animales en semilibertad, se investiga en conservación de especies en peligro de extinción y educación medioambiental.
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Ubicado en la emblemática localidad de Gernika, este paraje natural también es conocido como el Bosque Animado. Aquí el arte y la naturaleza se dan la mano gracias al diseño del escultor y pintor bilbaíno, Agustín Ibarrola quien, en 1984, impulsó este lugar donde el arte da forma a través de la naturaleza. El bosque gira en torno a un paisaje de pinos donde se han plasmado un total de 47 obras con siluetas humanas, animales y figuras geométricas de vivos colores.
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El Monasterio de Piedra se alza junto a Nuévalos, a tan solo 100 kilómetros de Zaragoza. En este oasis natural conviven el esplendoroso Parque Natural y el histórico Monasterio Cisterciense del siglo XIII. En el Parque Natural discurren cascadas, lagos, bellos rincones dibujados por el río Piedra, bosques y una increíble variedad de plantas. El Monasterio se fundó para repoblar la zona en el siglo XII y para la expansión de los de los cistercienses por la Península.
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El impresionante Monfragüe es uno de los enclaves más extensos de arboleda y matorral mediterráneo, y uno de los más bellos del planeta. Es un maravilloso refugio para aves en vía de extinción, y un paraíso para la señorial águila imperial ibérica, el buitre leonado y la cigüeña negra. Es el reino de las dehesas de alcornoques y encinas, el señorío del Tajo. Y en sus alrededores, se alzan las increíbles Cáceres, Plasencia y Trujillo.