10 refugios rurales en las Islas Canarias
Por: Silvia Roba
El invierno nos hace soñar con destinos cálidos como el archipiélago canario, que en cada una de sus islas esconde rincones maravillosos para disfrutar en esta época del año. No miramos al mar sino a las montañas y a los valles, a pequeños pueblos de interior y lugares recónditos a los que llegar ya es toda una aventura. Bajo las palmeras que mece el viento, entre acantilados y barrancos se esconden historias y enclaves que merecen la pena ser descubiertos. Hacia ellos viajamos.
Vilaflor, Tenerife
HOMENAJE AL GRAN ÁRBOL Hay tres cipreses de más de doscientos años frente a la iglesia de San Pedro Apóstol, un magnolio centenario en la Casa de los Soler, hacienda de arquitectura tradicional canaria del siglo XVII, y pinos casi por todas partes. Algunos, como el denominado Gordo, son verdaderos monumentos: hasta nueve personas se necesitan para poder abrazarlo. Situado en la parte más alta de la isla, a 1.500 metros de altitud, Vilaflor es eminentemente rural. De sus inmediaciones parte un sendero que conduce hasta el Sombrero de Chasna, peculiar cumbre que culmina en una planicie desde la que se obtienen unas fantásticas vistas del Teide y el mar.Dónde dormir. Hotel Spa Villalba (hotelvillalba.com), todo en madera y piedra.
Garafía, La Palma
HISTORIA Y CULTURA Profundos barrancos, desfiladeros y abruptos acantilados conforman el perfil de Garafía, en el noroeste de la isla, entre Puntagorda y Barlovento. El término municipal está dividido en catorce barrios, separados por una violenta orografía que ha hecho de este lugar el menos poblado de La Palma, por mucho que sea el más extenso. En sus cuevas naturales se han encontrado importan-tes manifestaciones de arte rupestre, como las que se pueden ver en el Parque Cultural de la Zarza. Historia y cultura se funden también en la Ruta de los Dragos de Buracas, en Las Tricias, donde un antiguo molino de madera es hoy el Museo de Interpretación del Gofio. No te lo pierdas. Visitar el Observatorio del Roque de los Muchachos (iac.es).
Sabinosa, El Hierro
EL OESTE REMOTO Es el pueblo más occidental de las Islas Canarias y, por tanto, de España. Un lugar remoto y aislado, de calles estrechas y en continua pendiente debido a la orografía del terreno. Bancales de viñas preceden la llegada a la que es la cuna del folclore herreño, en cuyo casco antiguo aún podemos encontrar lagares tradicionales. Pero su mayor atractivo reside en su nombre, que hace referencia al sabinar más extenso de El Hierro, con ejemplares retorcidos por la acción de los vientos alisios. A él se accede por un camino que conecta Sabinosa con La Dehesa y el Santuario de Nuestra Señora de Los Reyes, que custodia la imagen de su venerada Virgen.No te lo pierdas. El Pozo de la Salud, único balneario de las islas Canarias.
Teror, Gran Canaria
CESTOS Y BALCONES El mercadillo más antiguo de las islas tiene lugar los domingos. Sus 140 puestos se extienden en torno a la Basílica de Nuestra Señora del Pino, que, con sus vidrieras y gárgolas, preside la plaza principal de la villa. Hasta aquí se viene a comprar: cestos y bordados o tal vez chorizo y morcilla. Hay que probar los dulces (truchas, bollos de anís) que elaboran las monjas del Monasterio del Císter, en la parte alta de Teror, con un casco antiguo de casas con bonitos balcones. Son de madera, de hierro forjado... Hasta seis rutas se pueden seguir a través de los senderos de la Finca de Osorio, en el Parque Rural de Doramas, paisaje protegido con una densa red de barrancos.No te lo pierdas. Beber agua del manantial de la Fuente Agria.
Valle de Hermigua, La Gomera
VIDA CON LAURISILVA Bajo el influjo de los vientos alisios, el municipio de La Hermigua disfruta de un clima cálido casi durante todo el año, con temperaturas que apenas bajan de los 18º en invierno. Todo un aliciente para descubrir este pueblo, a 20 kilómetros de la capital, San Sebastián de La Gomera, nacido alrededor del convento de Santo Domingo de Guzmán. Forma parte del valle del mismo nombre y constituía, con Agulo, el territorio aborigen de Mulagua. Laurisilva, laureles y plataneros dan vida a este mágico entorno que nace en Garajonay y muere a orillas del Atlántico. Desde los roques gemelos de Pedro y Petra se contempla la mejor panorámica.No te lo pierdas. La Boca del Chorro, con una impresionante cascada.
Masca, Tenerife
ESCONDITE EN LOS GIGANTES Sobre las crestas de las montañas las casitas de Masca hacen equilibrio para no caerse al abismo. Esa es la sensación si las contemplamos desde el Mirador de Chefe, nuestra primera parada. Enclavado justo en medio de un paisaje quebrado por vertiginosos barrancos, en el Parque Rural del Teno, este remoto lugar de Buenavista del Norte esconde sorpresas arquitectónicas, como la Casa de los Avinculados o una pequeña ermita del siglo XVIII. A través de El Palmar, el camino lleva hasta el Faro de Punta de Teno, desde donde se obtiene una perspectiva diferente de los acantilados de Los Gigantes, paredes rocosas que alcanzan los 600 metros de altura. No te lo pierdas. La tortilla y las papas arrugadas del restaurante El Guanche.
Teguise, Lanzarote
MERCADOS Y PIRATAS La tranquilidad que se respira en la antigua capital de la isla se transforma en bullicio los domingos por la mañana, momento en que se celebra su tradicional mercado, uno de los más populares de las islas. Artesanía, productos ecológicos, gastronomía... Es una de las principales atracciones de esta villa de pasado noble, coronada por el castillo de Santa Bárbara, en la cima del volcán de Guanapay. Hoy acoge el Museo de la Piratería, que, junto a la Casa del Timple, instrumento musical canario, es visita obligada. También lo es la Fundación César Manrique, en la cercana Tahíche, que ahora conmemora el centenario del nacimiento de su fundador.Dónde dormir. Hotel Palacio Ico (hotelpalacioico.com), en un edificio del XVII.
Betancuria, Fuerteventura
CON AIRE COLONIAL Capital histórica del archipiélago canario, esta villa de aires coloniales, situada en la parte central del Macizo de Betancuria, fue fundada en 1404 por el caballero normando Juan de Bethencourt, conquistador de las islas, que prefirió establecerse en el interior, lejos de los piratas. Dos siglos después arrasarían con todo, incluida la iglesia, hoy reconstruida, que ostentó el título de Catedral. Para llegar hasta aquí la carretera deja atrás pueblos como Los Llanos de la Concepción, que aún conserva sus molinos de viento, y serpentea entre barrancos, con miradores como el de Guise y Ayose, dedicado a los dos reyes guanches.No te lo pierdas. El Museo Arqueológico y Etnográfico, con la cultura aborigen.
Uga, Lanzarote
LUZ ENTRE ROCAS DE LAVA Sus habitantes más conocidos son los camellos canarios, habitual medio de transporte para acceder al Parque Nacional de Timanfaya, muy cerca de Uga, pequeña localidad al sur de la isla, en el interior de Yaiza. Las casas blancas emergen luminosas entre las rocas de lava que se extienden por los alrededores. Entre ellas se interna la carretera que discurre por el valle de La Geria, donde las viñas, de las que procede el famoso vino de malvasía, se cultivan en hoyos excavados en las cenizas volcánicas. Siempre habrá tiempo para hacer alguna ruta a pie, quizás hasta la cima de la montaña Tinasoria, un buen lugar para la práctica de ala delta y parapente.No te lo pierdas. Los quesos artesanos de Finca de Uga (fincadeuga.com).