10 castillos españoles que te sorprenderán
Existen y no te dejarán salir de tu asombro. Castillos especiales, peculiares, hermosos, imponentes, curiosos… Ya sólo la propia palabra «castillo» nos trae a la mente toda una serie de imágenes y nos evoca un cúmulo de sensaciones. Déjate sorprender por esta lista y averigua cuáles de ellos aún no conoces, porque te asombrarán.
Por José Miguel Barrantes
Castillo de Loarre (Loarre, Huesca)
El castillo o abadía de Loarre, en la provincia de Huesca, está considerado la fortaleza románica mejor conservada de Europa. Su magnífico estado de conservación y su espectacularidad hacen de él un magnífico ejemplo de aquella época, allá por el siglo XI. Su portentosa figura sobre el promontorio de roca sobre el que se asienta es impresionante.
Castillo de Santa Florentina (Canet del Mar, Barcelona)
El castillo de Santa Florentina es quizás uno de los mejores ejemplos mundiales de conjugación entre los estilos artísticos antiguos y modernos en este tipo de edificios.Tratándose de una construcción medieval del siglo XI, sin embargo presenta una portentosa reforma modernista del siglo XX que ha dado lugar a uno de los castillos más bellos de nuestra geografía.
Castillo de Colomares (Benalmádena, Málaga)
l más joven de la lista y también el más extravagante. Obra del Doctor Esteban Martín y Martín y dos albañiles más entre los años 1987 y 1994, es un homenaje a Cristóbal Colón y el Descubrimiento de América.Situado en Benalmádena, Málaga, su increíble mezcla de estilos, su simbología y sus llamativas formas, así como sus peculiaridades, como la de albergar la capilla más pequeña del mundo, hacen de él todo un atractivo.
Castillo de Cardona (Cardona, Barcelona)
Considerada la fortaleza medieval más importante de Cataluña, este castillo emplazado sobre una colina data del siglo IX. Su mezcla de estilos gótico y románico ha dado lugar a un monumento cuya presencia resulta grandiosa y enigmática, con su emblemática Torre de la Minyona como estandarte de todo el conjunto.
Castillo de Belmonte (Belmonte, Cuenca)
El castillo de Belmonte, en la provincia de Cuenca, forma un espléndido ejemplo de este tipo de construcciones. Habiendo sido erigido en el siglo XV, seguramente represente una de las fortalezas mejor conservadas de toda España, por lo fidedigno de su estado actual en comparación con su estado primigenio. Junto a su exterior, destacan sus incomparables artesonados del interior del recinto.
Castillo de Peñafiel (Peñafiel, Valladolid)
Considerado el «buque» de Castilla por su extraordinaria y característica figura, elevado sobre la llanura castellana con sus 35 metros de altura y sus 210 metros de longitud.Siendo la mayor parte de lo que hoy podemos observar construido en el siglo XV, alberga uno de los museos más importantes dedicados al vino de toda la península, encontrándose localizado en pleno corazón de la Ribera del Duero.
Castillo de Soutomaior (Sotomayor, Pontevedra)
El castillo medieval de Soutomaior, del siglo XII, es una obra insigne de la provincia de Pontevedra, utilizado en numerosas ocasiones para actos públicos debido a su belleza.El conjunto del recinto en el que se ubica alberga igualmente un hermoso jardín botánico de más de 15.000 metros cuadrados que destaca por contar con una magnífica colección de camelias.
Castillo de Vélez-Blanco (Vélez-Blanco, Almería)
El emblemático castillo del municipio de Vélez-Blanco, en la provincia de Almería, que se alza sobre la población con su bella silueta, es un excelente testigo del renacimiento español, del siglo XVI.Desafortunadamente, parte de su magnífico interior fue expoliado o vendido en otras épocas, pudiendo encontrar en la actualidad dichas partes diseminadas por el mundo; como su emblemático patio, que se conserva en el Museo Metropolitano de Nueva York.
Castillo de Cuéllar (Cuéllar, Segovia)
Es quizás uno de los edificios más importantes de la provincia de Segovia. Sus muros, que fueron levantados desde los siglos XIII al XVIII, son todo un regalo a la vista. La belleza conseguida en este conjunto a través de la mezcla de diferentes estilos que van del mudéjar al renacentista pasando por el gótico, hacen de este monumento un destino muy atractivo; al igual que sus múltiples dependencias interiores, que han recibido y reciben usos muy peculiares, como el de albergar un instituto de secundaria.