7 que están como un queso

Se elabora en los puertos altos de los municipios de Cangas de Onís y Onís en Picos de Europa,  durante los meses de junio a septiembre, en instalaciones queseras de reducidas dimensiones. La producción de leche, la elaboración de queso y la maduración tienen lugar en la zona geográfica delimitada. Esta joya asturiana es ahumada y posee un característico color siena tostado, con tonalidades rojizas, verdes y azuladas.

Están preparados con leche de vaca, oveja o cabra, o bien con una mezcla de ellas. Se elaboran en el increíble Valle de Liébana, con leche que proviene de Potes, Pesaguero,  Cabezón de Liébana, Camaleño, Cillorigo, Tresviso, Vega y Peñarrubia. La poderosa vaca Tudanca, la pardo alpina y la frisona, la oveja lacha y la cabra pirenaica son las productoras de la sensacional materia prima.

En las increíbles dehesas y los aromáticos pastizales extremeños, pastan las mundialmente afamadas ovejas Merinas. Es tal su riqueza, que su Zona Geográfica aglutina a 21 términos municipales de la provincia de Badajoz. Las cabañas de las merinas pacenses, están valoradas en todo el planeta, por lo que muchas de ellas, se exportan a todo el mundo. El Queso de La Serena, un queso graso o extra graso con una curación mínima de 20 días, es una exquisitez.

Está elaborado a base de leche de cabra majorera y se produce en los términos municipales de Antigua, Betancuria, La Oliva, Pájara, Puerto del Rosario y Tuineje, de la salvaje Fuerteventura. Ha sido premiado en grandes certámenes internacionales y nacionales, como la World Cheese Awards, o el Concurso Nacional de Quesos, donde en ambos logró la medalla de oro. Incluso tiene el galardón del Mejor Queso de Cabra con Pimentón del mundo, en la Word Championship Cheese Contest de 2012.

Hay referencias bibliográficas de hace más de dos siglos que describen la actividad quesera artesanal en la región. Todavía se conservan antiguas prensas y cinchos de esparto, que eran utilizados para dar forma y consistencia al queso. La inventiva de los pastores murcianos, maridó  los quesos de cabra con el producto por excelencia de la agricultura murciana, el vino. De esta unión nació el Queso de Murcia al Vino, único en toda Europa, resultado de bañar el queso de cabra murciana en vino tinto durante su maduración.

Este afamado queso, elaborado con leche de oveja de la raza manchega y con una maduración mínima de 30 días y máxima de 2 años, es un referente. Parte de su éxito proviene de los primitivos pobladores de La Mancha, que  domesticaron a la oveja manchega y mejoraron la raza. No permitieron que se mezclara con otras, por ello ha mantenido su pureza y cualidades originales, así como sus peculiares características, que apenas han sufrido cambios a lo largo de los siglos.