Viaje en el tiempo al valle del Tena
Piedrafita de Jaca
Los restos megalíticos hallados en Piedrafita demuestran que el hombre estuvo aquí hace siglos. La primera referencia histórica del pueblo data de 1203, pero no fue hasta 1488 cuando quedó constancia de un censo de 10 casas. Piedrafita conecta con Tramacastilla por el idílico camino El Betato, que discurre entre una imponente arboleda y barranco de Gorgol.
Tramacastilla de Tena
Este delicioso pueblo, ubicado a 1224 metros de altitud, está escondido entre pinares, robledales y prados. Entre casonas solariegas de noble porte, muros, bellos balcones, se alza su pequeña iglesia románica del siglo XII, con un excelente retablo renacentista del siglo XVI. El paisaje desde Tramacastilla es impresionante. Su horizonte muestra las altivas y bravas Peña Telera y Peña Blanca.
El Pueyo de Jaca
A más de 1.000 metros, y en el margen del pantano de Búbal, se alza el delicioso Pueyo de Jaca, ideal para perderse entre su arboleda y sus rincones de arquitectura popular, donde destaca el Albergue, construido por el Conde de la Viñaza. Interesante también su iglesia del siglo XVI y la Casa del Valle, de valor histórico porque fue sede de la Junta General del Valle desde principios del XVII. Y desde luego, El Pueyo es referencia a la hora de tomar sopetas.
Panticosa
Cada rincón de esta preciosa villa, en el curso del río Caldarés, invita a detenerse. Sus casonas con balcones de flores multicolores y fachada de piedra, se funden con las vigorosas montañas que lo rodean. Interesante, su iglesia con base románica del siglo XIII con un altar de tabla gótico-aragonesa de 1480. Y desde luego, es imprescindible ascender hasta casi 1700 metros para llegar al Balneario. Con 5 manantiales diferentes, posee unas características exclusivas que lo hacen único en nuestro país.
Lanuza
Sin duda, tiene uno de los paisajes más impresionantes del valle y podría decirse que unos de los pueblos más bonitos de Huesca. A casi 1.300 metros, su estampa reflejada sobre el pantano es espectacular. Quedó deshabitado en 1978, pero en la década de los 90, los antiguos moradores consiguieron recuperar las propiedades no sumergidas e iniciaron un proceso de revitalización. Cada año se celebra el Festival Pirineos Sur, que con un escenario flotante en el centro del pantano, y el graderío asentado en la ladera de la montaña es único en el mundo.
Sallent de Gállego
A más de 1.300 metros de altitud, es considerado como la cabeza del Valle de Tena. Su privilegiada situación le hace ser punto de partida de numerosas excursiones hacia el Circo de Piedrafita, los Picos del Infierno y el Ibón de Anayet, donde sus silenciosos caminos están salpicados barrancos, ibones y crestas. Posee una bellísima iglesia gótica del siglo XVI, un interesante mentidero, un antiguo casino y un magnífico puente medieval.
Formigal
Aunque pertenece a Sallent de Gállego, este destino de esquiadores se convierte en una joya de la biodiversidad y el senderismo en primavera. También es un buen punto de partida para cruzar la frontera y adentrarse en el Pirineo francés. Su iglesia prerrománica del siglo XI, trasladada piedra a piedra desde Basarán, es un verdadero tesoro.