Ryokanes: los hoteles tradicionales de Japón
Tradición y hospitalidad oriental. Desprenderse de los zapatos, ponerse un quimono y empaparse de lo más ancestral de la cultura nipona. Nadie que visite el país del sol naciente debería dejar de dormir, al menos una noche, en estos alojamientos tradicionales que son la alternativa sencilla a los grandes y sofisticados hoteles elevados entre junglas de neones.
El Japón del aroma casero y el ritual milenario esconde en ellos la esencia de su hospitalidad, la llave que abre las puertas a unas costumbres arraigadas que se resisten a la vanguardia tecnológica. El silencio y el recogimiento marcan las pautas de estas viejas posadas que conectan al viajero con el mundo oriental desde el minuto uno de su estancia. Aquí todo –desde los onsen o baños termales y los jardines zen hasta el simple acto de tomar un té– está barnizado de rito y ceremonia.
(Un texto de Noelia Ferreiro)
Homeikan Morikawa Bekkan, Tokio
Todo en este ryokan de precio sorprendentemente asequible está ideado según los cánones de una filosofía destinada a alcanzar la serenidad absoluta. Sus instalaciones de madera, el aroma de las esteras de paja que recubren el suelo, los detalles artesanales de sus puertas corredizas y el pequeño onsen con aguas termales son solo algunos de los elementos que contribuyen a esta sensación de paz. Más información en: homeikan.com
Shigetsu, Tokio
Abierto desde hace más de 80 años en Asakusa, el barrio más tradicional de la ciudad de Tokio, este ryokan ha ampliado recientemente su espacio hasta alcanzar los seis pisos, pero sin perder el espíritu de las pequeñas posadas de antaño. En el último de ellos se erige un maravilloso baño de madera de ciprés, desde el que admirar, sumergido en aguas calentitas, la silueta del templo Senso-ji recortada sobre el cielo. Más información en: shigetsu.com
Sukeroku No Yado Sadachiyo, Tokio
Pese a encontrarse apenas a un paseo de la vorágine del asfalto, este ryokan, uno de los pocos que se conservan en el frenético corazón de la capital nipona, destila una atmósfera tranquila desde una pintoresca callejuela escondida tras el bullicio. Por eso atravesar su umbral es sumergirse de pronto en otro mundo para viajar, de la mano de sus fabulosas antigüedades, a un episodio del periodo Edo. Más información en: sadachiyo.co.jp/en/
Sumiya Ryokan, Kioto
Más allá de sus sofisticadas habitaciones donde empaparse de la genuina cultura nipona entre tatamis y futones, la gran baza de este ryokan es lo que llaman “una experiencia superlativa de onsen”. Para ello no solo disponen de fabulosos baños termales rodeados de jardines zen sino que también brindan tratamientos terapéuticos con propiedades sanadoras para alcanzar el equilibrio del cuerpo, la mente y el alma. Más información en: sumiya.ne.jp/en/
Kyoto Yoshimizu, Kioto
Su plena inmersión en la naturaleza convierte a este alojamiento en un lugar especial. Escondido en las altas colinas del Parque Maruyama y encajado entre lustrosos cerezos y bosques de bambú, nada puede ser más hermoso que asistir desde sus elegantes estancias a la floración de la primavera o a la explosión cromática de sus árboles en otoño. A ello se suma un esmerado y exquisito servicio. Más información en: yoshimizu.com
Mount View, Hakone
Si el día amanece claro, el majestuoso monte Fuji se divisa en todo su esplendor desde el baño al aire libre de este pintoresco ryokan, donde el agua lechosa de sus entrañas, dicen, tiene los más altos beneficios para la salud. Además, su cocina típica, elaborada con productos frescos de temporada y con recetas que siguen los cánones de los fogones ancestrales, completa una estancia inolvidable. Más información en: mvhakone.jp/es-es
Hiiragiya, Kioto
Elizabeth Taylor y Charlie Chaplin sucumbieron a los encantos de este ryokan inaugurado en el año 1818 para dar hospedaje a los samuráis y que hoy está considerado entre los más lujosos del país. Regentado por la misma familia durante seis generaciones en una ubicación privilegiada cerca del castillo de Nijo y del Palacio Imperial de Kioto, también es el preferido de la intelectualidad japonesa. Más información en: hiiragiya.co.jp/en/
Mikawaya, Hakone
Su posición en espléndidos parajes de topografía montañosa le otorga un carácter de refugio perfecto, a 660 metros de altura y con espectaculares vistas a las cumbres de Myojingatake, Daimonji y Sengen. Pero es además su historia, con más de 120 años de vida, lo que proporciona la sensación de hallarse en un lugar detenido en el tiempo en el que el aislamiento proporciona una experiencia aún más intensa. Más información en: hakone-mikawaya.com
Tamahan, Kioto
El que fuera en un remoto tiempo un retiro espiritual se erige en la actualidad en uno de los más bellos alojamientos de Kioto, oculto en un rincón del distrito de Higashiyama y accesible solo por el fantástico camino Ishibei-koji. Alejado del caos del tráfico y de la contaminación acústica, aquí la banda sonora la ponen los cantos de los pájaros y el místico gong de las campanas de los templos que se alzan alrededor. Más información en: tamahan.jp