Pueblos de música

Música y magia van de la mano en Pedraza en su singular Concierto de las Velas. En los dos primeros sábados de julio, la plaza de esta villa medieval se cierra y durante más de tres horas la música de violines inunda todo. Durante el concierto, la única iluminación de Pedraza son las miles de velas que le dan una magia especial a la noche. Calles, balcones, ventanas y puertas quedan envueltas en la luz de las velas.

Murcia se envuelve en quejíos desde 1961, cuando para conmemorar los cantes minero levantino instauró su Festival de Cante de las Minas. Este certamen ha sido declarado de interés turístico nacional y Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. Estos cantes comenzaron en el XIX, en la sierra de Cartagena La Unión, cuando los mineros trasmitían su congoja diaria en la mina.

Ortigueira se llena de visitantes que acuden al sonido de las gaitas. Y es que su célebre y singular Festival Internacional del Mundo Celta reúne a más de 100 000 asistentes cada año. Es uno de los eventos musicales folk más esperados en nuestra geografía y, por supuesto, en Galicia. Con más de 30 años de tradición en todos los rincones de la bella ciudad gallega considerada celta, rugen las gaitas.

El canto de la Sibila en toda Mallorca, y especialmente en Escorca, es una tradición musical que se celebra desde la Baja Edad Media. Bien de Interés Cultural y Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, se celebra la noche del 24 de diciembre en las iglesias, todo un ejemplo vivo del folklore religioso medieval. El canto lo representa una joven acompañada por la música de un órgano en Santa María de Lluc.

El pueblo vallisoletano ha puesto en valor su folklore y su tradición musical con la Fundación Joaquín Díaz. En la Casona de la Mayorazga, del siglo XVIII, se expone la fonoteca con 14.000 soportes sonoros y una las colecciones de instrumentos musicales con más de 1.000 piezas. Aunque uno de los valores más atractivos que atesoran los archivos de la Fundación es su magnífica fonoteca.