Eduardo Grund
En la región geotérmica cercana al río Hvitá y a la ciudad de Reikiavik. Los géiseres son uno de los grandes espectáculos naturales de Islandia.
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Islandia, un país de 335.000 habitantes, es conocido como “la tierra del fuego y del hielo” por sus cientos de fallas, volcanes, géiseres, cascadas, fuentes termales, glaciares, campos de lava... Sin duda, uno de los países más singulares del mundo, perfecto para la aventura.
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Godafoss, la “Catarata de los Dioses”.
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Godafoss, la “Catarata de los Dioses”, en el municipio de Thingeyjarsveit. Las aguas del río Skjálfandafljót caen desde doce metros a lo largo de un ancho de treinta metros.
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A las orillas de la bahía de Skjálfandi, Husavik fue un puerto clave durante la primera mitad del siglo XX en lo que se llamó “la fiebre de la plata del mar”, la pesca del arenque que dio prosperidad y riqueza a Islandia. Hoy la mayoría de los viajeros que llegan a Husavik buscan embarcarse para avistar ballenas en las cercanías de su costa.
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Leyendas de elfos, trolls y otras criaturas ocultas y seres míticos son típicas en Islandia.
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La inmensa caldera del volcán Krafla, de unos 10 kilómetros de diámetro.
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Manantial de agua caliente en el interior de la cueva Grjotagja, donde se rodaron escenas de “Juego de Tronos”.
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Gullfoss también es conocida como la “Cascada Dorada”.
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Lago de cráter volcánico Kerid, en el área de Grímsnes, en el sur de Islandia, en la ruta turística conocida como el Círculo Dorado. Las tres paradas de la ruta son el Parque Nacional Thingvellir, la cascada Gullfoss y el valle de Haukadalur, donde están los géiseres Geysir y Strokkur.
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La cascada Dettifoss se ubica en el Parque Nacional Jökulsárgljúfur.
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Los típicos caballitos islandeses se caracterizan por su pequeño tamaño.
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Hay más de 170 piscinas geotermales a lo largo del país.
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Puerto de Husavik.
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Thingvellir es uno de los parajes más queridos por los islandeses. En este valle, hoy Parque Nacional, se fundó, en el año 930, el Alingi, el primer Parlamento del mundo del que se tiene constancia escrita. Silfra, una de las fisuras de este Parque, en el lago Thingvallavatn, es un imán para buceadores, de ahí la señal que advierte de su presencia en los pasos de cebra.