Ruta de Cristóbal Colón en Huelva
Niebla
En Niebla, que se alza en una colina sobre el Tinto, destaca su muralla del siglo XI, la más completa de los tiempos musulmanes que se conservan en España. Con dos kilómetros de longitud, está adosada al impresionante Castillo de los Guzmanes, del XV. Es imprescindible detenerse en la Iglesia de San Martín, que antes fue mezquita y sinagoga, y que está dividida en dos por una calle. Otro templo de gran belleza es la mezquita-iglesia de Santa María, y al lado, está el hospital medieval de Nuestras Señora de Los Ángeles, hoy Casa de la Cultura.
Moguer
A través de sus cuatro Plazas se obtiene una completa panorámica de Moguer. Su arquitectura es un libro abierto de historia, ya que solo en la calle Obispo Infante se suceden edificios de los siglos XVI, XVIII y XIX, entre los que brilla la casa del piloto Bartolomé Ruiz, descubridor del Perú. Impresionante el Convento de San Francisco, hoy sede del Archivo Histórico que guarda documentos de los viajes de Colón, y fondos de1481. Y majestuoso el Monasterio de Santa Clara donde llegó Colón para pedir a Inés Enríquez, su abadesa, que apoyara su viaje ante su sobrino Fernando el Católico. No hay que perderse el Museo Zenobia y Juan Ramón, y la casa natal del poeta desde cuya azotea se alcanza todo Moguer y su Ribera.
Palos de la Frontera
Por un recorrido cuajado de fresón y bosques, se llega a Palos de la Frontera. En el camino la luz compite con el púrpura del fruto, cuya producción es una de las mayores a nivel mundial. En Palos se leyó, frente a la Iglesia de San Jorge, y muy cerca de la Fontanilla que abasteció a la flota de agua, la Orden de los Reyes Católicos que pedía naves y marineros para acompañar al almirante en su viaje.
Monasterio de La Rábida
En un enclave privilegiado y cuajado de leyendas, está el Monasterio de la Rábida. Desde el principio fue una fortaleza para defensa de los piratas, en el XIII perteneció a los Templarios, y la tradición cuenta que San Francisco de Asís vino a fundar un humilde monasterio. El convento cobró importancia por las estancias de Colón y por la vinculación de Martín Alonso Pinzón. Los cinco franciscanos que lo habitan, cuidan con esmero este lugar que conserva un bellísimo claustro mudéjar del siglo XV. Interesante la sala que guarda un cofre con tierra de cada país.
Muelle las Carabelas
En el Muelle de las Carabelas se recrean las pequeñas carabelas que buscaban las Indias en un viaje sin precedentes En su dársena se amarran la Niña, La Pinta y la Nao Santa María, así como una recreación de la Isla del Encuentro, y de un mercado medieval ubicado en el muelle desde partieron hacia el otro lado del Mar Tenebroso, entre malas tempestades y peores calmas. Emplazado en un entorno fascinante, resultan muy interesantes su Museo y su Centro de Interpretación.