6 impresionantes desiertos españoles
Larva, jaen
El pueblo más pequeño de la provincia de Jaén tiene uno de los desiertos más desconocidos de España, pero también uno de los más interesantes. El desierto de Larva se extiende por más de 57.000 hectáreas y sus temperaturas pueden llegar hasta los 4 grados en la temporada de más frío. La vegetación que puebla esta zona no es muy abundante, pero tiene encinas, pinos y matorrales.
Bardenas Reales, Navarra y Zaragoza
Otro de los parajes semidesérticos por excelencia, son las Bardenas Reales. Su nombre viene del privilegio real que tenían los pueblos de alrededor de poder llevar a pastar a Las Bardenas a sus animales. La zona está declarada Reserva de la Biosfera, con más de 41.000 hectáreas ofrece un paisaje de otro planeta. Es uno de los paisajes más exclusivo por sus maravillosas formaciones.
Los Monegros, Huesca y Zaragoza
Cuenta la leyenda que los Monegros eran un frondoso pinar hasta que Felipe II ordenó talarlo para construir la Armada Invencible. Así que nos quedamos sin pinar y sin barcos. Esta zona semidesértica, donde nace en el valle del Ebro, tiene una magia especial. Desde hace algunos años, tiene la calificación de Paisaje Singularísimo, Único en Europa.
Mahoya, Murcia
El desierto de Mahoya, entre Abanilla y Fortuna, posee un impactante paisaje de dunas. Su aridez ha convertido a este desconocido desierto en un lugar sobrecogedor, con una perspectiva casi lunar. Esta sensación solo la rompen algunos oasis cuajados de palmeras, que hacen sentir que se está en un país del lejano oriente. Ofrece uno de los atardeceres más bellos de nuestro país.
Desiertos de Corralejo y Jandía, Fuerteventura
Lo más parecido al desierto que de la película Lawrence de Arabia, es el Parque Natural de Corralejo. Su campo de dunas esconde además algunas de las mejores playas de Fuerteventura. Y en el Parque Natural de Jandía, su espectacular desierto al borde del mar, deja sin palabras. No es de extrañar que Ridley Scott la convirtiera en el desierto del Sinaí para la película Exodus.