Delicias de Rio de Janeiro

Por José Costa
ESENCIAS CARIOCAS. Brasil es, más que un país, casi un continente, y si Sao Paulo es su capital financiera, la bellísima Río es la embajadora de todos sus placeres. Rica en materias primas, en su gastronomía confluyen culturas tan distintas como la portuguesa y las africanas, pero además tiene la mayor colonia de expatriados japoneses y a los cariocas les encanta el sushi. Por si esto fuera poco, hay muchas familias italianas elaborando su cocina de origen y las churrasquerías sirven carnes al estilo argentino con cortes únicos como la picanha en apabullantes rodizios. Si animamos esta gran reunión con una caipirinha, obtenemos un carnaval culinario global

FOGO DE CHAO
AUTÉNTICO RODIZIO BRASILEÑOHay varios restaurantes en la ciudad que añaden al manejo de las brasas siguiendo los dictados del churrasco gaucho el espectáculo de ofrecer una gran variedad de carnes, como en una cata carnívora que solo se celebra en Brasil y por un precio global. Por qué. Los dos locales son una excelente elección por lo delicado de su elaboración y por lo acogedor de sus enclaves. Si aún no se ha vivido la experiencia de un bufé donde no hay que moverse de la mesa porque los camareros hacen desfilar 16 tipos de carne con acompañamiento de ensaladas y una buena selección de vinos, hay que experimentarlo. Y aún más. En el local de Botafogo, sus vistas abarcan esa playa con el Pan de Azúcar al fondo.(Av. Repórter Nestor Moreira, s/n. Botafogo/ Av. Ayrton Senna. Barra da Tijuca)

SATYRICON
PARA AMANTES DEL PESCADO Y LA “MOQUECA” Los Leopardi (Marly, Miro y su hija Sandra) forman una familia italiana siempre pendiente de que el servicio, la calidad y la frescura de lo servido sean excelentes, gracias a lo que han cautivado a una clientela fiel en la zona más exquisita de la ciudad.Por qué. Langostas, camarones y ostras son los protagonistas. Hace más de treinta años que abrió y es un número uno en la categoría de pescados y mariscos. Ha sido premiado en diez ocasiones por los gastrónomos especializados. Continuamente renuevan sus propuestas, pero también hacen la mejor versión de un ancestral plato de los indígenas brasileños: la moqueca, cocido de crustáceos y pescados elaborado con cebolla, chile, tomate, hojas de cilantro y malagueta con leche de coco.(Rúa Barão da Torre, 192. Ipanema )

CASA DA FEIJOADA
TRADICIÓN EN UN AMBIENTE INFORMAL Simplemente no se puede pasar por Río de Janeiro sin probar el bocado más popular en Brasil en el restaurante que conserva el tradicional sabor de un plato casero por excelencia. Las carnes de cerdo que lo acompañan están bien cocidas y son suaves. La feijoada aligera su contundente guiso de alubias negras con la permeabilidad del arroz y la farofa (otra especialidad local: harina de mandioca tostada con mantequilla). Pero no hay que olvidar su densidad, que la hace más recomendable a la hora de almorzar que en una cena tardía. Por qué. Ipanema es la playa más bonita, elegante y segura de Río de Janeiro, y el plato nacional merece la visita. Aunque tradicionalmente la feijoada se toma los sábados, este restaurante especializado lo sirve a diario y los domingos son muy divertidos por la proximidad de la Feria Hippy de Ipanema.(Prudente de Morais, 10B. Ipanema)

APRAZÍVEL
ROMÁNTICO Y AUTÉNTICOLa chef Ana Castilho prepara especialidades de la región de Minas Gerais, conocida por su fina gastronomía. Muchos de estos platos no pueden hallarse en otro sitio: los aperitivos de polenta que cocinaron originalmente las esclavas de las explotaciones de café, las albóndigas de arroz carioca con coco, las gambas a la parrilla con arroz azafranado y pescados de agua dulce al cilantro.Por qué. La comida es importante, pero en este caso rivaliza con otro aliciente impagable de un ambiente lejano del bullicio que se adivina mucho más abajo. En esta cabaña llena de encanto, con sus mangos y sombrillas de paja en torno a viejas mesas de granja, el restaurante es una pequeña joya escondida en el barrio de Santa Teresa, en las colinas de Río, y desde su terraza campestre se disfruta de increíbles atardeceres sobre la bahía de Guanabara.(Rúa Aprazível, 62. Santa Teresa)