Catedrales del vino: cinco espectaculares bodegas que no te puedes perder


Arzuaga Navarro (Ribera del Duero)
La visita a esta bodega emplazada en el término municipal de Quintanilla de Onésimo incluye un recorrido por su finca La Planta, donde conviven jabalíes y muflones y se puede dar de comer a los ciervos. También cuenta con hotel, spa y dos restaurantes. Y todo en un edificio de arquitectura neotradicional, enclavado en un entorno maravilloso que permite darte un chapuzón en sus piscina rodeada de viñedos y, por supuesto, degustar excelentes vinos.

Tío Pepe - González Byass (Jerez)
Es la bodega más visitada de Europa y la de mayor proyección internacional de toda España. Nadie quiere perderse la visita a este icónico templo del vino y el brandy de Jerez, de los alegres finos y amontillados. De ahí que, en cada rincón, se aprecie la huella de las figuras ilustres que han pasado por sus instalaciones: mandatarios, deportistas, toreros, estrellas de Hollywood… Tío Pepe, más que un conjunto monumental de bodegas ubicado en pleno centro histórico de la ciudad, es un referente de la tradición vinícola del siglo XIX con patios andaluces, calles emparradas y hasta un edificio proyectado por el mismísimo Gustave Eiffel.

Bodegas Sommos (Somontano)
Esta bodega de vidrio y acero emerge entre las 355 hectáreas de viñas con más de dos metros de altura y con un aire elegante y futurista que le hace asemejase a una nave espacial caída en un campo inmenso. Un edificio que es un hito en el paisaje de Somontano (Huesca) y que alberga una de las bodegas tecnológicamente más avanzadas del mundo: inmensos depósitos de acero inoxidable, naves soterradas de elaboración, crianza y botellero; tinas de madera y almacenes de hormigón para cuatro millones de botellas. Y todo ello sin contar su marcado carácter bioclimático, con un ahorro de energía por encima del 70 %. Irius es, decididamente, una bodega diferente a todo. Y sus vinos, irrepetibles, son fruto de una concepción vanguardista al servicio de la enología tradicional.

La Mejorada (Tierra Castilla y León)
Es obra del arquitecto navarro Rafael Moneo (autor, entre otras obras, del Kursaal de San Sebastián), que aplicó su sabiduría y creatividad en lo que fuera un antiguo monasterio jerónimo, fundado en el siglo XV por Fernando I de Aragón. El resultado es un bello conjunto monumental al que se llega por un camino flanqueado de pinares, con un imponente palomar que fue regalo de Isabel la Católica y la bodega, claro, maravillosamente instalada en el claustro.