6 sugerencias para disfrutar del norte de Tenerife


El Teide
El Parque Nacional de las Cañadas del Teide es Patrimonio Natural de la Humanidad, y uno de los más interesantes del planeta. En él, se alza la montaña más elevada de España con casi 3 800 metros, y el tercer volcán más grande del mundo. Desde su cumbre, el paisaje de ocres y amarillos, deja sin habla. Sus atardeceres son espectaculares, y posee uno de los mejores Observatorios Astronómicos del mundo.

Paseo en barco en Los Gigantes
Los antiguos habitantes de la isla, los guanches, bautizaron los impresionantes acantilados de la costa oeste como las Murallas del Infierno. Imponentes torres con unas alturas de hasta 800 metros que pueden llegar a dar miedo por su majestuosidad. Ideal para buceo, submarinismo, o un paseo en barco donde se pueden observar ballenas y delfines. Y en la playa de Los Gigantes están las mejores vistas de aguas cristalinas del mar de fondo.

Relax y descanso frente al mar
En la más grande de las siete islas Canarias se concentran 70 playas a lo largo de sus 400 kilómetros de costa. Aunque las más conocidas están al sur, al norte, en el Puerto de la Cruz, está la playa Jardín, un singular paraje de arena negra. Pero el relax se encuentra en la playa del Bolullo, en La Orotava. Aglutina belleza natural y virgen, en kilómetro y medio de playa, el lugar perfecto para descansar.

Piscinas naturales El Caletón, en Garachico
Al norte con vistas al mar, nada mejor que un baño relajante en las piscinas naturales de Garachico. Un legado volcánico que se originó por la lava de la erupción del volcán Trevejo en 1706. Como resultado, los paisanos disfrutan de los Charcos de Las Lisas, Las Viejas, Los Niños, y de Los Tres Chorros, desde las que se contempla el Castillo de San Miguel.

El Valle de La Orotava con Denominación de Origen
Tenerife concentra al norte grandes espacios naturales, rodeados de pequeños rincones con encanto, perfectos para perderse. El Valle de la Orotava es la máxima expresión de belleza natural, ecosistema en estado puro. A pocos kilómetros del Valle esta Icod de los Vinos, de importante producción vitivinícola, donde el caldo tiene un sabor especial por las propiedades de las tierras volcánicas. Tintos, blancos, dulces, o secos, de las primeras viñas plantadas junto al monasterio de Icod, son deliciosos.