El único pueblo de España que conserva una muralla de canto rodado: está en Extremadura, tiene 300 habitantes y se vuelve aún más bonita en otoño
Una joya de la arquitectura musulmana escondida en un municipio de Cáceres que pocos conocen.

Está declarada Conjunto Histórico-Artístico, pero puede que nunca hayas oído hablar de esta villa histórica de la provincia de Cáceres. Un destino poco (o nada) masificado que esconde entre su rico patrimonio una joya de la arquitectura musulmana: no hay otra igual.
Viajamos hasta un lugar perdido en la provincia de Cáceres, a unos 90 kilómetros de la capital y situado entre dos de los grandes destinos extremeños por excelencia: Plasencia y Coria.
A la sombra de estas dos magníficas ciudades (quien no haya estado nunca, debería hacer una parada, aunque sea rápida, para conocerlas) y bañado por las aguas del Jerte, se encuentra el pequeño municipio de Galisteo, un pueblo de apenas 300 habitantes cuyos orígenes se remontan a la época romana (en plena confluencia de la Vía de la Plata en su camino mozárabe a Santiago de Compostela).
El pueblo más deconocido de Extremadura
Fue durante la Edad Media, bajo el reinado musulmán, que se levantó la que sin duda es la gran joya de la arquitectura de Galisteo, una rareza en toda Extremadura: una muralla única, diferente a todas las demás.

Es la muralla almohade, un cinturón de piedra que rodea la ciudad con un muro de once metros de alto y tres metros de espesor. Y aunque el tamaño es descomunal, hay algo que llama más poderosamente la atención: la manera en la que está construida esta muralla musulmana.
Para su construcción, levantada entre los siglos IX y XIV, se emplearon rollos y cantos de río (presumiblemente del Jerte) con argamasa, una técnica inaudita para este tipo de fortalezas. Es verdad que a lo largo de la historia ha sufrido varias reconstrucciones, pero se sabe que el trazado actual respeta por completo el original, rodeando todo el Conjunto Histórico de Galisteo.

Qué hay que ver al otro lado de la muralla
Tiene tres puertas de acceso al interior, donde se encuentra el casco antiguo de Galisteo y prácticamente toda la ciudad, porque toda ella fue levantada intramuros. Y aunque todo el pueblo está declarado Bien de Interés Cultural, no hay que marcharse del pueblo sin contemplar de cerca varios de sus edificios.

Por un lado, la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, levantada junto a la Puerta de Santa María en el siglo XIII siguiendo los esquemas del románico mudéjar castellanoleonés; de esa época precisamente se conserva la cabecera de ladrillo visto, con dos arcos murales superpuestos. Y la torre de la Picota, es la torre del Homenaje del castillo que los cristianos levantaron en el siglo XIV en sustitución del alcázar almohade.
Síguele la pista
Lo último