Las termas que forman parte de la ruta medieval de montaña más espectacular de España: 37 fuentes con propiedades curativas a 56 grados y con pueblos de otro mundo

Se ubican en una de las zonas más bonitas de Cataluña y para llegar a ellas hay que hacer una ruta de senderismo espectacular.

Es una de las rutas más bonitas de Cataluña
Es una de las rutas más bonitas de Cataluña / Istock

Desde la época de los romanos -e incluso antes según algunas evidencias arqueológicas- se han estado utilizando las aguas termales para usos medicinales y terapéuticos. En aquella época eran recintos públicos que estaban al alcance de toda la población, aunque también había algunos privados para las clases más altas. Un buen ejemplo de ciudad termal en España lo tenemos en Ourense. Pero hay otros muchos lugares con una importancia similar.

Cuando esta civilización pasó por la Península Ibérica, dejó tras de sí un legado sin el que no podemos entender la actualidad peninsular. Dejaron el latín, el derecho romano, infraestructura como calzadas y acueductos, monumentos como anfiteatros, el trazado de muchas ciudades actuales y también balnearios. Se calcula que hay más de cien balnearios distribuidos por todo el territorio, muchos de ellos de origen romano, como las Caldas de Bohí o Caldes de Boí.

Adriana Fernández

La historia de las Caldas de Bohí

A 1.470 metros de altitud y a orillas del Noguera de Tor, se ubica el Balneario de Caldas, en pleno Valle de Bohí (Lérida). Sus aguas cuentan con propiedades terapéuticas de las que se tiene constancia desde hace varios siglos. Cuenta con un total de 37 manantiales con temperaturas desde los 4 hasta los 56ºC. Son principalmente cloruradas, sulfurosas, sulfatadas y carbonatadas, y tienen el récord Guinness por ser el balneario con mayor variedad de aguas termales.

Las estufas naturales, a 44 °C, se utilizan desde el año 1850 para tratar enfermedades respiratorias, inflamación en las articulaciones, como preparación para tratamientos dermatológicos y para el tratamiento estéticos por sus propiedades regenerantes e hidratantes. Además, es el único balneario que fabrica dos tipos de fangos, uno para el dolor y otro dermatológico. Llegar a esta zona es posible a través de una ruta de senderismo desde el pueblo de Bohí.

La ruta más bonita de Lérida

El recorrido comienza a 1.265 metros de altitud, cuenta con una distancia de 5,2 kilómetros y desnivel de 207 metros y una duración de algo más de dos horas con dificultad media. La ruta comienza en el parking del pueblo de Bohí, que ya merece mucho la pena por sí mismo, con sus casas típicas pirenaicas con enormes chimeneas, la iglesia románica de Sant Joan de Boí -la mejor conservada del valle- o los restos de la muralla medieval.

Pueblo de Boí o Bohí en castellano

Pueblo de Boí o Bohí en castellano

/ Istock / Ignasi Robleda

Hay que seguir la señal a Erill la Vall, otro pueblito encantador por el que también podemos pasear y contemplar sus preciosas casas y su iglesia románica. Después de esta ligera subida, comienza la bajada por un tramo de carretera hasta llegar al cruce. Ahí se debe tomar la cuesta que aparece a la izquierda y, a partir de entonces, la ruta no tiene pérdida: va siguiendo el cauce del río Noguera de Tor y está muy bien señalizada en todo momento.

Si se hace en verano, parar para refrescarse en las piscinas naturales que se forman en el río es una opción más que viable. En esta zona, la ruta discurre entre bosques de árboles inmensos que permiten tener esa sensación de soledad y tranquilidad que tanto se busca en la naturaleza. La última parada son las Caldas de Bohí. Solo pasear por el recinto exterior supone una experiencia relajante sin precedentes, pero conocer su interior y su historia es algo que supera todas las expectativas posibles.

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