Ni Sitges, ni Sant Cugat del Vallès: el pueblo más bonito de Barcelona es un auténtico desconocido y fue hogar de un héroe medieval

Las mejores escapadas muchas veces están más cerca de lo que parece, y este pueblo al lado de Barcelona lo corrobora.

El encanto rural también puede encontrarse cerca de las grandes ciudades y este es un buen ejemplo
El encanto rural también puede encontrarse cerca de las grandes ciudades y este es un buen ejemplo / Istock / Manuel Milan

Quien diga que no adora las escapadas para huir del bullicio de la ciudad no está diciendo la verdad. A veces, lo único que necesitamos es salir de la rutina con una pequeña -o gran- escapada a un pueblo repleto de historia y belleza. Barcelona es una de las ciudades con más visitantes de toda España, con sus obras de Gaudí, su inmensa oferta de ocio, su playa o sus posibilidades de degustar la mejor gastronomía catalana.

Sin embargo, no es de extrañar que, en ocasiones, este ajetreo pueda hacernos sentir un tanto encorsetados. Pero la provincia alberga pueblos donde reina la tranquilidad y cuyo encanto iguala o incluso supera a los más populares, como son Sitges o Sant Cugat del Vallès, que reciben tantos viajeros que su tranquilidad se ve perturbada en ciertas épocas del año. Muy cerca de la Ciudad Condal, a 122 kilómetros, se halla una preciosa localidad desconocida con mucho potencial.

Así es uno de los pueblos más bonitos de Barcelona, Bagà

Así es uno de los pueblos más bonitos de Barcelona, Bagà

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Tan solo dos mil almas habitan Bagà, pero son más que suficientes para mantener intacto el espíritu medieval que todavía se respira por sus calles -aunque hay vestigios que demuestran que había humanos antes-. Cuenta con una leyenda medieval del siglo XII que habla de héroes históricos y, además, está enclavado en el Parque Natural del Cadí-Moixeró. Este es uno de los pueblos más bonitos de Barcelona y solo es necesario adentrarse en él para descubrir el porqué.

Una leyenda que ha marcado la historia del pueblo

La Edad Media fue la época de máximo esplendor del pueblo, momento que quedó marcado por la familia Pinós y todo su linaje. De hecho, uno de sus miembros es el protagonista de la leyenda más famosa de Bagà. Corría el año 1147 cuando el almirante Galcerán II de Pinós se encontraba preso en una cárcel del sur de España. Sus captores, musulmanes, pedían a cambio de su libertad un costoso rescate en el que se incluía un centenar de doncellas de su pueblo. Se negó y finalmente logró escapar con la ayuda milagrosa de San Esteban.

La iglesia de San Esteban en Bagà

La iglesia de San Esteban en Bagà

/ Istock / Manuel Milan

Es precisamente en torno a estas dos figuras a las cuales gira la actualidad del pueblo. La plaza principal lleva por nombre Galcerán II de Pinós, con estatua incluida del noble, y el templo más importante es la Iglesia de San Esteban -Sant Esteve en catalán-. Que, por cierto, es uno de los mayores atractivos de su casco antiguo, pues data del siglo XIV y su tamaño es absolutamente impactante. Aunque no es el único monumento que puede contemplarse aquí.

Patrimonio y naturaleza en Bagà

Aunque simplemente pasear por sus calles es un delirio en sí mismo. El pueblo estuvo rodeado por unas murallas de las que solo quedan la Torre Portella, en torno a las que hoy se reparten las casas de piedra que parecen sacadas de la misma época. Época de la que también datan el castillo y el puente sobre el río Bastareny. Otro lugar que merece una visita es el Centro de Interpretación del Catarismo, pues Bagà actuó como refugio para los cátaros durante la Edad Media.

Los restos de la muralla de Bagà

Los restos de la muralla de Bagà

/ Istock / Manuel Milan

Más allá del patrimonio arquitectónico, son muchas las rutas de senderismo que se articulan por sus alrededores, en el Parque Natural del Cadí-Moixeró, y dejan a sus lados impresionantes panorámicas. Partiendo del parque de la Villa, la Vía del Nicolau, surge un sendero sencillo que conduce al Mirador de Bagà. Si seguimos subiendo, nos topamos con la ermita de Sant Joan de l'Avellanet y la cascada de Sant Joan, donde está permitido en baño en los meses más calurosos.

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