Siete maravillas naturales de España perfectas para dar la bienvenida a noviembre: únicas y extraordinariamente bonitas
Recorremos la península de norte a sur, y las islas, en busca de los paisajes naturales más bonitos del país.

Con la llegada del otoño, apetece tirar al monte en busca de paisajes sumergidos en la naturaleza. Y de eso España sabe mucho, que por algo cuenta con un extraordinario número de áreas protegidas en todo el país, entre reservas naturales, parques nacionales, reservas de la Biosfera o geoparques, por citar algunas de las figuras más relevantes. De todas ellas, nos quedamos con estas siete maravillas naturales de España para descubrir en noviembre.
Valles Pasiegos

Los Valles Pasiegos son uno de los grandes secretos de Cantabria. Enmarcados entre tres ríos (Pas, Pisueña y Miera), ofrecen la imagen icónica del norte de la península: pintorescos pueblos medievales escondidos entre inmensos pastos, de color verde profundo, que se pierden tras las lomas de las montañas. Las más de 10.000 cabañas que todavía salpican el paisaje (algunas reconvertidas en hoteles boutique con mucho encanto) son uno de los mejores testimonios de la forma de vida en este privilegiado rincón, principalmente vinculada al ganado ovino y la cría de lechazos que tanto gustan en Navidad.
Hoces del Duratón

Paredes de más de cien metros de altura que se levantan majestuosas en medio de un paraje remoto al norte de la provincia de Segovia, muy cerca de Sepúlveda. Son las Hoces del río Duratón, ese cañón vertical que el río ha ido esculpiendo como abriéndose paso en medio de la naturaleza y creando un rincón de ensueño. Además de su innegable belleza natural, las hoces esconden desde cuevas prehistóricas con grabados de la Edad del Bronce a una ermita suspendida en lo alto del cañón.
Parque Nacional de Garajonay

El Parque Nacional de Garajonay es el gran tesoro natural de las Islas Canarias. Inmerso en lo más profundo de la isla de La Gomera, oculta uno de los pocos bosques de laurisilva que quedan en el mundo. Se trata de un tipo de árbol peculiar, similar al laurel, que surgió hace millones de años y que en esta isla canaria pervive en un espacio de casi 4.000 hectáreas, entre barrancos, arroyos y lomas escarpadas. El paisaje húmedo que dibujan sus ramas, retorciéndose entre el musgo y la neblina, llega a ser sobrecogedor, incluso mágico.
Reserva de Urdaibai

Declarada Reserva de la Biosfera desde 1984, Urdaibai, al norte de la provincia de Bizkaia, es un mosaico de paisajes de acantilados y montañas, de playas y aguas subterráneas, a cada cual más bonito: desde las playas más espectaculares de Euskadi (como Laida, que cambia de forma y tamaño con la marea) a marismas llenas de vida (en Mundaka); desde peñones con vistas de ensueño (como el de Ogoño) a ermitas singulares (San Pedro de Atxarre en Ibarrangelu); desde cuevas con pinturas rupestres de incalculable valor (San Pedro de Atxarre en Ibarrangelu) a pueblos pesqueros y medievales con encanto y mucha historia (de Bermeo a Gernika).
Vall de Boi

Se puede decir que la Vall de Boi, en la provincia de Lleida, es el valle pirenaico de alta montaña por excelencia. Un valle lleno de leyendas, tradiciones ancestrales y paisajes singulares: además de tener el único Parque Nacional de Cataluña, Aigüestores y Estany de Sant Maurici (repleto de cascadas y lagos entre bosques de pino negro), puede presumir de ser una de las cunas del románico en la península Ibérica, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Por si fuera poco, es Destino Starlight, así que es perfecto para contemplar el cielo y disfrutar de una sesión de astronomía.
Foz de Lumbier

Resulta increíble que se pueda recorrer a pie, un lugar tan de película como este, pero se puede. Y es que la Foz de Lumbier, en Navarra, es una de las gargantas más espectaculares de la región. Cuenta con caminos perfectamente señalizados entre sus acantilados de vértigo, incluida una vía verde por la que se puede ir a pie o en bici, por lo que perderse entre las grietas de sus paredes verticales, que en algunos sitios alcanza los 150 metros de altura, y en los túneles que atraviesan la roca (en los que no hay más luz que la natural), resulta prácticamente imposible. Aunque no lo parezca.
Geoparque Villuercas Ibores Jara

Al sur de la provincia de Cáceres, sumergido entre dos cuencas fluviales (la del río Tajo y la del Guadiana), surge un paisaje único, repleto de sierras y valles como superpuestos en paralelo. Es el Geoparque Villuercas Ibores Jara, uno de los últimos tesoros naturales de España en ser reconocidos por la Unesco y que está formado por más de 50 geositios de gran riqueza paleontológica: en sus yacimientos se han encontrado fósiles que tienen más de 560 millones de años. Hay monumentos naturales, como la Cueva de Castañar de Ibor, y pueblos bonitos, algunos declarados conjunto histórico-artístico, como el Real Monasterio de Guadalupe. Un lugar para descubrir, sin duda.
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