La ruta del románico en Soria: iglesias milenarias, pueblos con encanto y paisajes castellanos para un fin de semana
Seleccionamos los seis lugares imprescindibles para visitar en una escapada exprés.

El arte Románico fue el gran estilo artístico que predominó en Europa en la Edad Media, durante los siglos XI, XII y XIII. Y aunque en España hay miles de testimonios repartidos a lo largo de la península, hay una provincia que sobresale por la excelencia de su legado.
Soria acumula a lo largo del territorio más de 300 testimonios, joyas arquitectónicas que brillan en su capital, en sus pueblos medievales y en medio de su paisaje natural. Es difícil abarcarlos todos, pero nos quedamos con estos seis como el mejor ejemplo del románico soriano para visitar durante un fin de semana.
Iglesia de Santo Domingo

Dicen que la fachada monumental de la iglesia de Santo Domingo, en Soria capital, es una de las mejores portadas del románico español. Con forma de frontón triangular y coronado por una cruz florenzada, destaca un imponente rosetón en el centro de la fachada, acompañada de arcos ciegos (elemento muy característico del arte románico) en los laterales. Se la conoce como la Biblia de Piedra, algo así como una pizarra en la que están escritos los pasajes más importantes de la historia sagrada con el fin de ilustrar a los fieles incultos de la época. Sobra decir que está declarada Bien de Interés Cultural y visitarla es gratis.
San Baudelio de Berlanga

A un par de kilómetros del pueblo de Casillas de Berlanga se encuentra la emita de San Baudelio. Y aunque por fuera apenas llama la atención (una mole cuadrada de acentuado estilo prerrománico e influencias mozárabes), su interior es sencillamente excepcional, tanto a nivel arquitectónico como pictórico. Tanto es así, que se la conoce como la Capilla Sixtina del arte mozárabe. Dicen, incluso, que es la joya más original de la arquitectura prerrománica soriana y española.
Torre de San Miguel de Yanguas

Las Tierras Altas de Soria es otro de los escenarios imprescindibles de la provincia para acercarse hasta el pasado románico soriano. Allí se encuentra la villa medieval y fortificada de Yanguas, uno de los conjuntos históricos más interesantes de la provincia y declarado Bien de Interés Cultural. Y la Torre de San Miguel es, de todo el conjunto, una de las construcciones que más miradas atrae. De planta cuadrada y arcos de medio punto, es uno de los minaretes más espléndidos del paisaje soriano.
Iglesia de Nuestra Señora del Rivero

Levantada en el siglo XII sobre las ruinas de otro templo en San Esteban de Gormaz, la iglesia de Nuestra Señora del Rivero, es apreciada entre los restos del Románico por su excelente galería porticada. Está compuesta por nueve arcos de medio punto y columnas sencillas pero robustas, coronadas por capiteles con iconografía animalista y de inspiración oriental. Pasear por la galería es y observar el paisaje exterior a través de los arcos, con la vega del Duero de telón de fondo, es un regalo para la vista.
Iglesia de San Pedro

Aquí otro de los grandes ejemplos del románico soriano: un bellísimo templo, declarado Monumento Histórico-Artístico, que destaca por su galería porticada y las esculturas de sus capiteles. Está en el pueblo de Caracena, y su construcción comenzó en el siglo XII, primero como un templo de nave única al que posteriormente se le añadió una majestuosa galería porticada, formada por siete arcos apoyados en columnas dobles con capiteles esculpidos en su parte superior. De todas, hay una que no suele pasar desapercibida: la columna torsa, situada en el arco de la entrada: está formada por fustes entrelazados, tan bien construidos, que parecen cuatro. Pura ilusión óptica.
Iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles

A solo 12 kilómetros de Soria se encuentra Fuensaúco, el pueblo que esconde la iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles, considerado uno de los edificios románicos más interesantes y mejor conservados de la provincia de Soria (también declarado Bien de Interés Cultural). Formado por una capilla y ábside semicircular, destaca su arco triunfal apuntado, así como las pilas bautismales y la pila de agua bendita, originales de la época. Por fuera, llama la atención el buen estado de conservación de la piedra de cantería y su sobriedad (como mandan los cánones del Románico tardío en el que fue levantada). Eso sí, no faltan los motivos figurativos en varios capiteles, predominando el diseño geométrico en la representación de vegetales.
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